Después de finalizar la Segunda Guerra Mágica, Adhara Phoenix Black ya no siente tener motivos para quedarse en Londres y decide irse al pueblo más nublado de Estados Unidos junto con su fiel Kreacher, sin saber que ahí encontraría lo que tanto habí...
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-Hay que hacer esto más emocionante. -habló Nix. Sus ojos brillaban con picardía.
-No. -se negó Hermione inmediatamente. Conociendo a su mejor amiga, nada bueno podría salir.
-Pero si no he dicho nada aún. Además no es nada malo. Lo juro solemnemente. -se quejó ella haciendo puchero.
Los señores Cullen ya se habían ido a sus habitaciones, Bill y Fleur se habían retirado hace unos minutos junto con Teddy, el pequeño Lupin había caído rendido después de que Rosalie le diera el biberón. Así que solo estaban ellos en la sala, la mesa de dulces ya estaba vacía y lo que había quedado del segundo pastel, se lo llevaron Bill y Fleur, y Orión, el cachorro de Adhara, estaba durmiendo en uno de los muebles.
-¿Recuerdas lo que pasó la última vez que dijiste algo así en una fiesta? Estúpidamente las dos terminamos con resaca y faltamos a tres clases. -se quejó Hermione y Ángela se largo a reír.
-¿Ingresaron alcohol a su otra escuela siendo menores de edad? ¿Cómo le hicieron? -preguntó Daniel sorprendido. Esa peculiar humana realmente es traviesa.
Adhara y George compartieron una mirada.
-Un mago nunca revela sus secretos. -dijeron al unísono.
-Volviendo al tema inicial, propongo que juguemos a algo muy cliché. Nunca he o verdad o reto, o los dos. -volvió a decir la ojigris tomando asiento a lado de Jasper.
-Juguemos verdad o reto, es más divertido.
La mayoría estuvo de acuerdo con la pelirroja, aunque los vampiros no estaban muy seguros de jugar. Se sentaron en el suelo formando un circulo grande. Jasper, al ver que las piernas de Adhara estaban descubiertas, le pasó una manta para que se cubriera y ella lo agradeció con una sonrisa.
-Antes. Ya sé que lo afirmaste, estrellita, pero quiero reafirmarlo. ¿Realmente le hicieron bromas a sus profesores? -preguntó Daniel y los magos rieron.
-Solo fueron a dos. -respondió Ángela. -Y en defensa, se lo merecían. Ni siquiera puedo decir que fueron intentos de profesores.
-¿En serio no los castigaron? -volvió a preguntar.
-No, aunque sabían que eran ellos. -respondió Ginny divertida.
-De hecho, en una de esas, Snape nos cachó y nos cubrió. Algo que me sorprendió y fue el mejor día de toda mi vida. Yo estaba en segundo y el nuevo profesor era un imbécil total, un verdadero burro, debo decir que en todo el año escolar le jugamos muchas bromas. -dijo la ojigris.
-Esa vez, nosotros nos quedamos quietos y a la espera de la palabra "castigados", pero solo se nos quedó viendo, dijo que iba a hacer como si nunca nos hubiera visto y que se iría. -siguió George.
-Pero que en 15 minutos iba a regresar y si aún seguíamos ahí, ya no iba a hacer de la vista gorda. En serio, el mejor día de toda mi vida. Bueno, vamos a jugar.
