Ninfa de agua dulce

3.1K 352 185
                                    


Espero impaciente. Después de días he encendido mi celular y tengo cientos de mensajes. Los ignoro. Lo único que hago es reservar un lugar para dos en aquel restaurante.

Voy a la alacena y saco el tarro con gomitas de osito. De otra puerta tomo un plato pequeño y ahí pongo algunas. Meto unas tres a mi boca y cuando regreso para esperar puedo ver que sale.

Es extremadamente adorable. Abro la boca de solo verlo. Pero él olfatea sin importarle nada más. En segundos lo tengo frente a mí. Está viendo el platito lleno de gomitas con una sonrisa y los ojos bien azules.

—¿Me da?— dice tierno

Yo no le quito la vista de encima. Le he dado ropa para que se vista sin pensar siquiera. Así que usa un suéter grande con rayas horizontales de colores. Prenda que no es mía sino un regalo no entregado a mi ex-esposa.

—Señor Min~ ¿Me da?—

Reacciono, tiene sus manitas juntas y me ve haciendo un puchero. Ya entiendo.

—Vamos a desayunar—

—Quiero gomitas. No quiero desayunar— dice enojado

Me pongo a su nivel. El cual no es muy diferente al mío, porque sinceramente no soy muy alto.

—Vamos a ir a comer. En el carro te doy gomitas. Así que no me hagas berrinche—

Doy un golpecito a su nariz.

—No soy un niño para hacer berrinches. Pero quiero gomitas— frunce el ceño

—Vamos— sonrió y camino fuera del departamento

Estoy por tomar las llaves del auto cuando le veo los pies descalzos. Medito un poco. Mis zapatos no parece que le quedarán. Y tampoco van con él. Así que simplemente le doy las pantuflas para que se las ponga.

—Si voy a protegerte, lo haré bien. Después del desayuno regresaremos aquí porque debo activar y desactivar unas cuentas bancarias. Y luego debemos ver por ropa y zapatos, ¿Te parece, pequeño?—

—Señor Min, no tiene que hacer todo eso por mí...—

—Jimin, aunque me digas que no, voy a hacerlo—

—¿Por qué?— dice curioso mientras bajamos

—Mmm... Hay muchos motivos... Uno de ellos es que te dije que te voy a proteger. Otro es que si no me hubieras hecho recordar muchas cosas, mi vida hubiera terminado en algunos días. Y porque necesito proteger a alguien, más ahorita que paso por malos momentos—

Escucho su silencio, no me ha dicho nada y yo tampoco aclaro nada. Solo cuando estamos por llegar al coche me dice.

—¿Tanto la extraña?—

Me quedo estático. Realmente siento que puede leerme la mente. Que pude ver a través de mi cada cosa. Siento que incluso ve más de lo que yo sé. Porque ni yo he logrado comprender la respuesta a esa pregunta.

—Lo siento, no debí preguntar— se pega en su boquita y yo lo detengo

—No—

No sé qué he contestado, si su pregunta, su afirmación o simplemente lo regaño por golpearse. Tal vez, todas.

—¿Me da gomitas?—

—Toma— le doy el platito y le abro la puerta del carro —Y adentro—

No me niega nada. Obedece. Es tierno y como un niño.

Mientras conduzco no me saco de la cabeza ningún pensamiento. Es como si todos se a galoparan, hablo con mi mente de todo a la vez. Un tanto de ella, un tanto del divorcio, un poco más del engaño. También me siento de lo más idiota al creer todas aquellas mentiras, y de pronto pienso en el empresa, me asfixian los problemas que no he logrado terminar de resolver. Pero no puedo dejar de pensar siquiera un poco.

Azul Iridiscente // yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora