Capítulo 33

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Tan ingenuo como hermoso

(ATENCION ESTE CAPITULO TIENE ECENAS UN POCO FUERTES LEER BAJO SU RESPONSABILIDAD)

Samuel se lamió los labios y arguyó: "No puedo garantizarte nada, es mejor que te prepares mentalmente para aceptar el hecho de que, probablemente, no encontrarás a esa persona".

Borja bajó lentamente la mirada, ocultando sus emociones bajo sus largas pestañas. "No me importa si nos equivocamos, lo importante es que no dejemos pasar ninguna oportunidad; por favor, haz lo que tengas que hacer".

En los días que siguieron, Rubius no volvió a ver a Samuel. En lo profundo de su corazón estaba aliviado, pero pronto su imaginación empezó a tomar control sobre sus acciones y apenas si podía concentrarse en el trabajo.

Nieves sintió que él no estaba bien y le pidió que se fuera a casa a descansar un poco.

Sin embargo, Rubius insistió en trabajar, tratando de hacer todo lo posible para concentrarse e incluso trabajando horas extras.

Como esperaba, su eficiencia laboral aumentó considerablemente, pero cuando terminó ya eran casi las nueve de la noche.

LA Jewelry Company tenía un guardia de seguridad que se turnaba para resguardar la empresa las veinticuatro horas del día, a diferencia de Magic Company. La gente que trabajaba allí era muy amable, pero nadie era más problemático que Lolito.

Como la compañía acababa de establecerse, trabajar horas extras era algo muy frecuente y ya Rubius estaba acostumbrado. Entonces, cerró las puertas y salió de la empresa, listo para irse a casa.

Rubius caminó hasta el cruce y allí tomó un taxi; una vez dentro le dijo al conductor la dirección, luego se recostó contra el asiento y cerró los ojos.

Al cabo de unos minutos, abrió los ojos sin querer y cuando vio por la ventana, su corazón se contrajo, pero aun así mantuvo la calma y le preguntó al conductor:

"Señor, ¿está seguro de que este es el camino?".

"¿Cuál otro podía ser?, No creo haberme equivocado", dijo el hombre, dubitativo. Entonces, de la nada, se dio la vuelta y miró a Rubén fijamente a los ojos, su mirada era como la de un lobo. "¡Este es el único camino para llegar a mi casa!".

Inmediatamente, Rubén supo lo que su mirada significaba y su corazón comenzó a latir a toda velocidad. Lo primero que se le ocurrió fue tratar de abrir la puerta, pero como no pudo, gritó: "iAbre la puerta, ábreme la puerta! ¡Voy a llamar a la policía si no lo haces!". Inesperadamente, el conductor detuvo el auto y se volvió hacia él, sonriéndole. "Oh, tan ansioso...".

Rubius no se detuvo a pensar ni por un momento y tan pronto como abrió la puerta, salió corriendo desesperado.

Apenas había dado unos pasos cuando sintió que alguien lo agarraba por el pelo, era el conductor quien lo había agarrado y después lo tiro al suelo.

"¡Ay!", gritó Rubén, adolorido, pero de alguna manera logró mantenerse estable. Entonces miró a su alrededor y miró a unos cinco o seis hombres parados detrás del conductor. Desesperado, empezó a gritar: "¡Ayúdenme! ¡Ese hombre es un violador!

¡Por favor, alguien ayúdeme!".

En la quietud de la noche, uno de los hombres que estaba detrás del conductor se burló y le dijo a otro hombre que estaba a su lado: "¿Escuchaste lo que dijo? Él quiere que la salvemos, Jajaja, es tan ingenuo como hermoso...".

Pronto, los hombres se echaron a reír al unísono. "Precioso, ¿cuántas personas quieres que vengan a salvarte? ¿Una o dos? Quizás sea mejor si todos te salvamos".

Los besos de SamuelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora