NUESTRO NOSOTROS

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POV JIMIN

Las grabaciones de los episodios de Run BTS son cada día más largas. Enlazamos la producción de varios programas en un solo día, por lo que sufrimos jornadas interminables de grabación. Jornadas maratonianas desde antes de que amanece hasta que se pone el Sol.  Son días duros, divertidos y entretenidos, pero duros. 

Las temáticas son variadas, jugamos entre nosotros, nos reímos, cantamos, hacemos ejercicio... podrían ser unas jornadas de disfrute entre amigos en toda regla... si no fuera por las doscientas cámaras que graban todos nuestros movimientos, nuestros gestos, nuestras reacciones. Y si no fuera por las decenas de personas detrás de las cámaras que observan cómo nos desenvolvemos, qué decimos, si estamos demasiado serios, si aburrimos hasta las moscas o si el show necesita más acción. En resumen, divertido, sí, pero controlado hasta el milímetro. A fin de cuentas, esto no es no un video amateur de un fin de semana en la montaña con nuestros amigos, es un reality show, un programa de entretenimiento que pretende amenizar al menos media hora de las vidas de nuestros fans. Sacarles una carcajada, por pequeña que sea, es nuestro triunfo. Todo vale la pena por eso. 

Pero cuando estamos en medio de estos rodajes... a veces se me olvida el fin de todo esto. Es agotador. Es agotador controlar cada uno de nuestros comentarios, cada uno de nuestros gestos, controlar que nada escape del tono del show, que nada se salga de la imagen que debemos proyectar. Divertidos, rebeldes, relajados... pero siempre correctos. 

Llevamos desde las seis de la mañana rodando sin parar. A primera hora grabamos un maratón de juegos tradicionales, una competición entre nosotros con la que pretendemos averiguar quien es el coreano más puro. Por supuesto, vestidos con ropa tradicional. Amo vestirme con esta ropa y amo todo lo relacionado con nuestro país, así que pongo todo mi empeño y mi encanto en manos del show. Y por supuesto, me alzo con el título. 

Seguimos con una competición de cocina. Dos equipos luchan por conseguir replicar un plato coreano a la perfección. ¿Dificultad? Los equipos no cocinan, los equipos manejarán a dos avatares desde una sala contigua, solo con directrices a través de un micrófono. Los avatares no saben qué están cocinando, se dejarán guiar por cada uno de los equipos hasta el final... se palpa el desastre. 

La fortuna me coloca en el mismo equipo que Jungkook. Nosotros seremos los primeros en dirigir a los avatares, Jin y Yoongi, al éxito. Qué alguien nos ayude... mis capacidades culinarias dejan bastante que desear. Menos mal que Jungkookie es bueno en todo lo que hace... 

Comienza el juego, y decido dejar la responsabilidad en manos de Jungkook, él sabe más que yo. A los pocos minutos de empezar a dar órdenes, me sorprendo al verle muy atolondrado, dando instrucciones sin sentido, aturullando a los pobres avatares. 

- Pica la cebolla, lávala, échala con todo lo demás, mezcla 100 gramos de harina con 4 huevos... ¡No, no, no! lávala antes de picarla, perdón. ¡Ahí no! añádela en la olla con agua, no en la masa de harina ¡Aaargg, hablo de la cebolla, no de la harina! - gruñe frustrado por la ineficiencia del equipo. 

Le miro ojiplático, el golden maknae está sobrepasado por los estímulos, no es capaz de organizar ideas ni de lanzar mensajes claros a los cocineros. 

Intento tranquilizarle, por lo que entre risas, trato de quitarle hierro al asunto: 

- Jungkook-ah, ¿cuántos cafés has tomado hoy? Relájate, los pobres no pueden seguir cincuenta órdenes a la vez - 

- Esto es muy difícil Jimin, hay muchos pasos y no soy capaz de seguirlos ni viendo el vídeo, ¿Cómo voy a contárselos? - me pregunta con los ojos abiertos como platos. ¿Qué le pasa?

- Una cosa detrás de la otra. Venga Cookie, saca el jefe que llevas dentro - trato de tranquilizarle sobando su espalda con cariño. 

Jungkook me sonríe agradecido, y yo le respondo con entusiasmo. Nuestros ojos se atrapan.  Por un momento nos perdemos en ellos, nos hundimos en nuestras pupilas, navegamos entre nuestras sonrisas.  Como llevado por unos hilos invisibles, mi mano se eleva hasta su mejilla, me apoyo en su piel, acuno su cara. Él apoya su rostro en mi mano, en paz, feliz de encontrarse con mi piel. Quedamos enredados, unidos por un nexo invisible, solos él y yo, mirándonos como bobos, felices como niños. 

Nuestra burbuja   **Jikook / Taejin /  Kookmin / Jintae Fiction**Donde viven las historias. Descúbrelo ahora