Zorro de nueve colas

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—¡Namjoon! ¡Vamos por favor, sé que puedes hacer algo!—

Estoy desesperado. Jimin está en mis brazos sin respirar. Su piel es azulada y helada. Mi desesperación está al borde del abismo.

—¡Taehyung! ¡Hoseok! Ambos pertenecen a la naturaleza, algo pueden hacer, estoy seguro—

Me ven igual de aterrados. Niegan.

—¡¿Jin?!—

Está buscando respuestas, y por eso no me ve, ni ve a nadie, solo tiene los ojos negros, con aquella runa roja en el iris. Jin es de lo más aterrador con esa apariencia, pero sé que está igual de preocupado que yo.

De pronto, Namjoon y él juntan sus miradas.

—¡Justo eso!—

Ambos han obtenido la respuesta y ya quiero que me la den. Cada segundo que pasa me tortura.

—Llévalo al lago, Yoongi. Es un ser de agua dulce. Debe funcionar—

No lo pienso ni un poco más, tampoco dejo que sigan hablando, por lo tanto ni siquiera escucho qué debo hacer una vez llegue. Solo sé que ya estoy corriendo a toda prisa entre las hierbas frescas y la niebla de cenizas.

Olfateo para encontrar el camino más rápido. El lugar que hemos creado, no lo hemos dejado cerca de la orilla calma del lago. Porque entre nosotros, nunca nadie fue un ser de agua.

Hay un halo de luz que recibe a Jimin, como si aquel lugar supiera de él. Lo dejo en la orilla, el agua se mezcla con sus mejillas, es como si le abrazara. No hay reacción alguna.

—¡Mierda!—

En el reflejo del agua me veo a mí mismo, veo como mi alma está descontrolada. Y justo en ese momento recuerdo lo que realmente soy. Un Kitsune. Un zorro de nueve colas.

Cada una de las puntas de mis colas brilla de verde brillante, las runas que contienen a mi alma se marcan en el pelaje blanco. Mi cabello se tiñe de plateado, mis orejas sobresalen de mi cabeza. Mi mirada es gris con resplandores verde esmeralda. Soy yo quien debe ayudar a Jimin y por eso concentro mi energía en lo que soy, un ser legendario de protección.

Seis de mis espíritus, cada uno perteneciente a mi alma rodean a Jimin, son pequeños zorros, como luces verdes, fuego verde que resplandece como mis ojos, mismos que cierro.

Es como si fuera cada uno de ellos, cada uno de los fragmentos de mi alma, veo todo tan diferente. No es un mundo plano, no es un mundo de siluetas, es un mundo dentro de la mente.

Todo está lleno de agua. Hay espacios llenos de burbujas. Hay pequeños peces flotando, quizá nadando. Y ahí mismo se dibujan constelaciones. Sé que en algún lado Jimin estará, o tal vez él es el todo creado.

No es necesario hablar, es mi alma y la suya conectadas en la simplicidad y complejidad de las mismas. La de él parece ser el universo, la mía simplemente espectros de la mente.

Veo el centro de todo, Jimin resplandece tan pequeño, su piel porcelana, su cabello rubio y resplandeciente como la seda. No parece verme, parece observar un punto sin salida ni entrada. Solo mira a la nada.

Algún fragmento de mi alma sería el que se acercara, quien haría esos ojos azules regresar. Sería simplemente aquella parte de mí, ese pequeño fragmento puro de mi alma el cual no espantará al frágil ser que es Jimin.

Inocente y revoloteando se acerca, es la forma de un joven y pequeño zorro. Coloreado de esmeralda, la figura de fuego toca aquel cuerpo frío. Al instante le ve, me ve porque soy yo mismo. Ahí está, Jimin, no ha olvidado su existencia aún.

Azul Iridiscente // yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora