Viaje inesperado

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Me ha puesto el cinturón de seguridad, me cuida como si fuera un niño, pero me gusta porque siento la calidez que hace mucho perdí.

Estamos en el carro. Estoy en el copiloto. El resto en los asientos de atrás, apretados.

—En serio Yoongi, Jimin es más pequeño que cualquiera de nosotros cuatro. Debimos mandarlo a la cajuela y así ir mucho más cómodos—

Jin quien va sobre las piernas de Namjoon va quejándose de todo el asunto. Pero tampoco le creo del todo esa incomodidad, se ve feliz por tener al moreno recargado en su espalda y abrazándolo por la cintura.

—Hoseok... ¿Para cuánto arreglaste la agenda?— el señor Min ha empezado a manejar —¿No habrás hecho esto algo de todo el fin?—

Hoseok niega sarcástico.

—¡Obvio no! ¡¿Por quién me tomas?! ¿Un irresponsable? Solo dejé todo listo para que el martes regresemos temprano a trabajar—

—¡Hoseok! ¡Casi nos vamos a la quiebra!—

—¡Cállate! ¡Rentaste todo un centro comercial para llevar a Jimin a quién sabe qué!—

Me muerdo el labio, me sonrojo, muevo el cinturón nervioso y con mucha vergüenza volteo a ver al conductor.

—¿Realmente hizo eso solo para comprarme ropa e ir a comer?—

No le ha quitado la vista al camino, no aparta sus manos del volante, no sonríe, está serio y da algo de miedo.

Regreso mi mirada a la ventana, ya todos están en sus asuntos y también empiezo a ver árboles por todos lados. No sé ni a dónde vamos.

De pronto caigo en cuenta de algo muy importante. Y como tengo muchas dudas al respecto, formulo una o dos preguntas.

—Señor Min, ¿a dónde vamos?—

—Vamos al mejor lugar del universo

Contesta Taehyung emocionado, el señor Min solo sonríe dándole la razón.

—¿Vamos a estar allá algunos días?—

—¡Eso es obvio! Náyade tonta—

Es otra vez el elfo. Me cae gordo, no deja que mis respuestas sean las del hombre al volante.

—Señor Min... Pero... Pero...—

—Nada de peros, pescado feo. Tú no arruinarás este momento. Llegaste después de todos nosotros, así que te callas y te conformas con lo que te toque—

Mejor me callo, algo triste y sin obtener palabra alguna del señor Min. Simplemente me acoplaré a todo. Nada difícil.

El camino ha durado un par de horas. Y por ello, solo siento que unos brazos me cargan, me acurruco en ellos y hago ruiditos para hacerle saber a quien me tiene que no me suelte.

Hay un aroma fresco, como a pino, y otro a tierra. También huele a madera, a frutos rojos y menta. No siento frío, porque el cuerpo que me abraza es muy cálido, pero sé que hay corrientes de aire bastante fuertes que a todos, seguro hacen temblar.

Escucho las voces de todos, risas, hablan de memorias, han prendido la chimenea, lo sé por el olor. Han hecho palomitas, también lo sé por el olor.

Lentamente abro los ojos, sin querer hacerlo. Veo que ahí están todos, viéndome fascinados. Me espanto y me escondo en el pecho de quien me tiene en brazos. Huele a nieve, huele a madera, también a tierra, aunque es un aroma fresco y agradable.

—¿Te espantaron?— me dice y yo asiento

—¿Entonces esas marquitas siempre las tiene cuando duerme?— pregunta Jin

Azul Iridiscente // yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora