Después de finalizar la Segunda Guerra Mágica, Adhara Phoenix Black ya no siente tener motivos para quedarse en Londres y decide irse al pueblo más nublado de Estados Unidos junto con su fiel Kreacher, sin saber que ahí encontraría lo que tanto habí...
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El día anterior había sido un poco pesado para Adhara. Entre ella y Kreacher habían acondicionado la casa, aunque no hicieron mucho porque el elfo ya se había encargado de ello cuando su ama le notificó que se iba de Londres. Daba gracias a Merlín a que Kingsley tuviera buenos contactos en MACUSA e interviniera por ella para no tener problemas con el uso de la magia, por lo que fue más fácil para ella.
A petición de su abuela, habían colocado un cuadro de ella en la sala y estaba conectado con el que estaba en Grimmauld Place. No hace falta mencionar el grito que pegó Walburga cuando supo que su adorada nieta no tenía planes de terminar sus estudios en Hogwarts, sino en una escuela muggle. Hasta ahora no le ha dirigido la palabra más que para pedirle que instalara otro cuadro de ella en la nueva casa.
Había ido al Instituto de Forks para inscribirse y conocer un poco la escuela, otra cosa que le agradecía a Merlín es haber puesto en su vida a alguien como Hermione, ya que ella le ayudó con todo el papeleo. Después fue a Port Angels en la moto que su papá le dejó para comprar sus útiles escolares y algunas cosas que iba a necesitar. Regresó a la casa para comer y se dedicó a escribir y enviar cartas como loca avisando que ya se había acomodado en su nueva casa. En cuanto Hydra regrese a casa se va a asegurar de darle sus golosinas favoritas como recompensa.
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Esa mañana amaneció totalmente descansada y emocionada para la nueva aventura. Al ritmo de ABBA, se dedicó a darse una ducha y arreglarse, se decidió por un vestido de algodón gris de mangas ¾ arriba de las rodillas, tenis blancos y chamarra de mezclilla. Se hizo un maquillaje discreto y un chongo despeinado.
Salió de su cuarto para bajar las escaleras e ir al comedor donde la esperaba un ligero desayuno.
-Buen día, ama Adhara. -le saludó Kreacher dejando en la mesa un lunch box y un termo de agua, a petición de Adhara.
-Buen día, Kreacher. Esto se ve delicioso. -probó un poco de pan francés con chocolate. -Y sabe delicioso.
En cuanto terminó su desayuno, se levantó para ir al baño y cepillarse los dientes.
-Ya me voy. Regreso en la tarde.
Se colgó su mochila y agarró el iPod junto con sus audífonos que había comprado en el Londres muggle y la llave de la moto para ir a la escuela. El trayecto lo sintió corto, tal vez porque estaba muy metida en el ritmo de Grease.
En el instituto de Forks, la mayoría de los estudiantes se encontraban en el estacionamiento a la espera de que iniciaran las clases y guardaron silencio cuando escucharon el ruido de un motor, y en ese momento apareció una moto que se estacionó en un espacio vacío. Algunos suspiraron cuando se bajó una preciosa chica con el cabello tan oscuro como la misma noche y unos preciosos ojos grises.
