POV JIN
Cierro de un portazo la puerta de nuestro departamento, con la frustración presionando mi cerebro en todas direcciones. Las ganas de partirle esa bonita cara a Taehyung son ahora mismo enormes. Me apoyo contra la pared del descansillo esperando el ascensor, con mis puños apretados dentro de los bolsillos de la cazadora. E intento calmarme. Y frenarme. Si no salgo cuanto antes del edificio, no descarto volver a entrar a casa y terminar lo que estaba a punto de hacer. Saco mi mano del bolsillo y presiono insistentemente el botón de llamada del ascensor. ¿Por qué está tardando tanto? Necesito salir de aquí, respirar otro aire, un aire menos viciado, menos lleno de dudas, frustración y resquemor. Un aire que no comparta con el imbécil de mi compañero.
Por fin, el ascensor abre sus puertas y subo en él, presionando de nuevo de forma insistente el botón del aparcamiento. Ciérrate, ciérrate, ciérrate... Maldito ascensor, ¿siempre has sido tan lento? Cuando las puertas se cierran, ocultando de mi visión la entrada de nuestra casa, suelto un suspiro de alivio.
¿Desde cuándo mi propia casa me provoca esta sensación de ahogo? ¿Ya no puedo estar tranquilo ni en casa? No sé desde cuándo, pero sí sé quien la provoca. Kim Taehyung.
Siempre ha sido bastante rarito, extrovertido, descarado, mal hablado y coqueto. Todo lo contrario a mí. Y hasta ahora no me molestaba, intento ser respetuoso con los demás, intento comprender sus formas de ser y de actuar, tratando de no juzgarles. Pero últimamente no puedo con él. Me enerva. Me saca de mis casillas. Todo el autocontrol en el que he estado trabajando en los últimos años, ha estado a un paso de irse por la alcantarilla hace apenas unos minutos.
Nunca me han molestado sus constantes piropos, ni su forma descarada de mirarnos a todos, ni las nalgadas que de vez en cuando nos descarga. Siempre ha sido así, es juguetón, forma parte de su personalidad y ayuda a equilibrar el resto de personalidades del grupo. Si todos fueran tan correctos como yo, no sé quién aguantaría más de diez minutos viendo una entrevista nuestra, o uno de nuestros videos de aventuras. Tae es el contrapunto, el que saca la parte divertida de los demás, incluso la parte más sensual. Siempre ha ayudado a eso y nunca me ha parecido mal. Es su papel.
Pero de un tiempo a aquí, me irrita y me altera, poniendo en peligro mi perfecta imagen. Desde que me enteré un par de meses atrás buceando en las oscuridades de Twitter de que los fans tienen tremendo shipp con nosotros, de que ellos ven algo más allá de un simple juego entre compañeros, sus atenciones hacia mí de repente me han resultado demasiado evidentes. Más descaradas. Quizá no sea así, y solo son mis neuronas ahora más perceptivas al saber que miles de ojos están sobre nosotros, esperando ver alguna interacción desveladora. Pero ahora cualquier mínimo gesto suyo es para mí una declaración de intenciones, una propuesta de sexo duro en cualquier parte.
Y sé que cualquier día me voy a descontrolar y voy a acabar haciendo algo que no debo. Mi cuerpo está preparado para saltar, tal y como hace unos minutos, cuando casi me lio a trompazos con él. Sé que va a pasar, no tengo dudas. Y espero que explote como explote, al menos no sea en público. Ya que tengo claro que el desastre va a llegar, al menos espero que no afecte a mis compañeros, porque tengo claro que no resistiré mucho más. Me tiene al borde del colapso.
¿Cómo puede tomarse todo tan a la ligera? ¿Le da igual todo? ¿Le da igual que piensen que pasamos nuestros ratos libres sobeteándonos el uno al otro? Está claro que se la pela. Y claro, el bueno de Seokjin a reparar los platos rotos. A maquillar nuestra perfecta imagen acudiendo a una perfecta velada con una chica que no conozco de nada.
Con mi cerebro todavía a doscientos por hora y mi enfado sin rebajarse lo más mínimo, llego al aparcamiento donde uno de nuestro chóferes ya me está esperando. No tengo que darle indicaciones, tampoco sabría qué decirle. Él es el que sabe donde es mi cita, dónde me tiene que dejar, y a qué hora debo estar allí. Yo solo sabía que me recogerían, me llevarían hasta el lugar acordado y que una vez allí debo ser el perfecto caballero con esa bonita chica... Sook creo que se llama.
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Nuestra burbuja **Jikook / Taejin / Kookmin / Jintae Fiction**
FanfictionJungkook es el maknae de su grupo. Llegó a BTS siendo un niño adorable y, a punto de cumplir los 18, sigue pareciéndolo. Pero ya no lo es. Sus hormonas están ansiosas por descubrir nuevos mundos y hará todo lo posible por satisfacerlas. El problema...