Capítulo 9

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El amante oculto


Los ojos de Rubén se abrieron con total sorpresa y conmoción ante lo que se estaba desplegando frente a él. Podía escuchar claramente el crujido de huesos rompiéndose...

Todo el rostro de Leo se retorcía por la agonía, quien estaba gritando como un cerdo herido.

Unos minutos más tarde, Samuel finalmente dejó de pisar la mano de Leo. Se limpió la sangre que había manchado sus zapatos con la alfombra que estaba junto a Leo. Sus rasgos faciales expresaban el desmedido asco que le provocaba el vil hombre que yací a en el suelo.

Rubius se sintió aliviado y feliz al ver que Samuel no había asesinado a Leo. De haberlo matado, el no habría podido librarse de las acusaciones, Para alguien tan distinguido como Samuel, era normal no tenerles miedo a dichas circunstancias, sin embargo, el no era nadie, así definitivamente se enfrentaría que a muchos problemas por parte de las autoridades.

Mientras Rubén pensaba en lo siguiente que debería hacer, escuchó pasos que venían desde fuera de la habitación. Esto hizo que su corazón dejara de latir.

¿Acaso alguien ya había escuchado todo el ruido y venía a revisar? ¿Y en ese momento qué debía hacer?

"Señor Samuel...", Rubén se dio la vuelta para mirarlo, descubriendo que estaba allí parado, ausente de emociones. Rápidamente Rubén tiró de su mano y le dijo: "¡Lo siento!".

Fue una coincidencia que los pasos proviniendo de afuera pertenecían a Miguel y Lolito, quienes iban tomados de la mano y se acercaban a la habitación de Rubius. Lolito seguía avivando las llamas de su odio al decirle a Mangel: "mangel, no creo que debamos echarle la culpa a Rubén. Él ya había terminado contigo, así que no hizo nada malo al encontrar a alguien más con quien estar. Tal vez lo único que Rubén quiere es ganar la competencia, y por eso decidió sobornar a los jueces...".

"Cállate!", Mangel interrumpió de forma grosera a Lolito y soltó su mano para ir corriendo directamente hacia la habitación de Rubén

Al llegar, descubrió que la puerta estaba completamente abierta. Rubius, quien tenía una expresión vacía en su rostro, se encontraba de pie en medio de la habitación. A sus pies yacía un hombre golpeado y apenas consciente.

Mangel estaba conmocionado y repleto de confusión, preguntándose qué estaba pasando. Su rostro se volvió sombrío cuando preguntó a Rubius: "Rubius, j¿qué estás haciendo?!".

Lolito estaba mucho más sorprendido. ¿Por qué Rubius no estaba en la cama con Leo? ¿Y por qué él estaba en el suelo, aparentemente molido a golpes? ¿Qué demonios pasó?

Mangel y Lolito habían aparecido en el momento preciso. Rubén tendría que ser muy ingenuo y tonto como para no poder comprender todo lo que estaba pasando. Y Por suerte, no lo era. De no ser por la ayuda de Samuel, justo ahora podría haber estado enredado en un montón de problemas.

Justo en ese momento, su mayor esperanza era que ese gran macho oculto en la habitación estuviera un poco dispuesto a cooperar y no dejara que nadie más lo viera allí dentro.

Después de todo, incluso cuando ellos ya habían terminado la relación, Mangel seguía buscando al supuesto 'amante' de Rubén ¡Ni siquiera quería imaginar qué pasaría si Mangel llegara a descubrir que todo este tiempo ese 'amante' era Samuel!

"¿Ustedes qué creen?", Rubén los miró con frialdad, y luego dijo alzando la voz: "¡Este hombre intentó violarme! ¡Como claramente lo pueden ver, actué en defensa propia!", aunque Rubius hablaba con tranquilidad, en el fondo de su corazón y sin ningún motivo aparente, se sentía culpable.

Los besos de SamuelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora