Los besos de Samuel

CAPÍTULO 56

- ¿Qué paso con Rubén?

"Mangel, creo que te estás confundiendo...".

Nervioso, Lolito tragó saliva y continuó tratando de ocultar la verdad.

Mangel no estaba dispuesto a regodearse toda la noche y le dijo directamente: "Lolito, he visto el auto que me golpeó hoy. Estoy absolutamente seguro de que eras tú quien lo conducía".

"Mangel, no...".

"Entonces, ¿todavía quieres insistir? No me culpes por no darte una oportunidad".

La fría frialdad en el tono de Mangel hizo que el corazón de Lolito se acelerara en alerta. Al no encontrar la manera de escabullirse, finalmente confesó: "Mangel, lo siento. No quise lastimarte, ¿puedo explicarte qué fue lo que pasó?".

"Ven ahora mismo", le exigió Mangel y luego le mandó la ubicación.

Veinte minutos después, Lolito llegó a la habitación del hotel donde estaba hospedándose Mangel. Tan pronto como lo vio se echó a llorar sin decir nada.

Furioso, Mangel lo escuchó quejarse. Entonces lo acercó y le susurró: "No llores, Rubén está durmiendo en la habitación de al lado. ¡Si llega a escucharte me lo pagarás caro!". Lolito inmediatamente se limpió las lágrimas de la cara, se arrodilló y bajó la cabeza, luciendo patético.

"Mangel, me enteré que viniste a Copenhague por Rubén. Cuando el terremoto sacudió la ciudad me preocupé por ti, así que tuve que venir. He estado aquí desde el día en que llegaste, he estado siguiendo tus pasos en secreto. Fui yo quien conducía el auto, pero no tenía la intención de lastimarte...".

Mangel agarró a Lolito por el cuello y lo inmovilizó contra la pared. "No tenías intenciones de lastimarme porque tu objetivo era Rubén, ¿verdad?".

Lolito permaneció mudo, pero los ojos se le llenaron de lágrimas. "Lo siento Mangel, sé que he obrado mal, de verdad lo lamento...".

Ciertamente había hecho todo aquello con la intención de asesinar a Rubén, pero no se esperaba que Mangel corriera a salvarlo. Tan pronto como lo atropelló, entró en pánico y huyó a toda prisa de allí. Lo que realmente lamentaba era no haber regresado para atropellar a Rubén.

Para empeorar las cosas, resulta que Mangel lo había visto conduciendo el auto...

"No me imaginaba lo cruel que podrías llegar a ser".

Mangel lo soltó y Lolito cayó al suelo tosiendo.

Anteriormente Mangel había tenido una impresión completamente distinta de Lolto, pero después de ese día se dio cuenta de lo inestable que era. ¡Un asesino, eso era lo que era! Mangel nunca debería haberlo subestimado.

Lolito captó un destello de ira asesina en los ojos de Mangel, mientras su corazón temblaba. De inmediato se puso de pie y le suplicó: "Miguel, me equivoqué, me equivoqué terriblemente... pensé que podría vivir sin ti, pero no puedo. Pienso en ti cada día... ¿Sabes lo celoso que estaba cuando te vi con Rubén? Eso me nubló el juicio...", sollozó Lolito, mirando a Mangel.

Al final, él le creyó, de alguna forma sus palabras habían ablandado su frío corazón. Incluso la mirada asesina en su rostro había desaparecido.

"No volverás a tener otra oportunidad de hacer algo así, si te atreves a volver a dañar a Rubén, no tendré más misericordia contigo. Solo vete". Lolito asintió y se levantó poco a poco. Fingió debilidad y cayó encima de Mangel en su intento.

Con sus rápidos reflejos, él logró atraparlo antes de que cayera. Él lo abrazó con fuerza y le dijo con preocupación: "Mangel, terminaste en el hospital por mi culpa. ¿Estás herido? ¿Te duele algo?".