MELODÍA A MEDIA NOCHE (Jimsu)

🎼31

Esa noche ambos comieron spaguetti a la carbonara y una ensalada llena de lechugas y tomates con aceite de oliva, ensalada que fue vista con desprecio por Jimin cuando Yoongi la colocó frente a él.

-No soy un conejo.

-Debes comer verduras.

Pese a la aberración de Jimin por la ensalada se la comió toda sin decir una sola palabra más y atacó el spaguetti como un oso hambriento sin dejar rastro de ella en el plato.

-No tenía idea de que cocinaras tan bien, ¿quién te enseñó?

-Un amigo, dijo cosas como que tenía que aprender a cocinar, no tuve interés en un inicio, pero luego me empezó a gustar y aquí están los resultados.

-Muy buenos resultados, gracias por la comida.

-De nada-respondió Yoongi con un leve sonrojo en sus mejillas, tomando el último bocado de spaguetti con cuidado siendo observado por Jimin con mucha atención.

Solo en el momento en el que sintió su mirada pudo darse cuenta de que estaba usando cubiertos muy cuidadosamente y no palillos. Estaba tan acostumbrado a comer de esa forma, tan meticulosa que, olvidó por completo estar aparentando ser un doncel criado en un hogar de medianos recursos, por lo consiguiente no debía tener modales tan impecables a la hora de comer.

-¿Quieres helado?-preguntó Jimin abriendo el refrigerador.

-Un poco estaría bien.

Luego de terminar el postre, Yoongi se ofreció a lavar los platos siendo detenido por Jimin.

-Ya cocinaste, déjame la limpieza a mi.

-Me recibiste en tu casa y me llevas al trabajo, lo menos que puedo hacer es la limpieza.

-Esta bien, entonces voy a mi habitación, si necesitas algo puedes golpear mi puerta.

Jimin se dirigió a su habitación dejando a Yoongi limpiando la cocina y comedor, y cuando terminó se dirigió a la sala donde Jimin tenía muchas fotografías en la estantería de un mueble.

Yoongi pasó su mirada por varios marcos donde se encontraba la imagen de Jimin esquiando, en su graduación, haciendo deportes, cuando fue aceptado en la policía y había otra en la que estaba con los miembros del departamento de homicidios en una cena. Seguramente fue cuando lo ascendieron a Teniente.

Con sus dedos acarició varios marcos aceptando con amargura no haber estado en los días más importantes de Jimin. Cuando sus ojos observaron una fotografía en la que estaba Jimin con una mujer a su lado con un ramo de flores en sus manos, el sentimiento de querer matar a esa mujer se apoderó de su cuerpo, por un momento pensó que era una lastima que ya estuviera muerta, le habría gustado matarla con sus propias manos.

Yoongi tomó aquella fotografía con la intención de romperla en mil pedazos, pero se contuvo y la dejó en su lugar. Al dar media vuelta cerró los ojos y respiró hondo un par de veces intentando calmar su lado asesino que quería dejar suelto. Al volver a abrirlos observó un mueble en una esquina de la sala, estaba cubierto con una sábana.

Siendo guiado por su curiosidad caminó hasta llegar al mueble, observó a su espalda al pasillo donde estaban las habitaciones para verificar que no estaba Jimin por ninguna parte, luego de cerciorarse tomó la sábana para descubrir lo que estaba debajo y al hacerlo quedó al descubierto un piano.

Un piano de color blanco, no era tan grande como el que tenía en su antigua casa cuando era un niño, pero se parecía bastante, incluso el banco que estaba debajo era parecido, manteniendo un revestimiento de cuero en la superficie. ¿No lo había olvidado?

Sus dedos tocaron la brillante madera, era sedosa, casi cálida al tacto y cuando llegó las teclas que estaban heladas no pudo resistir tocar una y luego su cuerpo sin tener voluntad propia se colocó frente al piano, tomó asiento en frente a él y empezó a tocar aquella melodía que tantos recuerdos traía consigo.

Las notas musicales de Minuet en g major, que por tanto tiempo tuvieron un tono lleno de tristeza esta vez eran alegres y mientras la música rodeaba toda la habitación un sentimiento de júbilo se apoderaba de su corazón, sin embargo cuando estuvo a punto de terminar la última nota su mano fue detenida con fuerza.

-¿Qué haces?

Yoongi no fue capaz de responder a la pregunta de Jimin en el momento.

-No vuelvas tocar este piano-volvió a hablar Jimin con dureza y con una mirada demasiada triste, tomando a Yoongi de su brazo para levantarlo, luego tomó la sábana del suelo para cubrir el piano tan rápido como pudo.

-¿No te gusta la música?

-No es eso.

-¿Entonces por qué no puedo tocar el piano?

-Porque no y punto.

-¿Por qué no puedo tocar el piano?-volvió a preguntar Yoongi acercándose a Jimin hasta quedar a centímetros de su rostro, con su voz interna gritando fuertemente. Recuérdame.

-Tu ve un accidente y el sonido del piano no le hace bien a mi cabeza-respondió alejándose de Yoongi para ir a uno de los sofás.

-¿Por qué tienes un piano aquí si su sonido te hace mal?

-Me hace sentir...de alguna forma me hace sentir seguro, pero no lo toques. El lo único que voy a pedirte-con voz desgastada pero llena de autoritarismo se alejó, dejando a Yoongi lleno de incógnitas.

¿Jimin lo recordaba parcialmente? Y si lo hacía, ¿hasta que punto podía recordarlo?

Yoongi apretó sus manos una y otra vez con el sentimiento de querer tomar la cabeza de Jimin para sacudirla y exigirle que lo recordara. Sin embargo, no podía quejarse demasiado. Si tenía en su posesión un piano cuyo sonido le hacía mal a su cabeza eso quería decir que tenía aún la oportunidad de que pudiera recordarlo, de que aquel sentimiento que tenía en el pasado aún estuviera latente en el fondo de su corazón.

Si tan solo existiera una manera de hacer que aquel sentimiento dormido en su pecho pudiera despertar de alguna forma...

Al día siguiente Yoongi se levantó temprano y fue a desayunar con una camisa negra y un par de pantaloncillos cortos color blanco dejando a la vista sus piernas. De alguna u otra forma iba a hacer recobrar la memoria a esa cabeza dura, sobre todo los días pasados en los que caminaban juntos por un bosque lleno de árboles que entre sus ramas escondían el sentimiento mutuo de cariño entre ambos.

La canción de arriba no es la canción que Yoongi estaba tocando pero me gustó mucho. 

Esta si es