Creciendo Como Guerrero

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La gente comenzó a entrar en pánico y a correr hacia los autobuses de transporte de forma desordenada; algunos incluso se colgaban de las ventanas o subían a los techos con tal de ser alejados del lugar lo más rápido posible.

Las fuerzas del orden también los urgían; ya no importaba si todos los lugares de un autobús estaban ocupados o si la gente debía ir de pie en el interior, lo importante era salvaguardar a las personas lo más rápido posible.

—Espero que estén preparados para esto —mencionó Jacknife con su bastón eléctrico en una mano y su cuchillo en otra mientras fijaba su mirada en las GEAS clase tres y cuatro que empezaban a entrar.

—Profesor —tomé mi cuchillo y se lo arrojé—. Será mejor ir con todo.

—¿No era el único que tenías?

—Tal vez mentí un poco —respondí sacando otro del estuche en mi tobillo que se escondía bajo mi pantalón.

—Bastardo —Jacknife se rió—. Te daré una descarga cuando esto termine.

—Cuando esto termine, yo mismo me la daré por miedo a estar soñando —respondí con una última pieza de humor antes de lo que probablemente sería una masacre unilateral hacia nuestro lado.

—Gleam, encárgate de cualquiera más débil que tú.

Entendiendo mis órdenes, mi golondrina rápidamente comenzó ha volar entre las filas enemigas y a clavar sus garras y pico en los cráneos o partes vitales de las criaturas más débiles.

Parecía poco, pero si íbamos a enfrentar a GEAS de gran poder, distraernos con las pequeñas criaturas sería Problematico.

Mas ponenciadores llegaron junto a nosotros; todos con algún arma distinta, ya sea un gran martillo, una espada; uno de ellos incluso con un rifle gigante y otro con un cinturón lleno de tarjetas de habilidad.

—¿Qué hace un novato aquí? —se rió uno de ellos—. ¿Ahora pondrás en peligro a tus alumnos, Jacknife? Siempre fuiste muy espartano.

A diferencia de los dos chicos de antes, su broma no se sentía como una burla.

—Necesitaremos toda la ayuda que podamos —explicó mi profesor—. Además, el chico sabe moverse.

—Vamos a bailar entonces —un último y séptimo potenciador de alto rango llegó caminando a nuestras espaldas. Era conocido por todos como el hombre más fuerte de la ciudad.

El sujeto llevaba por arma dos nudilleras con picos y era solo conocido como "Fist".

Con sus palabras, varios de nosotros comenzamos a correr y los potenciadores con las tarjetas y el rifle se quedaron en la retaguardia.

De reojo pude ver como un gran muro se formó entre nosotros y la gente; no sólo para protegerlos, también para evitar distraernos, pues ahora, no podía ver a mis hermanos.

Me concentré en el frente, en un GEA de clase tres con la apariencia de un tigre. Él también me centró y mientras sus rallas se encendían en llamas, comenzó a correr hacia mí sólo para ser atravesado desde su ojo por el disparo del potenciador en la retaguardia.

—Concéntrate en los de tu liga —ordenó el potenciador con un martillo del tamaño de una persona, aplastando la cabeza de un lagarto de clase dos en el piso.

—Yo les mostraré cual es mi liga.

Ignorando las órdenes, corrí hacia un gorila de clase tres.

Ellos eran amables y era admirable que cuidaran a los menos experimentados mientras peleaban, pero no fui pisoteado tantas veces por los entrenamientos de Basilus para ser menospreciado.

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