- ¿Ya te olvidaste de la promesa que me hiciste?
Andrés estaba estresado, pero tuvo que volver a repetirlo. "El señor Rubén regresó a Karmaland con el señor Miguel hace unos días".
El ambiente en la sala era tranquilo y un poco deprimente.
Afortunadamente para Andrés, la tormenta que esperaba no llegó. En cambio, su jefe se echó a reír a carcajadas de la nada, incluso cuando sus ojos no develaban ningún rastro de alegría. Ciertamente era aterrador.
"Muy bien, Rubén".
La primera persona que quería ver después de despertarse era a él, pero resulta que Rubén andaba jugueteando con su exnovio. Eso fue bastante audaz de su parte.
Aunque la temperatura en la habitación era agradable, la expresión de Samuel envió escalofríos por la columna vertebral de Andrés. En silenció, el rezó por Rubén.
Rubén había vuelto a la ciudad hacía un par de días. Estaba feliz de no haber visto a Samuel, pero también tenía un extraño sentimiento en el fondo de su mente que no podía sacudirse.
Los viejos hábitos no se deshacían tan fácilmente.
Justo cuando estaba pensando en él, recibió la primera llamada de Samuel luego de mucho tiempo.
Rubius no lo pensó demasiado y contestó el teléfono sin vacilar. Antes de que pudiera siquiera saludar, la persona al otro lado de la línea le lanzó una bomba:
"¿Acaso pensaste que había muerto?". ¿Qué?, ¿Por qué decía eso?
¿Por qué le hablaba de esa forma?
Sonaba como un marido que atrapaba a su esposa engañándolo y le reclamaba por ello.
Rubén estaba tan confundido que no sabía cómo responder. Luego, él añadió: "Será mejor que me des una explicación razonable".
"... ¿Cómo que una explicación?".
"¿Acaso eres estúpido?".
Enseguida, a Rubén se le ocurrió que podía estar hablando de su regreso con Mangel. ¿No se supone que él estaba en el extranjero?
¿Cómo es que se había enterado?
"Lo siento, señor Samuel Si te refieres a mis asuntos personales, me temo que no te puedo decir nada. Pero si es algo del trabajo...".
"¿No puedes decirme nada?". Samuel sonrió irónicamente con una mirada de disgusto.
"Tu descaro es inigualable, ¿acaso ya te olvidaste de la promesa que me hiciste?".
Desconcertado, Rubén preguntó: "¿Qué te prometí? Samuel, lo cierto es que... volví con Mangel. Entonces, creo que lo mejor sería que en el futuro nuestra relación se mantenga bajo parámetros estrictamente profesionales, así nos evitaremos cientos de problemas. Muchas gracias por haber estado para mí, pero...".
Rubén sintió como si un gran peso dejara sus hombros, pero su corazón sentía que lo estaban estrujando.
Como había regresado con Mangel y él le había prometido su absoluta fidelidad, Rubén tenía que cortar sus lazos sentimentales con Samuel.
En un frenesí de ira, Samuel gritó: "Rubén, ¿qué crees que soy? ¿Un pañuelo que puedes descartar después de usar?".
"Yo no... Tú...". Rubén no podía entender de dónde venía su furia. ¿A qué se refería? ¿Qué era lo que le había hecho? ¿Por qué actuaba como si el lo había engañado?
¿No era extraño?
"¿Qué te prometió Mangel... para hacerte volver a él? Oh, Rubén, eres tan crédulo. La gente como tú, que tropieza varias veces con la misma piedra son un espécimen en extinción".
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Los besos de Samuel
Romance"Si pudieras pedir un deseo, ¿qué pedirías?". "Pediría que me amaras otra vez, Samuel... Pero esta vez, para siempre". En el pasado, él lo amó incondicionalmente, pero lo perdió cuando perdió la memoria. Rubén se quedó al borde del colapso cuando se...