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La brisa fría de la noche helaba el cuerpo de Yoongi a la espera de Jimin, tanto que sus manos estaban heladas en los bolsillos de su chaqueta y su nariz se encontraba al punto de congelación. Además del frío Yoongi se encontraba molesto por tener que esperar a Jimin quien subió a dejar esa molesta mujer ebria a su departamento, esperaba que no se pasara de lista y no hiciera ningún movimiento con su hombre, ya que si ese fuera el caso no le importaría cortar un par de extremidades de su apestoso cuerpo escuálido.

Cansado de esperar entró nuevamente al auto, ya dentro divisó a un auto en una de las esquinas de la calle detrás de donde estaba estacionado. Yoongi sostuvo una pequeña sonrisa trasladando su cuerpo al asiento del conductor a la espera de Jimin, quien salió del edificio frotando sus manos en busca de calor.

-¿Vas a conducir?-preguntó Jimin entrando al auto-¿Cuántos dedos ves?-alzó dos dedos frente a los ojos de Yoongi.

-Son dos, no bebí demasiado, puedo conducir-contestó Yoongi encendiendo el auto luego de que Jimin le diera las llaves, al mismo tiempo que observaba al auto que los seguía avanzando despacio a una distancia prudente.

-Entra por esa calle-dijo Jimin de pronto señalando un callejón que conectaba a otros pequeños callejones estrechos.

-¿Te diste cuenta?

-Que clase de Teniente sería si no. Nos han estado siguiendo desde que llegamos al centro de la ciudad.

-Por eso te estacionaste justo frente a la cámara de seguridad del edificio de Jennie.

Yoongi entró a esas calles minúsculas que se dirigían a muchas otras calles, aceleró hasta perder de vista al auto que los seguía, luego dirigió el auto a una calle principal llegando a la carretera bajo la atenta mirada de Jimin, quien no estaba seguro de a donde lo estaba llevando.

-¿A dónde vamos?-preguntó con mucha curiosidad Jimin observando la tenue sonrisa de Yoongi sin tener ninguna respuesta. Sin importarle mucho de a donde lo estaba llevando decidió dormir un poco mientras el motor del auto emite un sonido casi relajante.

Yoongi siguió avanzando por la carretera conocida, una muy conocida de su infancia. La ruta cambió demasiado en tantos años en los que no recorrió ese camino de asfalto.

En plena madrugada las llantas del auto entraron por un camino desgastado de grava hasta llegar a una conocida entrada. Aquella casa de grandes proporciones imponentes traía consigo recuerdos malos, buenos y otros sangrientos llenos de suplicio, no obstante pese a todos esos recuerdos que dejaron esa fría noche en la que sus pies se tiñeron de sangre cálida espesa, la cual parecía perseguirlo en sus pesadillas todas las noches, la misma cura a todo ese malestar y tortura se encontraba durmiendo a su lado con una respiración constante y tranquila.

Yoongi apagó el auto y esperó el despertar de su preciado Chim, aquel niño de manos sucias y pegajosas quien travieso se colaba por su jardín hasta su habitación a escuchar las teclas de su piano entonar las más dulces melodías que podía interpretar.

¿Cómo reaccionaría Jimin al estar en este lugar? Se preguntó curioso observando sus largas pestañas reposar sobre sus mejillas.

Al pasar de unos diez minutos los ojos de Jimin se abrieron poco a poco, dejando ver aquellos ojos resplandecientes los cuales observaron a Yoongi con luz y una dulzura tan enormes como el mismo cielo. Yoongi no pudo estar más feliz observando aquella mirada que solo era suya.

-Me gustaría llevarte a un lugar-dijo despacio saliendo del auto siendo seguido por Jimin.

Yoongi caminó con pasos pausados hasta la entrada, abrió la puerta dejando a la vista un lugar con demasiado espacio, los pisos de mármol los que una vez fueron brillantes estaban cubiertos de polvo y todos los muebles, lo que una vez fueron brillantes se encontraban cubiertos por sábanas cubiertas de suciedad.

Los pasos de ambos hicieron eco por todas partes al avanzar hasta que llegaron a un pasillo que los llevó a esa habitación de práctica, en la que dos niños se conocieron gracias a notas musicales entonadas con tristeza.

Yoongi no supo qué es lo que pasaba por la cabeza de Jimin en ese momento, sus ojos perdidos observaron todo con detenimiento, frunció el ceño y sus puños se apretaron cuando entró a la habitación de práctica donde se encontraba ese piano, el que Yoongi tocaba cuando era un niño. La sábana que lo cubría era roja, tan roja como la sangre, la cual fue descubierta en un solo movimiento por Yoongi, quien volteó inmediatamente para ver la reacción de Jimin cuando descubrió aquel piano.

-¿Recuerdas?-preguntó Yoongi caminando en su dirección.

Sin tener respuesta intentó tomar una de las manos de Jimin, pero fue rechazada de un manotazo, luego Jimin tomó su cabeza con ambas manos observando a Yoongi con suma atención.

-Por aquí entraste la primera vez que nos conocimos-dijo caminando a la puerta que daba al jardín-entraste como un pequeño ratón, asustado y curioso por conocer a quien tocaba el piano. Dijiste que toque mal ese día, luego te eché pero decidiste venir una y otra vez y luego todos los veranos nos encontramos aquí, me diste mi primer beso, aunque debo decir que fue más un robo. Mirábamos las estrellas todas las noches.

-Calla-dijo Jimin retrocediendo hasta que su espalda tocó el librero-no eres él.

-Soy yo, soy Suga, ¿me recuerdas ahora?

-No quiero recordar-pronunció Jimin con el pulso acelerado caminando a la salida lo más rápido que pudo, sin embargo fue detenido cuando sintió un pinchazo en uno de sus brazos, rápidamente quitó un dardo que estaba clavado en su antebrazo para mirar con sorpresa atrás.

Ahí estaba Yoongi con un arma tranquilizante en una de sus manos y con una sonrisa en su rostro, luego la luz a su alrededor se fue desvaneciendo hasta convertirse en total oscuridad.

-¿Por qué me haces esto?-preguntó antes de caer al suelo intentando enfocar la mirada en Yoongi.

-Porque me canse de esperar pacientemente, vine por ti Jimin, vine a recuperar lo que pertenece mi pequeño Chim y no te voy a dejar ir, nunca más te voy a dejar ir-respondió despacio acariciando la cabeza de Jimin suavemente, acariciando esos mechones de rubios cabellos hasta que los ojos de Jimin se cerraron completamente.

-Seokjin-Yoongi llamó a su subordinado-lleva a Jimin a mi habitación, amarra bien todas sus extremidades a la cama, luego puedes retirarte, ah...y una cosa más, para el banquete de apertura del hotel del Señor Khang Junho diles a todos mis hombres que ese día tienen el día libre.

-Sí Señor Min.

-También envía la confirmación de mi asistencia como la cabeza de la familia Min, es hora de prepararnos para el evento principal, el último acto está a punto de empezar.

-Sí Señor.

-¿Lo tienes?-preguntó Yoongi antes de que Seokjin pudiera levantar al Teniente Park del suelo.

-Sí, nuestros hombres lo recogieron en un camino a las afueras del hotel donde se estaba hospedando con el agente Jeon.

-¿Cómo reaccionó al saber la verdad?

-Lloró mucho esa noche, no quería aceptar la verdad y no quería cooperar, pero cambió de opinión cuando se le reveló sobre la enfermedad de su madre, está dispuesto a cooperar con usted. El agente Kim Taehyung es un doncel muy vengativo cuando se trata de su madre, eso es algo bueno.

-Dile que se prepare para esa noche va a ser una velada muy especial para su padre, el buen tío Soo va a sentir lo que es perder todo en un solo instante.

MELODÍA A MEDIA NOCHE (Jimsu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora