Placer

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Lo primero que hago es dejar las llaves en aquella pecera, en su lugar, objeto que ahora está lleno de piedras transparentes, iridiscentes y llenas de brillitos. Es debido a Jimin y sus increíbles ganas de hacerle más bonito.

En seguida camino al objeto de mayor importancia en mi departamento, veo a aquellos animalitos que toda mi vida han fascinado mi vista y han llenado vacíos de cariño desde mi infancia. Veo a mis pececitos de colores, entre sus adornos, el castillo de coral natural que les he comprado y las burbujas que limpian el tanque. Les sonrío, definitivamente siempre estuve vinculado a Jimin, desde mucho tiempo atrás. Desde siempre.

—Mi señor... yo quiero atención—

Su voz llena de berrinche me alegra, como si se encendiera fuego en mí y en segundos corriera por mis venas.

—Vamos a dormi...—

Al voltear le veo tan hermoso, sus piernas delgadas y desnudas, sus cabellos dorados en un desastre que ni explicar puedo, sus manitas que juegan cerca de su boca. No me ve y sus mejillas parecen explotar del color tan intenso que llevan.

—Qui... quiero... quiero atención—

—Debes estar cansado de la fiesta, pequeño. Vamos a dormir, ¿por qué no te has quitado el disfraz?—

Digo cuando simplemente lleva ya su capita amarilla de zorro.

—Mi señor... no quiero dormir—

Trago con fuerza, su olor me está diciendo lo que en palabras no ha logrado y es que sin aquellos inhibidores mi instinto está incontrolable. Me necesita tanto como yo lo hago.

—No, debes dormir—

—¡No quiero!—

Es un berrinche. Se me acerca, en su cara veo su frustración.

—Por favor, mi señor. Hágame suyo—

Respiro con fuerza antes de hablar. Debo ser firme con él.

—No, Jimin. No aún, no ahora—

—Le necesito—

Su cuerpo ya está a milímetros del mío, le siento caliente, a diferencia de siempre, frío.

—Tienes que comprender que es algo serio e importante, no es algo que pueda hacer porque sí—

—Mi señor— lloriquea —Duele, duele mucho—

Y yo le pregunto qué es aquello que le causa dolor, me preocupa.

—Mis partes duelen y me siento muy húmedo, e incómodo, caliente sin razón, me falta la respiración y solo quiero estar junto a usted. Ya no quiero sentirme completamente así—

En mi pecho escurren sus lágrimas. Sus manitas arrugan la tela de mi camisa. Siento sus espasmos del llanto. Me duele saberle así y me siento como un idiota sin querer ayudar, pero me avergüenza la situación, y tampoco quiero poseerlo de esta manera.

—Jimin— le hablo calmo —Esto es algo importante para mí. No quiero quitarte tu virginidad así, ¿comprendes? Quiero que sea algo especial para ti y para mí, que sea un momento que recuerdes hermoso. No presiones las cosas—

—Y usted no las atrase tanto—

Gruñe molesto sobre mi pecho. Me es cómico tanto me enerva los nervios, me transforma escucharlo hablarme así, me hace querer penetrarlo sin cuidado y con tanta fuerza para que sepa lo que está pidiendo, calmar de una vez su celo y que me satisfaga igual. Pero bien sé que eso es mi alfa irracional, imprudente e impulsivo, quien en ese sentido soy muy en el fondo.

Azul Iridiscente // yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora