Amistad

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Tarjetas, muchas tarjetas de potenciador.

La última vez que vine, no me fue posible tomarlas debido a los acontecimientos de la ciudad, pero tal como pensé, estas cosas son un tesoro enorme.

Las tarjetas eran esacasas en la ciudad y se volvieron aún más difíciles de conseguir en el puesto de avanzada. Un potenciador tendría que pagar mucho por ellas y debido a eso, convertirse a la alineación de fuerza mental era una tontería; sin embargo, en mis manos había decenas de tarjetas que podían perfectamente solucionar esa desventajas.

Tarjetas pertenecientes a las víctimas de Basilus, las cuales no tuvieron oportunidad de usar en contra de su opresora presencia. ¿Por cuántos años las habría estado juntando y para qué?

No, con su personalidad, él probablemente ni siquiera las tomaba en cuenta; tampoco parece ser de los que colecciona recuerdos, eso debía ser más cosa de Sasha...

Tal vez aquella víbora le pidió a Gaia que juntara estas cosas con el propósito de que la pelirroja pudiera protegerse sola más adelante; esto pudo ser incluso parte de la colección personal de la reina de los árboles.

Aún así, es tan complicado pensar en una razón; después de todo, Sasha no tiene tantos años como para haber juntado esta insana cantidad de tarjetas, ya sea que Basilus las recolectara también por ella o no, después de todo, como dije antes, los potenciadores basados en fuerza mental son muy pocos y no han sido tantos los que murieron en el bosque, al menos no los últimos años y no pertenecientes a la ciudad donde vivía.

Suspiré y me sacudí los pensamientos; no tenía caso pensar en eso.

Miré a mi alrededor mientras escogía algunas tarjetas y guardaba el resto en mi mochila. El piso se encontraba repleto de armas y cosas que podrían ser bastante útiles; fue un acierto subir mientras los demás comían. No podría darme el lujo de revisar con todos corriendo de un lado a otro, moviendo o peleándose por quién usa qué; aunque bueno, eso sería subestimarlos demasiado, ya no son niños; la principal razón, por supuesto, era por respeto a la casa de Gaia y Basilus.

Los chicos aún no estaban al tanto de la verdadera situación y cómo tal, aún de forma inocente, podrían dejarse llevar por la codicia y armar un alboroto, discutir por estas cosas como si fueran suyas o pensar en regresar solos a tomar algún objeto llamativo; quizá hablar de más en la avanzada...

En definitiva, estaba llegando el momento de sincerarme con ellos.

Tal vez sería lo mejor.

¿Cómo reaccionarían si se enteran de que la supervivencia de toda la humanidad está en juego a causa de una Gea extremista y poderosa a lo Godzilla, mientras que nuestra única esperanza es una víbora cascarrabias que terminó gravemente herida en su último enfrentamiento y no pueden hacer nada al respecto para mejorar sus posibilidades?

Nuestros días podrían estar contados...

Revisaba las armas con esos pensamientos en mente; me esforzaba para dejar pasar la situación, para vivir mi vida como si eso no fuera tan importante, pero lo cierto era que me preocupaba.

Aparté las armas que podrían servir.

Una pistola teaser, algunas dagas, cuchillos, equipo de primera calidad para potenciadores avanzados.

Placas de protección pertenecientes a los trajes de guerreros caídos en batalla... Algunos incluso con agujeros; es aterrador tomando en cuenta que están hechos para detener disparos.

Viendo algo así, no pude evitar preguntar, ¿cómo es que la humanidad pensó si quiera que podía ganar en la lucha contra los GEAS?

… No, tal vez no lo hizo. Quizá los líderes de antaño lo sabían y solo le dijeron eso a las personas para que tuvieran esperanza, para que trataran de esforzarse por vivir y en algún punto, se olvidaron del público, cedieron a la codicia y comenzaron a creer en su propia mentira, después de todo, nadie se enriquecería si creyera que puede morir en cualquier momento.

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