Capítulo 15

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¡Felicidades!


Ahora todo estaba tan claro como el cristal. Durante los últimos diez años, Anderson había estado trabajando con gente que diseñaba en su nombre, lo que significaba que todas sus obras habían sido creadas por otras personas. Además, a juzgar por lo que acababa de hacer, no solo carecía de talento, sino que también carecía de ética. ¿Cómo podría alguien confiar en un hombre que engañaba y difamaba a los demás por el mero gusto de conseguir halagos y la fama?

"¿Dónde escuchó eso?", con su rostro pálido como un fantasma, Anderson habló sin pensar después de darse cuenta de lo que Borja acababa de decir.

Antes de que su engaño saliera a la luz tenía planeado encubrir a Lolito para ganar dinero fácilmente. Debido a que fue Miguel quien se lo había pedido decidió mentir para ayudar a Manuel, pero lo último que esperaba era que Borja revelara su secreto al público.

"¡Expulsen a Anderson del círculo del diseño! ¡Y a Manuel también!". En un instante, todos en el público cambiaron de parecer, y empezaron a ver a Anderson y Lolito como los verdaderos culpables. Casi ahogado por la ira el desprecio que estaba recibiendo por todos lados, Anderson no pudo soportar más la humillación y huyó del lugar sintiéndose abatido.

Lolito no podía creer lo que estaba viendo, ya que pensó que su plan era perfecto y que ganaría en este juego. Desafortunadamente, el universo deparado algo distinto para él. ¡Otra vez su plan había sido arruinado!, ¡¿Por qué la suerte siempre estaba del lado de Rubén?!

Como Anderson se había escapado, la audiencia, sintiéndose engañada por él y Lolito, se ensañó con Lolito. "¡Vete a casa, Manuel! ¡Qué vergüenza!", comenzó a gritar el público y algunos incluso arrojaron botellas al escenario.

Apretando furiosamente los dientes, Lolito huyó del escenario, tratando de evitar que las botellas cayeran sobre él. Al bajar del escenario lo estaban esperando más insultos y miradas de desprecio por parte del público.

Rubén no esperaba que pudiera convencer a todos tan rápido, incluso se había preparado para afrontar las consecuencias en caso de que las cosas no salieran como él lo esperaba.

Como estaba tan entusiasmado no notó que desde la audiencia salió volando una botella que iba directo hacia él, pero cuando se percató, ya era demasiado tarde.

En el momento que la botella estuvo a punto de golpear a Rubius, una mano apareció repentinamente ante él y la atrapó.

Al ver esto, Samuel, quien se había levantado de su asiento, volvió a sentarse, lanzando desde la distancia una mirada sombría en dirección a Rubén.

Este último pronto se dio cuenta de lo que había sucedido. Miró a Borja, quien había aparecido repentinamente ante Rubius de la nada, y tartamudeó: "Señor... Señor Borja...".

"¿Estás soñando despierto?". Seguidamente, Borja soltó la botella que había atrapado con la mano y miró directamente a Rubén.

Él era un hombre muy guapo, con unos rasgos muy estilizados y bien definidos. Aunque Samuel y Borja eran hombres muy atractivos, Borja tenía una naturaleza más gentil y reservada, en comparación con el carácter ligeramente agresivo de Samuel. Incluso sus gafas de sol con montura dorada lo hacían ver más atractivo ante sus jóvenes admiradoras.

Completamente asombrado de ver a su ídolo parado justo frente a él, la cara de Rubén involuntariamente se sonrojó:

"Joven Rubén, muchas felicidades. Usted es el ganador de esta competencia". El juez que previamente había tenido una mala impresión de él, se aclaró la garganta y se le acercó: "En cuanto al plagiario, será procesado conforme a las reglas, es decir, será despojado de su licencia y ya no seguirá siendo parte del círculo de diseño gráfico".

Los besos de SamuelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora