Desastres naturales
"¿Cómo puedes ser tan terco? Rubius realmente está preocupado por ti, solo es demasiado orgulloso como para decírtelo, de lo contrario no me habría pedido que te llamara para que entraras. Teme que puedas enfermarte si sigues aquí mojándote...".
Pero sus palabras fueron interrumpidas por un repentino estornudo de Miguel: "¡Achuuúl".
Debby le insistió con cariño, como si estuviera hablando con su propio hijo: "¿Ves? Ya te resfriaste, ven, entra para que te des un baño con agua caliente, herviré un poco de sopa de jengibre para que puedas disipar ese resfriado".
Miguel asintió cortésmente y dijo: "Gracias, señora Doblas, pero quisiera ver a Rubén primero.".
"¡Ay estos chicos! De verdad puedo ver lo mucho que lo amas...".
Rubius salió de su habitación y se encontró con que Mangel estaba dentro de su casa, pálido y mojado. Tenía el pelo hecho un desastre y la ropa enchumbada de agua, lucía como si hubiese salido de una piscina. Mientras tanto, los padres de Rubén le dieron una calurosa bienvenida a casa.
"Mamá, ¿por qué lo dejaste pasar?".
Debby le guiñó un ojo y dijo: "Rubén, pero si fuiste tú quien me pidió que trajera a Angelito, ¿no es así?".
"Ja, ¿y de paso ya lo estás llamando Angelito?", se burló Rubén.
El nunca imagino que su propia madre pudiera ser tan falsa. Por consideración, le había pedido que le llevara un paraguas a Mangel, pero para su sorpresa, fue más allá y lo dejo entrar a la casa.
"Rubén.". Mangel miró a Rubén con sus profundos ojos negros como el carbón. En ellos, un destello tierno brillaba.
Por alguna razón, a Rubén le recordó a los perros abandonados que solía ver en la calle cuando era pequeño. Mangel lo miró con esos mismos ojos de cachorrito, como si le suplicara que lo abrazara y lo acariciara.
"¡Basta!", Rubén interrumpió apresuradamente sus pensamientos y regresó a su habitación. "Pum", cerró la puerta detrás de él.
Los ojos de Mangel se llenaron de desilusión, y Debby se apresuró a excusarse: "Bueno, creo que el pequeño todavía está molesto, de todas formas, no te quedes ahí parado, vas a mojar toda la casa. Ve y toma un baño caliente cuanto antes".
De hecho, era bastante incómodo para él estar con la ropa mojada y al escuchar sus palabras, Miguel se fue hasta el baño.
Además, como ya estaba en la casa de Rubén, dejó de lado sus preocupaciones y decidió tomarse las cosas con calma.
Mientras Mangel se estaba bañando y los padres de Rubén estaban ocupados en otras cosas, Rubius salió de la casa con un paraguas y su maleta.
Después de un agradable baño caliente, Mangel salió vestido con un par de prendas de Andrew. Se sintió mucho mejor cuando se tomó el tazón de sopa de jengibre que Debby le dio.
Poco después se fue a la habitación de Rubén y llamó a su puerta. Espero durante un buen rato y volvió a tocar repetidas veces, pero no obtuvo respuesta. Inmediatamente empezó a sospechar y giró el pomo para abrir la puerta, para su sorpresa no tenía seguro.
Sin mayor esfuerzo la abrió y entró cautelosamente. Su sonrisa se congeló cuando descubrió que no había nadie en la habitación. "¿Dónde está Rubén? ¡Rubius!".
Mangel miró por todos lados, pero no pudo encontrarlo y el ruido atrajo a los padres de Rubén.
"Disculpen, pero... ¿Dónde está Rubén?".
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Los besos de Samuel
عاطفية"Si pudieras pedir un deseo, ¿qué pedirías?". "Pediría que me amaras otra vez, Samuel... Pero esta vez, para siempre". En el pasado, él lo amó incondicionalmente, pero lo perdió cuando perdió la memoria. Rubén se quedó al borde del colapso cuando se...