Vino de Italia

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Respirar. A este momento le llamo, respiro. Una copa de vino está entre mis dedos y el sonido del piano resuena calmo. Una charola de queso se sirve frente a mí y la iluminación me ayuda a tener este momento. Pero no son todos esos factores los que me hacen sentir que respiro, no, no es eso.

—Realmente necesitaba esto, Hoseok—

—Ni lo digas, ya me tenía harto tu mal humor—

—Necesitaba alejarme del trabajo, de Taehyung y de Jimin—

—Sabes que eso suena muy mal, ¿verdad?—

—Lo sé, pero Jimin me está matando liberando aquel delicioso aroma por su celo y Taehyung está en la casa. Se la pasan pegaditos y abrazados todo el día, incluso duermen juntos, ¡juntos! Después de que se enojara conmigo por lo de Taehyung... ¡Ahg! Me rompió mi corazón, sabes. Hablamos de ello, me pidió disculpas, yo le pedí perdón, pero aún siento que actúa extraño al estar todo el día con el estúpido de Tae—

—Oye, no le digas así—

—Perdón, ya dejo a tu amorcito— ruedo los ojos

—Mira, solo aguanta un poco más, las cosas pronto se van a arreglar—

—Eso lo dices así de sencillo porque no conoces a Taehyung realmente. Es omega, y es algo de lo cual jamás me había dado cuenta, me refiero a que sé que es omega, pero no tiene este olor típico de omega, no hasta ahora—

—Es porque no está bajo la protección de su mansión, bajo la protección que hicieron sus padres al morir—

—Pues no sé, pero es insoportable—

—No te atrevas a tocarlo—

—Hoseok, sabes que él y yo ya...—

—¡Cállate, idiota! Sí, ya sé que quitaste su virginidad. No me interesa— me dice lleno de furia

—¡Uy! Se te sale lo alfa, que no eres, cuando se trata de Taehyung— sonrío ladino

—Sabes que soy algo posesivo con él—

—¡Ja! Bien lo sé, por tu culpa no tiene pareja— me burlo

—No es mi culpa, es de él, ¿quién demonios lo soportaría?—

—¿Quién demonios se le acercaría si matas con la mirada a cualquiera que lo intente?—

—¡Pura estupidez! No tiene pareja porque es prisionero en su casa debido a su maldición—

—Oye hay algo que no comprendo—

—No me sorprende, no eres muy brillante— rueda los ojos

—Si la maldición lo obliga a aislarse de la sociedad en su casa, ¿cómo es que la maldición desea que su legado siga?—

—Ahhh... Deberías preguntarle a él— sube los hombros y ya lo veo tomar un sorbo de vino

—Eres la cosa más inútil, Hoseok—

—¡¿Qué?! Yo tampoco lo comprendo, debe estar ahí en esa mansión para no volverse algo como un esclavo, pero la maldición de su apellido lo obliga a buscar a alguien a quien heredarle la maldición, es estúpido. Es estúpido que esa maldición siga, van más de trecientos años, y bueno, sí, sus ancestros... bueno, estaban locos, pero qué culpa Taehyung—

Cada que Hoseok habla de ello, se nota la desesperación, el anhelo, por saber a Taehyung libre de la maldición, es tierno, es simplemente increíble cómo se le iluminan los ojos y su emblema familiar aparece en la frente. Aquel sol de protección, olvidado en la historia. Sonrío con torpeza y dejo que siga su plática, es tranquilidad de una conversación de uno, y es perfecta.

Azul Iridiscente // yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora