Capítulo 45

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   No te pongas en contacto conmigo

"Si de verdad Rubén llega a cambiar de opinión sobre Mangel y de alguna manera vuelven a estar juntos, todo lo que he hecho habrá sido en vano", pensó Lolito con odio.

"Mangel, podrás sentir cariño por Rubius, pero él no parece sentir lo mismo por ti".

"Por eso es mejor para nosotros que nos veamos por un tiempo, tal parece que a Rubén no le gusta tu presencia a mi alrededor".

Miguel sentía que había sido lo suficientemente considerado con Rubius, pero a pesar de eso él no le había correspondido. Incluso lo había dejado esperando fuera de su apartamento toda la noche.

Mangel buscó en su bolsillo la cajita con el regalo que le había comprado a Rubén y luego de dudarlo por un momento se la arrojó a Lolito.

"Toma".

Manuel abrió la cajita con entusiasmo, pero se decepcionó al encontrar un collar de cristal fino dentro.

Las prendas hechas con cristales eran las más adecuadas para personas con un color de piel claro. Y si bien Manuel era de piel blanca, no podía compararse con la piel nívea de Rubén, es por eso que él nunca usaba prendas de cristal. 'Joder, ayer fue el cumpleaños de Rubén, este collar debe haberlo comprado para él.

¿Por qué debería aceptar este regalo que ni siquiera era para mí?'.

Aunque Lolito se sintió irritado, fingió una expresión feliz y dijo: "Gracias, sé que a pesar de todo aún te preocupas por mí".

Las palabras de Lolito hicieron que Mangel frunciera el ceño y dijo: "Manuel, deberíamos dejar de vernos por un tiempo".

"Mangel..." Las lágrimas de Lolito empezaron a caer como un aguacero y le dijo: "No quiero pelear contra Rubén por ti, la verdad es que te amo y solo quisiera estar contigo. La sola idea de imaginarme junto a ti me llena de felicidad... realmente te amo, a pesar de que tenga que renunciar a mi amistad con Rubius por eso".

Recientemente Mangel había estado acumulando mucho enojo y frustración debido al rechazo de Rubén y el regaño de su tío. Por eso fue que cuando vio a ese hermoso hombre expresando su amor por él, se sintió un poco reconfortado, así que abrazó a Lolito con cariño

Ciertamente estaba bastante complacido por la apariencia y figura de Lolito. Si bien Lolito no era tan blanco como Rubius, tenía una cintura casi como la de una mujer y piernas largas y estilizadas. Además, disfrutaba mucho dormir con él y si se separaban, seguramente lo extrañaría.

Sin embargo, cuando la idea de Rubén volvió a cruzar por su mente, lo rechazó de nuevo: "Lo siento, pero por favor no te pongas en contacto conmigo en los próximos días"

Los ojos de Lolito estaban llenos de lágrimas y eso hizo que Mangel sintiera pena por él. "Si eso te hace feliz, lo haré sin dudarlo", le dijo Lolito.

Aunque Mangel no podía negar que era un hombre vanidoso, aun así no podía evitar sentirse mal por él.

"No llores; siempre voy a estar aquí para ayudarte con tus problemas y nunca te menospreciaré si llegas a necesitar algo de mí".

"Preferiría que no...", dijo Lolito, dejando de llorar. Con lágrimas de cocodrilo todavía aguándole los ojos, añadió:

"Mangel, siempre voy a estar para ti cuando me necesites".

Mangel se mordió el labio y asintió sin decir nada. "Detén el auto y déjame bajar aquí", dijo Lolito.

Enseguida, Mangel detuvo el auto a un costado de la carretera. Lolito se secó las lágrimas y forzó una sonrisa antes de decirle: "Adiós, Mi niña".

Luego abrió la puerta y bajó del auto de inmediato.

Mirando a Lolito solo en la carretera mientras se alejaba, Mangel no pudo evitar sentirse un poco triste. Sin embargo, el no pudo ver la expresión furtiva que Manuel mostró una vez que se dio la vuelta.

Rechinando los dientes, el empezó a caminar, en su corazón albergaba un profundo resentimiento por Rubén Intencionalmente quiso mostrarse vulnerable ante Mangel, estaba seguro que removería su corazón y lo haría creer que el realmente lo amaba.

Lolito conocía la naturaleza de Mangel mejor que la mayoría de la gente. '¿Quién no querría comer un trozo de su pastel? Incluso si Mangel y Rubén vuelven a estar juntos, nada cambiará.

Si los separé una vez, ciertamente puedo volver a hacerlo...'. Además, Miguel solo dijo que se podrían ver por unos días, en ningún momento mencionó que sería para siempre. "Tarde o temprano volveré a conquistar su corazón', se prometió a sí mismo.

Mangel no tuvo más remedio que irse a Madrid, a pesar de que no era lo que quería. Ahora estaba empezando a inflarse su ambición. Pensó que la única manera que tenía de vencer la poderosa influencia de Samuel era si tomaba el control de los negocios familiares. De lo contrario, las cosas serian peor para él.

Por su parte, Rubius no sabía lo que le esperaba en la empresa. Ahora que Mangel no estaba molestándolo se sentía tranquilo y trabajaba diligentemente.

Unos días después, Rubén tuvo que hacer un viaje de negocios al norte. Como estaría de paso por su ciudad natal no dejó que sus colegas lo acompañaran, después de todo, él quería aprovechar la oportunidad para volver a su ciudad y poder visitar a su padre. Tenía un buen tiempo sin ver a sus padres, es por eso que estaba tan ansioso por volver a casa, hasta ese entonces no había podido ir porque su madre le había dicho que no lo hiciera. Sin embargo, esta vez no le contó nada a su madre y se fue en secreto a su ciudad natal.

Al mediodía, en Noruega.

Rubén finalmente llegó a la casa de sus padres. Llamó a la puerta con entusiasmo, pensando en el tiempo que había pasado desde su última visita.

"Ding-dong', sonó el timbre.

"¿Mamá? soy Rubén. He vuelto".

Rubius llamó a la puerta un par de veces, pero a pesar de su insistencia, no obtuvo respuesta.

"¿No hay nadie en casa hoy?'.

Seguidamente, Rubén sacó su celular para llamar a sus padres y para su sorpresa, ninguno de los dos le contesto. No pudo evitar preocuparse por ellos.

Por fortuna, sus vecinos sí estaban en casa. Rubén fue inmediatamente al lado y le preguntó a uno de sus vecinos dónde estaban sus padres.

"¿Eres hijo de los Doblas? Oh, tus padres siempre hablan tan bien de ti", le dijo el vecino Al referirse a Andrew, la expresión del hombre se volvió complicada: "Tu padre debe estar en el casino, el juego ha hundido por completo a tu padre; lo mejor que puedes hacer por él es tratar de que se aleje de ese mundo".

"¿Qué?". Desconcertado, Rubius no pudo creer en las palabras del vecino. "¿Qué está haciendo mi padre en el casino? Lo último que supe de él es que estaba hospitalizado por su enfermedad, ¿es eso cierto?"

"¿Enfermo?", dijo el vecino con ironía. " ¿Cómo pudieron inventarte algo así? Si no lo crees, ve tu mismo al casino para que te des cuenta".

"¿Su padre en un casino? ¿Cómo?'.

Rubius agradeció al vecino y se alejó con una expresión perpleja. Pronto, cuando se dio la vuelta, vio a su madre caminando de regreso a su casa.

"¿Mamá?",

"¿Disculpa? Lo siento, debe estar equivocado, mi hijo está en Karmaland, yo no soy su madre Jovencito". Debby había pasado toda la noche jugando. Estaba demasiado cansada como para siquiera ver bien a la persona que estaba hablándole.

Rubén levantó la voz y dijo: "¡Mamá, soy yo, Rubén!"

Al escuchar bien su voz, Debby volvió en sí. Cuando levantó la vista para ver la cara de su hijo, su expresión devino en un ictus de terror: "Rubén, ¿Qué estás haciendo aquí? ¿Por qué no me avisaste que vendrías?".



Los besos de SamuelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora