NUESTRO TAE

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POV TAE

No puedo esperar más. A las siete y media de la mañana salgo de mi cuarto, todavía en pijama, y voy directo a la habitación de Jin. Estoy deseando saber si anoche escuchó algo de lo que hicieron estos dos calenturientos. 

Me ofrecí a hablar con él porque me encanta observar sus expresiones, sus caras de asombro, su ceño fruncido cuando está enojado, su risa histérica, sus orejas rojas cuando se avergüenza. 

Me generan mucha intriga todas sus reacciones. No puedo entender como pueden caber tantas personalidades en un solo cuerpo. Admiro su capacidad de ser una persona cordial, responsable, ordenada y sensata, pero a la vez ser capaz de ser un loco, histérico, exagerado e infantil. Pero siempre bajo control. Es un todo en uno, y no me canso de observarle. Somos completamente diferentes, creo que eso es lo que hace que no pueda apartar mis ojos de él. 

Creo que si no hubiéramos coincidido en el grupo, si no hubiéramos sido "obligados" a convivir, a conocernos y aceptarnos, no nos hubiéramos acercado en la vida. De hecho, creo que le repelería. Él no soportaría mi personalidad. 

Sé que le cuesta mucho esfuerzo no enfadarse conmigo en numerosas ocasiones. Soy demasiado pasional, respondo con franqueza a todo lo que se me cruce por delante, no disimulo ni mis momentos de alegría ni mi malestar. Soy todo lo contrario a lo que se denominaría "correcto". Todo lo contrario a él. Sé que en muchas ocasiones ha tenido que salir al rescate, cuando en alguna entrevista o programa me he sentido ofendido y humillado, a punto de saltar sobre el conductor. Jin siempre está ahí, dispuesto a destensar la situación, a desviar la atención de mí y de mi comportamiento inadecuado. Y en silencio, se lo agradezco. 

En voz alta, suelo meterme mucho con él y con sus maneras de padre con todos nosotros. Y mis compañeros me siguen, le molestamos juntos. Pero siempre suelo ser el instigador. Me gusta molestarle. 

Como en este momento, que a eso voy. A molestarle un poquito. Si lo oyó, le haré avergonzarse con mis comentarios obscenos hasta que su cara esté a punto de explotar. Si no lo oyó, le haré volverse loco de la incertidumbre, porque no le voy a contar lo que sé. Nunca traicionaría a Jimin. 

Llamo al timbre de la puerta insistentemente. Una, dos, tres veces. Vuelvo a hacerlo sin darle tiempo a abrir. Una, dos, tres veces. Sonrío imaginando su resoplido, maldiciendo a quién está osando perturbar su silencio mañanero. 

Tras varios segundos, un Jin todavía en pijama, con el pelo revuelto y restregando sus ojos con la mano, me abre la puerta. En cuanto me ve, bufa. Yo en cambio le regalo mi sonrisa más radiante. Deja caer los brazos a sus costados y se da la vuelta sin decir nada, dejándome en la puerta con mi boba sonrisa. 

- ¡Buenos días a ti también Jin hyung! - exclamo mientras le sigo dentro, cerrando la puerta tras de mí 

- ¿Qué quieres Taehyung? - me pregunta malhumorado mientras entra en el baño. Le sigo. 

- ¿No puedo venir a saludar a mi hyung por la mañana? - pregunto inocentemente. 

- ... No, a no ser que quieras algo de mí. ¿Qué has hecho esta vez? - 

- Jiiiiiiiiiin, me ofendes. Que no he hecho nada. Lo prometo - le digo enganchando mi meñique al suyo. 

No colabora con mi bonito y gracioso gesto, por lo que más bien parece que me he colgado de su mano. Él sigue a lo suyo, secando su cara con la toalla. Pero con mi mano colgada de su meñique. Soy una marioneta siguiendo sus movimientos de aseo. 

Cuando termina de secarse el rostro, me obliga a soltarle la mano. 

- Ahora en serio, ¿qué quieres? - dice cruzándose de brazos frente a mí. 

Nuestra burbuja   **Jikook / Taejin /  Kookmin / Jintae Fiction**Donde viven las historias. Descúbrelo ahora