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El aliento del hombre jadeante sobre una cama de metal se esparce lentamente por el aire, la calidez de su vida se desvanece con lentitud en el frío de la habitación oscura. El miedo latente en su pecho se esparce por cada milímetro de su cuerpo convirtiéndolo en una masa temblorosa.

La luz en medio del techo ilumina parte de su rostro, la venda rojiza sobre sus ojos se empapa con lágrimas temerosas, su boca jadeante no emite palabra alguna de piedad.

Está cerca, lo sabe, lo siente. La muerte ha venido por él a cobrar cada uno de sus pecados, transformando su condena en el más puro e intenso dolor. El rostro de la muerte sin embargo posee facciones delicadas, sus ojos negros como una noche sin estrellas intensos lo observaron por un segundo, lo que bastó para saber que dentro de ellos no exitía una sola pizca de compación, esos iris negros tan profundos como el manto de la parca complementaban la visión de un ángel que ha venido a cobrar su deuda.

-¿Quieres escuchar una canción?-La voz suave con un tinte de diversión en ella, viene a sus oídos dejando atrás el sonido del tic tac del reloj-guarda silencio-añade rozando suavemente sus labios con la yema de su dedo, colocando después una cinta sobre ellos.

El sonido de sus pasos sobre el mármol son tenues, un repiqueteo que penetra en sus oídos y luego, la melodía de un piano invade la habitación, provocando aún más el temor en el hombre postrado sobre el frío metal, sabe lo que sucederá al final de la melodía y pese a saber lo que sucederá, no está listo para morir.

El sentimiento puesto en las notas musicales parecen cobrar vida, atrayendo a una fosa de sufrimiento, la pena transmitida en la melodía es de temer. Un corazón destrozado, cuyo sufrimiento tristeza es tan grande hace de la persona aún más cruel. No importa cuanto suplique, cuanto quiera justificar sus actos, nada de lo que diga va a hacer cambiar de opinión al ángel que lo llevará a la muerte.

-Tus acciones-habló Yoongi luego de terminar de tocar el piano-han sido las peores. Incriminar a personas inocentes, mentir en tus reportes, falsificar evidencias y fabricar otras más. El conocimiento que debías usar para hacer justicia por los cuerpos inertes sobre la mesa de la morgue, fueron trágicamente desviados a tu beneficio.

El hombre número dos sobre la mesa intentó hablar a través de la cinta con intenciones de justificar sus acciones.

-Habla-dijo Yoongi quitando la cinta de sus labios-intenta convencerme.

-Puedo darte nombres, quien me envió a hacer todo lo que hice, puedo traerlos a ti.

-¿Qué te hace pensar que no lo sé?-sonrió Yoongi caminando en dirección a la salida dejando a uno de sus hombres que estaba vestido de pies a cabeza con un traje de protección con la víctima número dos-ahora vas a saber lo que se siente no poder hacer nada cuando alguien juega con tu cuerpo sin importar que alguna vez fuiste un ser humano...la diferencia es que estarás consciente cuando eso suceda.

Los gritos del hombre en la mesa de metal cesaron cuando la puerta fue cerrada tras Yoongi. Era una verdadera lástima que al día siguiente tuviera que trabajar, estaba muy emocionado de jugar con el hombre número dos, no obstante no podía llegar a su trabajo con ojeras.

Su despertar fue algo incómodo y no debería ser de otra forma, no cuando tuvo que dormir en la diminuta cama donde tuvo que descansar. Yoongi extraña su casa, sus sábanas de seda, su amplia cama y mucho más, en especial los desayunos que le preparaba su chef personal.

-Lo haces por amor Min Yoongi-exclamó encendiendo la estufa y dejando el mango de un sartén de metal al fuego por un buen momento, para después colocarlo en uno de sus brazos provocando una quemadura de cuatro centímetros-duele, duele, duele...

Al terminar de provocar esa herida en su brazos, usó una venda para envolverla de mala manera y se preparó para ir a su trabajo, compró un café en el camino y al llegar al piso de homicidios lo que esperó tanto sucedió.

-Buen día Min Yoongi-saludó el Teniente Park pasando por su lado-cuando termines de instalarte ven a mi oficina.

-Sí Teniente.

-Ni siquiera lo pienses-comentó Jackson a su lado.

Desafortunadamente la pequeña interacción que tuvo con el amor de su vida había sido vista por ese tipo llamado Jackson y el otro que no recordaba su nombre y los dos parecían aguantar los comentarios burlones que querían decir.

-Tus ojos brillan como el de todas las agentes que ven por primera vez al Teniente-dijo el agente el cual no recordaba su nombre-mira Yoongi te lo decimos por tu propio bien, no intentes nada o terminarás como Jenny, empacando tus cosas de camino a otro departamento.

-Matthew acabas de acabar con todas las ilusiones de Min Yoongi en un solo golpe, no seas cruel-sonrió Jackson de camino a su escritorio.

Yoongi no dijo nada aguantando todo lo que quería decir y hacer a ese par de tontos de camino a su escritorio para dejar su chaqueta negra en el respaldo de la silla antes de ir a la oficina del Teniente.

El aroma del perfume de Park Jimin en su oficina era tan acogedor que Yoongi quiso saber qué perfume usaba en el momento en el que entró, más tuvo que abstenerse de preguntar y también de mirar demasiado a Jimin. Todo en él es hermoso, sus ojos, sus mejillas, su nariz, su boca, sus brazos, cada trazo de los tatuajes en ellos era precioso. Tuvo que hacer un esfuerzo sobrehumano para no lanzarse hacia el frente y comerlo de pies a cabeza.

-¿Qué te sucedió en el brazo?-preguntó Jimin observando el vendaje.

-Un accidente matutino, nada grave.

-¿Eres derecho? Debió ser difícil curarte tú mismo con la mano izquierda-suspiró Jimin sacando un botiquín de uno de los cajones de su escritorio, luego caminó en dirección a Yoongi para llevarlo a tomar asiento en una silla cercana y él tomó otra para sentarse frente a él-si tienes algún problema como estos en el futuro puedes pedir ayuda a cualquiera en la unidad o ir al hospital.

-La quemadura no es demasiado grave- contestó Yoongi persiviendo la suave textura de las manos de Jimin tocando su brazo con delicadeza y la forma en la que su cabello ocultaba parte de sus ojos al estar agachado dejó a Yoongi sonriendo como un total idiota.

-Si no la tratas bien puede infectarse...-prosiguió Jimin sin alzar la vista-Min Yoongi te debo una disculpa, dije cosas que no debería haber dicho, seguramente te ofendí y lastimé con mis palabras.

-Es normal que me traten de esa forma, ser un doncel a veces es difícil.

-No debería ser dificil, me siento como un idiota estando frente a ti. Soy tu superior y mi deber es hacer que te sientas bien en tu trabajo, guiarte en tu camino para ser un buen agente.

-Parece ser que el Teniente se siente muy culpable por las palabras que dijo ayer.

-Y no sabes cuánto...me gustaría invitarte a cenar después del trabajo para disculparme como es debido.

-Me encantaría cenar con el Teniente Park-contestó Yoongi absteniendo de sonreír como un completo imbécil, una vez fuera de su oficina fue algo muy diferente. No pudo evitar sonreír en toda la mañana siendo observado con extrañeza por sus compañeros.

MELODÍA A MEDIA NOCHE (Jimsu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora