Agonia

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¡Malditos jabalíes!! ¡Mas malditos jabalíes!

He estado matándolos por horas y horas y aun no he logrado subir de nivel, ya esta anocheciendo y lo único que conseguí es un estomago de embarazada de 4 meses y dolor, ¡Mucho Dolor!

Sin poder hacer nada más por este día, decidí vender a los jabalíes en el puesto de control y regresar a casa.

No se emociones, los 20 jabalíes no me dieron mucho tampoco, es decir, si uno pudiera hacerse rico matando jabalíes, todo el mundo lo haría; desafortunada mente, su tasa de reproducción es muy amplia y normalmente solo mueren 10 o 15 de ellos cada dos años por potenciadores, también está el echo de que al establecerse cerca de la ciudad, casi no tienen depredadores, por lo tanto, hay demasiados de ellos. Todos estos factores causaron que se convirtieran en la mayor fuente de alimento de toda la ciudad, volviéndose extremadamente baratos y a causa de esto, no logre obtener mas que unos 100 créditos por ellos, si tuviera que hacer una comparación, tendría que matar a unos 200 para pagarle a math lo del implante.

Cuando llegué al orfanato, de inmediato fui recibido por 2 niños de 7 años

-¡Hermano Haru!! ¿como te fue? ¿Eres un potenciador? -los ojos de los pequeños estaban llenos de expectativa.

De inmediato saqué la tarjeta azul de mi bolsillo -mirenlo ustedes.

-Wow, el hermano Haru es increíble -estos niños, junto con varios otros del orfanato, son la principal razón de que me esforzara tanto, soy uno de los mayores y su ejemplo a seguir, como tal, no podía rendirme, no con esos ojos llenos de sueños y expectativas observándome.

-¿Qué te paso en la mejilla Dean? ¿La decana te volvió a pegar? -pregunté seriamente a uno de los niños que tenía una mejilla levemente inflamada.

-Fue porque repetí mi porción a escondidas -Dean no mostraba nada de arrepentimiento.

La mayoría de los niños quisieran hacer lo que Dean; ninguno ellos comía hasta llenarse, sin embargo, esto no siempre fue así, la decana era una huérfana como todos nosotros, ella se hizo con la dirección 7 años atrás y desde entonces, las comidas se redujeron a 2 por día y las porciones disminuyeron a la mitad pues ella y algunos directivos, comenzaron a desviar recursos para darse una buena vida.

-No te preocupes por eso, traje deliciosa carne de jabalí para que comamos los 3, también les prometo que dentro de unos años, abriré mi propio orfanato donde todos puedan comer hasta llenarse.

-¡Eso me gustaría verlo! -fuimos interrumpidos por la voz chillona y arrogante de la decana que bajaba las escaleras-. Supongo que la razón de tu tardanza es que fracasaste.

-Te equivocas, el hermano Haru se convirtió en un potenciador.

-¿Enserió? Si alguien tan inútil lo logró, supongo que ahora cualquiera puede, como sea, no tienes permitido traer esa carne aquí.

-¿Desde cuando? -pregunté irritado.

-Desde que lo digo yo, la confiscaré -al ver que no cedería fácilmente, la decana le echó un vistazo malicioso a los niños mientras hablaba -¿No querrás que me enoje o si?

Las intenciones tras sus palabras eran que se desquitaría con los niños si no le daba lo que quería, por lo tanto, tuve que ceder de mala gana -No señora.

-Me alegra que seas tan razonable -arrebató la carne y se retiró mientras hablaba -Y que no se te suba a la cabeza, si quieres seguir viviendo aquí, a partir de mañana pagaras renta.

-Hermano Haru -esta vez fue Lana quien habló-. Se que los potenciadores tienen una residencia gratuita, si quieres mudarte no te detengas por nosotros -Lana era muy perceptiva, de hecho, ellos eran la razón por la cual no planeaba mudarme; muy pocos huérfanos de mi edad se preocupan por los mas pequeños, sin mi, temía que nadie los cuidaría, de no ser por esto me habría mudado tiempo atrás.

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