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Solo imaginen que tiene el cabello rubio 👆👆👆

El resto de la tarde no hubo novedades, Yoongi se la pasó archivando documentos, nada más que eso sin tener la oportunidad de acercarse a su amor perdido, pues Jimin no estuvo en su oficina y no puso un pie allí en ningún momento. Yoongi no tuvo oportunidad de hacer ningún movimiento por el momento. Eso era lo menos importante de todas maneras, no era como si pudiera hacer algo el primer día.

En medio del papeleo otro asunto debía tener su total atención como por ejemplo un cita importante que debía atender esa misma noche.

-¿En qué dirección está tu casa Yoongi?-preguntó Eunwo cerca de su escritorio cuando el reloj dio las siete en punto.

El chico era lindo, tenía un rostro delicado y facciones hermosas pero eso no bastaba para que a Yoongi le llamara la atención por lo que con una sonrisa contestó-tengo un compromiso con alguien.

-Tal vez para la próxima Eunwo-rió Jackson desde su escritorio tomando la chaqueta que estaba en el respaldo de la silla.

Yoongi no quería relacionarse demasiado con "sus compañeros de trabajo" así pues tomó sus cosas antes de que alguien más se le acercara. Salió del lugar despidiéndose rápidamente de todos y luego bajó a la primera planta donde Jin lo estaba esperando en ese endemoniado aparato que parecía ser un transporte, tras su espalda sus compañeros de trabajo estaban llegando. Al escuchar sus voces se apresuró a ir con Jin, con miles de preguntas en su garganta.

-Siento venir a verlo así, Hoseok tuvo un pequeño problema, no pudo venir a recogerlo, le pido disculpas por eso.

-No hables de esa manera aquí, de todas maneras esto servirá para mantener mi fachada.

-¡Yoongi!-gritó Namjoon acercándose rápidamente-esta semana por ser tu primera semana de trabajo podrás irte a esta hora, a partir de la siguiente deberás quedarte para un turno nocturno.

-Gracias por la información Subteniente, pero esa información ya me la dio Ji Hyo.

-¿Enserio?

-Sí-contestó tajante Yoongi siendo sostenido por el hombro por Jin con suavidad.

Usualmente Yoongi detestaba esa clase de conversación sin sentido, si estuviera en otro lugar siendo quien era verdaderamente ya habría puesto una bala en el pie del Subteniente.

-No lo sabía...¿no vas a presentarme a tu amigo?

-No-contestó alejando la mano de Jin de manera brusca y tomando el casco que estaba sosteniendo en la otra mano para luego subirse a la moto.

Jin no tuvo que sumar dos más dos al observar a ese tipo. Las intenciones del Subteniente eran claras. Ese rostro con un interés claro en su persona ya lo había visto cientos de veces, pese a que fuera alguien atractivo no estaba interesado en absoluto. Jin ojeo de pies a cabeza al hombre de mirada intensa y al hacerlo no pudo evitar sonreír con burla al mismo tiempo que bajaba el visor de su casco e irse de ese lugar tan rápido como pudo.

-Pensé que los donceles no eran de tu interés-la voz de Jimin a lo lejos atrajo la mirada de Namjoon a un lado del edificio.

-¿Desde cuándo estás ahí?

-Llegué en el momento justo para ver tu humillación.

-No digas tonterías.

-¿Ya decidiste probar algo diferente a las mujeres?

-No voy a negar que el doncel era lindo pero me interesó más su motocicleta, es una Fat Boy ¡tiene una potencia que te volvería loco!, me pregunto si es el modelo de este año

-Sí, claro, su motocicleta.

-¡Oye! Es una motocicleta exclusiva, la empresa añade lo que quieras en la fabricación-a más del interés en los tatuajes, Namjoon tenía un gusto por las motocicletas, que podría decirse que llegaba a ser una obsesión, algo sumamente peligroso para ese doncel, amigo de Yoongi, que a más de tener un rastro atractivo su buen gusto por las motocicletas le hacía ser un blanco con luces rojas a su alrededor.

Jimin suspiró al ver el brillo en los ojos de Namjoon, característica resultante de una creciente atracción por una persona, no había visto esa mirada hace tiempo...desde que le rompieron el corazón en la universidad para ser preciso.

-¿Fuiste a ver a la viuda del Juez de nuevo?

-Sí, encontré su casa vacía, los vecinos dijeron que se mudaron anoche.

-¿Crees que algo malo les haya pasado?

-No estoy seguro, por eso estoy aquí. De algo tiene que servir mi poder como Teniente, voy a ver a Jungkook para que averigüe el paradero de la viuda del Juez y de su hija.

-Debiste llamar.

-No es un asunto oficial, entonces...

-Si quieres algo de Jungkook tienes que pedir el favor personalmente-dijeron Jimin y Namjoon al mismo tiempo.

-¿Llevas una ofrenda?

-Sabes qué es lo que le gusta a Jungkook y para mi buena suerte tengo acceso directo al doncel de sus sueños.

-No vendas a Taehyung de esa manera.

Todos en el departamento de homicidios sabían lo que sentía Jungkook, el experto en computadoras por el bello doncel Taehyung, forense y el señor de la muerte, menos el mismo Taehyung que vivía en una burbuja de ignorancia, aunque si eran objetivos tenía motivos para vivir de ese modo, puesto que Jungkook no tenía la delicadeza de un hombre enamorado, mucho menos interesado, algo que confundía a todos. En ocasiones perseguía a Taehyung por todas partes queriendo su atención y cuando la tenía huía rápidamente, era un hombre extraño como todos en el piso de homicidios.

Con una sonrisa Jimin caminó directamente al interior del edificio, con pasos acelerados y decididos avanzó al ascensor. En el interior al observar su reflejo en las puertas plateadas su sonrisa se desvaneció completamente de un momento a otro para transformarse en una mueca llena de rabia.

Estaba preocupado por Eunha y por su madre. Esa familia era de lo peor, estaba completamente convencido de que fueron ellos los que hicieron desaparecer a las dos mujeres. Tal vez las amenazan o les dieron dinero, esperaba que fuera lo segundo lo sucedido.

-Buenas noches-saludó Jimin a Jungkook, quien se encontraba frente a varios computadores tecleando velozmente en medio de una habitación llena de ordenadores, pantallas y muchos artilugios tecnológicos que Jimin detestaba.

-Teniente.

-Una comida con Taehyung.

De pronto el sonido de las teclas se detuvieron abruptamente cuando Jimin dijo esas palabras. El ruido de la silla de Jungkook al darse la vuelta fue estruendoso, ¿desde cuando no enceraba esa cosa? Más el brillo intenso de sus lentes provocado por la luz de los ordenadores a su alrededor distrajo a Jimin del desagradable chirrido.

-¿Qué quieres?

-Quiero saber el paradero de dos mujeres, madre e hija.

-Dame sus nombres y yo averiguaré todo lo que quieras, hasta lo que comieron esta mañana.

-No es necesario llegar a ese extremo, solo quiero saber dónde están ahora mismo y si están bien.

-Dame un par de horas, te enviaré un mensaje.

MELODÍA A MEDIA NOCHE (Jimsu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora