Invitación

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Sinceramente no sé qué me causa más placer, la comodidad del chocolate caliente, sus notas sabor menta y la crema batida, en medio del frío; o Jimin tan emocionado en el blanco suelo, jugando como niño, descubriendo lo que es la nieve.

Lo observo, es torpe, se resbala, cae directo a aquella cama de hielo y aunque creo que va a llorar suelta carcajadas antes de levantarse para seguir corriendo. Sorbo de la taza, de la decoración ya algo desastrosa con los malvaviscos ligeramente derretidos, y las hojas de menta pegadas a la superficie. Qué paz hay en el simple hecho de saberle así de feliz.

Su cabello rosa brilla en contraste a la neutralidad de sus prendas, aquellas que veo le cubren del todo. Sus mejillas rojas pintan estrellas blancas, y sus pestañas se colorean rosa, rosa pastel, hacen a su iris azul lucir incluso más brillante.

—Luce completamente enamorado, Yoongi—

La dulce voz me toma por sorpresa. Es Ji Eun. Toma un lugar a lado mío. Tiene la nariz roja por el frío y las manos pálidas. No dudo en ofrecerle mis guantes, no es que los necesite, mi alma de fuego puede mantenerme cálido si lo quiero.

—Siempre le dije a mi padre que de todo el edificio este lugar era mi favorito—

—Jimin adora ir a bailarle a las flores del invernadero. Pero hoy estaba impaciente por saber qué era la nieve, cómo se sentía. Así que venimos al jardín, claro que ahora solo parece una planicie de nieve—

—Es algo nostálgico, ¿no lo cree? Blanco, con árboles apenas en ramas, las fuentes secas y los arbustos congelados. Simple y monocromático—

—Cierto, mas no deja de lucir hermoso—

Ambos nos sonreímos. Callamos cualquier otro pensamiento, porque más merece admirar la luz del invierno, el aire frío y las carcajadas de Jimin.

—¡Ji Eun!—

Mi pequeño apenas le ha visto. Ya corre a nosotros. Y ahí lo veo. Solo un par de minutos le tomó. Ya está sin las botas, descalzo y con su piel sangrando. Satán me de paciencia.

—Ji... Jimin...— digo entre dientes, pero parece ignorarme, pasa de largo

—Ji Eun, la nieve es increíble—

—Lo es, Jimin— ríe con gracia —Por cierto, ahora que me has visto. Traje tu invitación, puedes llevar a un acompañante—

Ella le entrega un sobre rojo, cuyo sello es dorado. Jimin toma la invitación de lo más emocionado, como si fuera un tesoro.

—¿A quién invitarás, Jimin?—

Y yo estoy ansioso, pero seguro de que dirá mi nombre.

—¡Podría ir con TaeTae! ¡O con Jiiin!—

Estoy sin creer lo que dice. No, realmente estoy perplejo y sin palabras, porque ir a algo tan importante como lo es una obra de Ji Eun, merecería incluso yo tener una invitación personal.

—¿Estaría bien ir con Tae?—

Parpadeo sin comprender, por qué sería Taehyung una prioridad y no yo. Ni lo ha meditando, solo lo ha dicho, como si yo no estuviera en sus posibilidades.

—No tengo nada en contra de ello, pero, ¿seguro que con el jovencito Kim?—

Ji Eun me mira con preocupación, porque no sabe cómo tomaré la situación y le preocupa de alguna manera ser la culpable. No lo es, porque sé que ni ella imaginaba la respuesta de Jimin.

—Entonces, con TaeTae, ¿no habrá problema, cierto?—

Eso ya es una afirmación y no sé porqué contener la calma me parece imposible. No quiero mostrarme así frente a ella, pero mi instinto, mis sentimientos, más que nada, no se frenan.

Azul Iridiscente // yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora