| Capas rojas |

12.8K 1.4K 350
                                    


No había pasado ni un día desde que los magos regresaron de las vacaciones navideñas y ya se estaba armando un caos total que ni los patriarcas del clan Cullen se molestaron en regañarlos, pues sabían que no serviría de nada porque ellos seguirían...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

No había pasado ni un día desde que los magos regresaron de las vacaciones navideñas y ya se estaba armando un caos total que ni los patriarcas del clan Cullen se molestaron en regañarlos, pues sabían que no serviría de nada porque ellos seguirían haciendo de las suyas, no hace falta decir que algunos vampiros ya deseaban irse y no regresar a aquel lugar, pues ya habían caído en algunas bromas, por lo que todos andaban con la guardia en alto para no volver a ser víctimas de las bromas de Adhara y George, hasta Emmett se les unía.

El primero en caer había sido Peter, quien tuvo su cabello de color rosa neón durante tres horas, tanto Charlotte como Jasper se estuvieron riendo de él durante un buen rato, el castaño solo estaba resignado. El siguiente en caer fue Garrett, el nómada había sido engañado por la misma Kate Denali (siendo influenciada por Adhara) y se comió un caramelo longuilinguo pensando que era un caramelo especiales para vampiros y se espantó al ver su lengua diez veces más largo de lo normal, las carcajadas de la rubia fue música para sus oídos y no pudo molestarse por aquella broma.

Benjamin fue otro que bajó la guardia y cuando quiso darse cuenta toda su cara estaba lleno de barros, hasta algunos estaban a punto de reventar que su propia compañera se alejaba de él con una mueca de asco y diversión.

Ahora, la residencia de los Cullen-Hale estaba sumido en un cómodo y tranquilo silencio, que algunos vampiros pensaban que aquel silencio no prometía nada bueno. Otros vampiros habían salido a cazar alejados de Forks, Bella estaba entrenando con Kate, Garrett y Emmett (quienes obligatoriamente se habían ofrecido a ser los conejillos de indias). Luna Lovegood se encontraba platicándole a Maggie sobre las diferentes criaturas mágicas, incluso Reneesme se había acercado totalmente curiosa y le pidió a la rubia que la sentara en sus piernas.

Neville y Hannah Abbott se encontraban platicando con Benjamin y Tia, el mago les platicaba sobre las plantas mágicas y la rubia les platicaba sobre su uso en las pociones, siendo escuchados atentamente por la pareja, plática a las que Senna, del clan amazónico, decidió unirse.

Eleazar Denali estaba, desde hace rato, entretenido y, a la vez, frustrado en un partido de ajedrez mágico con Ron, quien sostenía en una mano una empanada de calabaza que Esme había cocinado la noche anterior y en la otra mano sostenía un vaso lleno de jugo de calabaza.

El orgullo del vampiro estaba por los suelos, mientras que la del pelirrojo permanecía intacto. Tal vez debió escuchar a su buen amigo Carlisle y a Jasper y no debió retar al pelirrojo a un partido y a los que le siguieron, tal vez su orgullo seguiría intacto; su esposa sonreía divertida ante las derrotas de su esposo, al igual que Tanya.

Edward Cullen estaba saliendo de su antigua habitación cuando un escalofrío recorrió por su espalda y de pronto sintió que aquel silencio no era un buen presagio, pero no pudo hacer nada para evitar lo que estaba por ocurrir.

Adhara y George estaban muy bien escondidos en la segunda planta, esperando a que el cobrizo saliera de su habitación. La azabache, con un movimiento de su varita, hechizó a Edward cuando lo vio salir y el pelirrojo se acercó con una galleta en mano e hizo que se lo comiera. Los dos bromistas compartieron sonrisas cómplices y se dirigieron hacia las escaleras, no sin antes quitar el hechizo que tenía Edward.

Constelaciones ☆ jasper haleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora