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Después de colgar su celular, Jimin fue directamente a su auto de camino a encontrarse con el tío Soo. Ese buen hombre que lo acogió cuando la familia Min le arrebató todo una fatídica noche hace quince años atrás. El compañero de trabajo de su padre no tenía razón alguna para acogerlo en su casa, en su familia, de criarlo como si fuera su propio hijo pero lo había hecho como el pago de una deuda a su padre, por haberlo salvado en sus años de oficiales de policías novatos. El tío Soo solía contar esa historia una y otra vez. Era su primera semana de patrullaje y se encontró a un hombre robando una tienda, todo se volvió un caos donde lo tomó como rehén y su padre Park Seo Joon logró hacer que el delincuente bajara el arma. Ese día su padre salvó la vida de Soo y por eso estaba en deuda con él, deuda que pagó cuidando de su hijo.

Jimin recordaba a su padre hasta el más mínimo detalle, un hombre de alta estatura, de cabello castaño, su mandíbula bien marcada le daba ese aire de agente de policía, como si hubiera nacido para esa profesión y sus ojos cafés que mantenían un brillo lleno de cariño cuando lo observaba no se iba de su mente por más que los años pasaban. Park Seo Joon fue un hombre correcto, devoto a su profesión, honesto, cariñoso, amable y bondadoso. Un agente que dio su vida por el deber, por su familia y por él.

-Tio Soo-Jimin saludó al hombre mayor de cabello canoso que le abrió la puerta, sus rasgos marcados por la edad fueron más visibles cuando sus labios se elevaron en una sonrisa al verlo, sus ojos negros recorrieron su cuerpo como solía hacerlo y luego venía un par de halagos.

-Jiminie, mi muchacho pero que bien has crecido, todo un Teniente fuerte como un toro, tu padre estaría orgulloso al ver el hombre en el que te has convertido.

-Eso espero...tío hay algo que vine a preguntarle y no tengo tiempo ahora mismo.

-Esperaba que te quedaras a comer-se lamentó Soo-pero supongo que vas a comer comida chatarra en el camino de regreso a la estación, esos viejos tiempos de comida rápida y noches largas en vela...que nostalgia, pero dime muchacho qué quieres preguntar.

-La familia Min...me preguntaba si has tenido alguna noticia de ellos, necesito saber si has oído algo por más mínimo que fuera.

El rostro del tío Soo se deformó en el mismo instante en el que el apellido de esa temible familia salió de sus labios y Jimin lo entendía. Esa familia en el pasado quedó libre por el asecinato de su padre, madre y abuela, no tuvo ninguna repercusión por hacer algo tan miserable como eso, el patriarca de esa familia mató a toda su familia y la justicia que hasta entonces fue protegida por su padre Park Seo Joon le falló, dejando a ese hombre Min libre a pesar del crimen que cometió en contra de un agente.

-¿De qué estás hablando?, sabes que ese apellido está prohibido en esta casa y en tus labios. Ese hombre y su familia se fueron para nunca regresar.

-Tío por favor.

-Si esto tiene que ver con un caso no tienes nada de qué preocuparte Jimin, hay muchas personas ahí afuera que quieren replicar sus asesinatos. Investiga bien y luego vas a atrapar al imbécil imitador de la familia Min.

La conversación con su tío no había ido nada bien como supuso pero siempre había esa esperanza que le hacía intentar algo que sabía que estaba fuera de su alcance. En el momento en el que se mencionaba el apellido de la familia Min, si tío Soo cambiaba de tema o simplemente cortaba el asunto por completo, tal vez el que no pudiera atrapar a ese bastardo por la muerte de su compañero y amigo lo hacía sentir mal. Jimin lo entendía pero su tío no podía simplemente dejar todo guardado en un baúl esperando a que desapareciera. Ya habían pasado quince años y el tema aún estaba, las heridas que trajo consigo esa noche no desaparecen, la sangre derramada estaba fresca sin querer irse, sin querer marcharse, esperando a que la justicia hiciera acto de presencia.

De regreso a la estación fue directamente al piso inferior donde se encontraba la morgue. El ascensor que lo llevaba al piso subterráneo tenía ese aspecto de película de terror, una de las luces del techo titilaba y el aroma a formol impregnaba el espacio reducido, ese ambiente era tan acorde a la función del piso inferior como el último paso de los muertos.

Un escalofrío recorrió su espalda hasta llegar a su nuca cuando las puertas plateadas se abrieron y el largo pasillo de paredes azules de un tono oscuro recibieron su visita junto con el ambiente frío que congeló su cuerpo haciendo los vellos de sus brazos erizarse por completo a pesar de tener encima una chaqueta de cuero.

Al llegar a la puerta de entrada de la morgue Jimin tecleo el código de acceso y el sonido aprobando su entrada resonó en sus oídos junto con el usual chirrido de la puerta al abrirse. Al otro lado lo estaba esperando el rey de todo ese lugar, el doncel cuya profesión era admirada hasta cierto punto pero de igual manera estigmatizada como una de las más temibles, sin embargo a Taehyung parecía gustarle el silencio de ese lugar, teniendo como únicos acompañantes a los cadáveres que se mantenían quietos escuchando cada palabra dicha, esperando, aguardando a tener un lugar de descanso apropiado, mientras eran revisados con sumo cuidado para saber que les había pasado en el momento de su muerte.

Taehyung, su mejor amigo y hasta cierto punto su hermano, era alguien muy peculiar, pese a su complexión delgada, anteojos y esa presencia delicada que emanaba tenía una actitud algo introvertida pero cuando se trataba de cadáveres, heridas y muerte era alguien totalmente diferente, hablaba hasta por los codos y no se callaba por nada del mundo. Ahora esperaba que le diera cada pequeño detalle de la victima de esa noche, esperaba poder encontrar un indicio que le diera la confirmación del regreso de la familia Min.

MELODÍA A MEDIA NOCHE (Jimsu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora