La bronca con Jungkook me ha dejado de mal humor. No tengo ganas de bailar ni de hablar con nadie, así que opto por la mejor de las opciones en estos casos: beberme un copazo con Yoongi. Sé que él no me va a volver loco con conversaciones profundas, como haría Nam, ni va a intentar que me una a una conga, como haría Tae. Así que me escondo bajo su protección y le sigo hasta la zona tranquila de sofás donde él lleva toda la noche degustando diferentes marcas de whiskies.
Intenta explicarme algo sobre el aroma del licor que vamos a degustar, y del cuerpo que ha tomado tras del reposo en madera noble de roble, pero no consigo interesarme en la conversación. Asiento amablemente sin añadir nada a su explicación y acepto la copa que me brinda mientras me recuesto en el sofá de cuero menos iluminado de la zona. Yoongi se sienta a mi lado con su copa, y bebe a pequeños sorbos mientras observa en silencio a la gente bailar.
Yo también intento distraerme analizando a la gente de la pista, intento imaginar historias entre ellos, saber sus motivaciones, el por qué sonríen a alguien o le dan la espalda a otra persona, por qué se animan cuando escuchan una canción, o por qué cuchichean cuando pasa esa persona por su lado. Dejo pasar el tiempo en esta actividad, pero decido consultar mi reloj. Son las tres de la mañana. Deben quedar unas dos horas para que la discoteca cierre. No he visto a Jungkook desde que salió hecho una furia del baño. ¿Dónde se habrá metido?
Sigo escrutando la masa de gente de la pista, pero no lo veo. Me estoy empezando a preocupar, a fin de cuentas aun es menor, y siento la necesidad de cuidar de él. Si le pasara algo, no volveríamos a tener un segundo de libertad en nuestra vida.
Me levanto de los sofás para poder ver mejor todas las zonas de la discoteca y al fin lo encuentro. Está subido en lo alto de una tarima, concretamente sobre la más alta de todas. Y está bailando como un loco. Contonea sus caderas de una lado al otro, agita su cabeza, hace body rolls, dubs, pasos de salsa, krump...no le falta de nada. Observo como su cabeza sigue mojada por la ducha improvisada que se ha dado antes, pero ahora también tiene todo su cuerpo empapado debido al ejercicio de cardio intenso que está haciendo delante de unas dos mil personas. La camisa blanca que se ha puesto esta noche está pegada completamente a su torso, y puedo ver perfectamente sus dos pezones e intuir sus abdominales. Puedo verlo yo y puede verlo toda esta gente que le está jaleando para que siga contoneándose. ¡Por Dios, vaya guerra de hormonas que está generando este niño!
Me fijo más atentamente en su cara, y veo que al menos está siguiendo mis consejos... a su manera. Lleva puesto un antifaz rosa con puntillas blancas y orejas de conejo que tapa toda la mitad superior de su cara, por lo que su identidad queda parcialmente resguardada. Imagino que se la ha tomado prestada a una futura novia que está celebrando su despedida de soltera, ya que la veo a ella y a sus amigas gritando histéricas bajo la peana de Jungkook. Y van todas vestidas con prendas en tonos rosas, llenas de puntillas, lazos y suaves pompones. Blanco y en botella.
Me alegro de que el niñato esté disfrutando de su fiesta. Pero me molesta que no le haya afectado ni un poquito haber discutido conmigo. Bueno, quien dice discutir, dice recibir una buena reprimenda de mi parte. Quizá me he pasado un poco... ¡Pero me debe un respeto, soy su hyung! Si hace algo mal, se lo debo decir y él debe respetarme... ¿no?
Mis ánimos no mejoran cuando veo que el resto de mis amigos siguen disfrutando de la noche cada uno a su manera. Todos han encontrado algo que les hace estar felices y pasar una bonita noche, y yo... estoy amargado, bebiendo algo que no me gusta, sentado en un sofá y vigilando que nadie haga algo que nos comprometa a todos. ¿Cuándo me convertí en el pringado del grupo?
- En el pringado no lo sé, pero en el más follable de todos, el primer día que debutásteis - oigo susurrar en mi oído derecho.
Parece ser que he pensado en voz alta, y he sido escuchado. Me giro para comprobar que quien me habla desde detrás del sofá es el portero malcarado de la puerta. Mi "cita". Me sonríe ampliamente mostrándome una perfecta hilera de dientes y unos ojos que le brillan al mirarme. Quizá ya no parece tan aterrador.
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Nuestra burbuja **Jikook / Taejin / Kookmin / Jintae Fiction**
FanfictionJungkook es el maknae de su grupo. Llegó a BTS siendo un niño adorable y, a punto de cumplir los 18, sigue pareciéndolo. Pero ya no lo es. Sus hormonas están ansiosas por descubrir nuevos mundos y hará todo lo posible por satisfacerlas. El problema...