Así, comencé a cuidar de una cachorra de humano y desde entonces, mis noches se volvieron largas y mis días aún más.
Cuando no lloraba, se pasaba el tiempo riendo y cuando no reía lloraba, sólo podía darme el lujo de descansar cuando no hacía ninguna de esas cosas y dormía o cuando Gaia la cuidaba; sin embargo, pronto me comencé a acostumbrar a ella y a verla como cualquier otra criatura del bosque; no, no así, más bien como a un ser cercano a mí, incluso su risa dejó de parecerme molesta y empecé a verla como si fuera una clase de bendición, lo cual me dolía, dado que tendría que matarla cuando se convirtiera en un salvaje y despiadado humano, pero era mejor eso que dejarla volverse en una criatura que odiaba la vida.
Pasaron 2 años y la transformación no había llegado, al contrario, ella seguía siendo tan alegre e inocente como siempre y fue entonces cuando Gaia hizo una extraña sugerencia.
-¿Por qué no le enseñas el lenguaje humano? Si se encuentra con otros de su especie en el bosque, podrían tratar de hacerle daño si no sabe comunicarse.
Su sujerencia me hizo pensar; yo no quería que la niña se topara con esos seres, pero tampoco quería dejarla recluida en el árbol, ella necesitaria salir a explorar en el futuro, así que comencé a enseñarle lo poco que yo sabía, dando lugar a un lenguaje algo roto pero entendible para los de su especie.
Sin embargo, mi conocimiento sobre esos seres era limitado, por lo tanto, decidí salir a observar los campamentos humanos, así podría aprender más de su cultura, tal vez entender también porque se convertían en las terribles criaturas que eran.
Traté de acercarme de forma, al ada, pero la respuesta de los humanos fue la misma que esperaba; todos comenzaron a gritar y atacar en cuanto me vieron.
"Maldita sea", pensé para mí y con una velocidad más allá de la percepción de mis atacantes, comencé mover mi cola como un látigo, partiendo el cráneo de cada persona en mi rango y dándoles a todos una muerte rápida.
Maté a todos menos a una mujer humana que me miraba aterrada por lo rápido que me encargué de sus compañeros.
Serpenteé hacia ella lentamente mientras esta retrocedía, luego cayó al suelo y siguió arrastrándose hacia atrás mientras balbuceaba súplicas ahogadas por su miedo.
-P... P... Pe... Perdóname -decía ella entendiendo su error, era la primera vez que dejé a un humano vivir lo suficiente para decir algo.
Finalmente la mujer dejó de retroceder, pues un árbol a su espalda no la dejaba seguir retrocediendo.
Yo seguí arrastrándome con toda tranquilidad hacia ella y cuando solo un metro nos separaba al uno del otro, un olor agrio inundó mi nariz.
Al observarla, me di cuenta de que el olor provenía de ella, más precisamente del área entre sus piernas, la cual comenzó a mojarse y a esparcir humedad por el resto de sus ropas, su último mecanismo de defensa imagino, pero era inútil contra mí.
-Humana -proyecté mi conciencia hacia ella pensando en un plan-.¿Quieres vivir?
La mujer quedó pasmada, parecía no entender lo que pasaba, así que repetí mi pregunta.
-¿Quieres vivir?
Finalmente entendió.
-Po... Por favor perdóname, déjame ir y te juro que...
Rápidamente corté su rollo, no me interesaba nada que quisiera ofrecerme.
-Entonces contestaras mis preguntas.
-Si -respondió ella.
-¿Por qué los humanos atacan todo lo qué ven?
-Po... Porque es peligroso
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The Big Breaking Off
Science Fictiontras una agonizante sobrepoblacion, gaia envía una serie de desastres de nivel cataclismo para exterminar a la humanidad, sin embargo, tras perder el 99% de su población, esta logro prosperar y nuevamente expandirse, lo cual la lleno de ira por lo q...