Él se merece esto
Una sensación de deseo insaciable se apoderó de Samuel, pero justo cuando estaba a punto de dar el siguiente paso, la voz de Andrés lo interrumpió abruptamente desde el asiento del conductor:
"Señor De Luque, hemos llegado a la Mansión Miguel". Esa era la residencia de Mangel, donde vivía solo desde que había cumplido su mayoría de edad.
Samuel mordisqueó los labios de Rubén y después los apartó con cuidado. "Da la vuelta y regresa a la Mansión De Luque", le ordenó a su asistente. Su voz daba a entender que estaba disgustado.
"¡Como usted ordene, señor De Luque!". Si bien Andrés no se atrevió a mirar, era lo suficientemente inteligente como para deducir, por el ruido que escuchaba, lo que estaba sucediendo en la parte posterior del auto.
'Si el señor Doblas es el novio del señor Miguel, ¿por qué el señor Samuel está...?', se preguntó Andrés, quien seguía oyéndolos besarse en la parte trasera del coche. En ese instante deseó ser sordo para no poder escuchar lo que estaban haciendo.
El auto iba a toda velocidad y no tardaron en llegar a la Mansión De Luque.
Samuel ayudó a Rubén a salir del auto y lo llevó adentro. Entonces lo cargó cuidadosamente y lo ayudó a subir las escaleras para llevarlo al dormitorio principal.
Rubén estaba tan cansado después de tener un día tan ajetreado que en cuanto vio la cama quiso irse a dormir. Sin embargo, Samuel necesitaba saciar el ardiente deseo que sentía por Rubén, quien había logrado despertar su lado lujurioso.
Entonces, como era de esperarse, tuvieron su aventura de una noche...
Al siguiente día por la tarde, Rubius se despertó de un largo y profundo sueño. Le dolía todo el cuerpo, como si en la noche anterior un tren lo hubiera atropellado y le dolía su parte baja como los demonios.
Entonces miró a su alrededor para ver si había alguien más en la habitación y descubrió que se encontraba solo. Tumbado en la enorme cama, miró inexpresivamente el exquisito diseño de los grabados que estaban en el techo; fue entonces que los fragmentos de las escenas vividas la noche anterior se filtraron lentamente en su mente, uniéndose como piezas de rompecabezas y formando una imagen indescriptible...
iPum!
De un momento a otro, su cabeza explotó al recordar todo. '¡Creo que anoche me acosté con un hombre! Y ese hombre es... ¡Es el tío de Mangel, Samuel! ¡Dios mío!', pensó el completamente conmocionado.
Samuel acababa de cumplir 27 años.
Aunque Mangel y su supuesto tío no compartían la misma sangre, él siempre lo consideró y respetó como si fuera el verdadero tío de su novio. j¿Cómo pudo suceder eso entre ellos?! Ahora Rubius lamentaba con todas sus fuerzas haber ido a aquel bar la noche anterior; si no se hubiera emborrachado nunca se habría encontrado con Samuel en el camino y ellos nunca habrían...
¡Todo esto era su culpa!
De repente escuchó que alguien llamaba a la puerta y casi le da un ataque al corazón.
'¿Qué debo hacer? ¿Cómo voy a hacer para dar la cara ante este hombre ahora?'.
Antes de que consiguiera ordenar sus pensamientos, la voz de una sirvienta irrumpió desde afuera y le preguntó: "Joven, ¿ya se despertó?".
Escuchar la voz de la sirvienta fue un gran alivio para Rubius, ya que al menos no era Samuel. "Sí, entre, por favor".
Cuando se levantó, la sábana que cubrí a su cuerpo se cayó, dejando al descubierto las marcas que la salvaje aventura de anoche había dejado en su piel nívea.
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Los besos de Samuel
Dragoste"Si pudieras pedir un deseo, ¿qué pedirías?". "Pediría que me amaras otra vez, Samuel... Pero esta vez, para siempre". En el pasado, él lo amó incondicionalmente, pero lo perdió cuando perdió la memoria. Rubén se quedó al borde del colapso cuando se...