PRÓLOGO

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Las secuelas de una guerra siempre son catastróficas

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Las secuelas de una guerra siempre son catastróficas.

La Segunda Guerra Mágica tuvo como consecuencia la pérdida de varias vidas inocentes, entre ellas niños, la destrucción de ese majestuoso castillo que varios consideraban su hogar y la caída definitiva del mago oscuro, Lord Voldemort. ¿Qué sigue después de la tormenta? ¿Qué sigue después de perder todo en tan poco tiempo? ¿Qué hacer cuando tienes un agujero profundo en tu corazón que nunca se va a cerrar?

Adhara Black tenía muchos agujeros, la mayoría de ellos los tiene desde una edad muy temprana. El que dejó su abuela Walburga al fallecer cuando ella tenía nueve años. El que dejó Kreacher cuando le dijo que no podía seguir cuidándola y la llevó a vivir con su tía Andrómeda. El que dejó su padre, Sirius Black, al fallecer. El que dejaron Dumbledore, Moody y Dobby. Y el que ahora están dejando Fred, Dora, Remus y todos los caídos en la batalla de Hogwarts.

Los funerales dieron lugar dos días después de la guerra y fue doloroso para Adhara ver los ataúdes de su padrino, Remus Lupin, y su esposa, Nymphadora Lupin, mientras sostenía en sus brazos al pequeño bebé que el joven matrimonio había dejado huérfano, su ahijado Teddy. Adhara observó a su alrededor, la gran mayoría lloraba una pérdida o quizás varias; sin embargo, ninguna se asemejaba a la que sentía George Weasley, el solo hecho de ver a su querido amigo tan destruido por haber perdido a su gemelo le rompía aún más el corazón.

Quería acercarse para abrazarlo, después de todo ella era la trilliza hija de otros padres. No lo hizo, no se sentía con el valor de hacerlo. No cuando sentía que iba llorar con todo el dolor de su corazón al verlo.

-Nix. -escuchó que Harry le hablaba. Ella volteó a verlo y Harry sintió su corazón se estrujaba al ver esos hermosos ojos grises tan apagados, sin vida. Esa chica no era su mejor amiga, no era su querida Nix.

-Lo siento, Harry. Estaba distraída. ¿Me decías algo? -comentó mientras mecía a Teddy para que durmiera.

-¿No quieres que cargue a Teddy un rato para que descanses?

-No te preocupes, estoy bien así. -le tranquilizó mientras le daba una pequeña sonrisa. Ella necesitaba tener a su pequeño ahijado en sus brazos para sobrellevar el dolor.

Harry asintió y vio a la familia Weasley por un momento antes de hacer una mueca que ocultó rápidamente.

-¿Cómo lo estas llevando? -le preguntó en voz baja.

-Quisiera poder decirte que estoy bien, pero no puedo porque no lo estoy. El dolor es horrible, Harry. Ni siquiera puedo acercarme a George sin llorar y no quiero que me vea así. Ver a mi padrino y a Dora en esos ataúdes, tan tranquilos, y tener a Teddy aquí... -no pudo continuar porque Harry la abrazó con cuidado de no hacerle daño a su ahijado, porque sí. Él y Adhara eran los padrinos del pequeño Lupin.

Permanecieron abrazados un largo tiempo antes de que Adhara se separara para limpiarse las lágrimas, de reojo vio que su tía Andy se acercaba, seguro para llevarse a su nieto a casa.

Constelaciones ☆ jasper haleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora