Nuestra burbuja **Jikook / Taejin / Kookmin / Jintae Fiction**

SU CUMPLEAÑOS III

Enredo mis manos en su pelo, acaricio su nuca, su cuello. Intento pausar el ritmo. Con delicadeza, nos separo. Acaricio sus mejillas, limpiando un par de lágrimas furtivas que se le han escapado.

Jungkook acaba de dar un paso hacia delante, y yo ya no puedo seguir fingiendo que no lo ha hecho. 

- Jungkook... No me hagas esto por favor - suplico en un susurro sobre él. Nuestras frentes unidas, nuestros labios a centímetros. 

Reprimo las ganas de volver a enlazar nuestras lenguas y sentir su sabor en mi boca. Cierro los ojos en un intento de apartarme de su influencia, de crear una barrera entre nosotras que me ayude a resistir lo que su cuerpo provoca en el mío. 

No quiero enfrentar sus palabras. No quiero saber a qué se refiere. "Tu eres más. Tú eres todo". Mi corazón recibe  sus palabras como si se trataran del florecer de la primavera, del calor de la primera lumbre. Pero mi mente ha entrado en pánico. Su valor me ha acobardado. Yo no soy tan valiente. No puedo hacer esto. No podemos. 

En silencio,  separa su frente de la mía y busca refugio en mi hombro. Apoya su cara en el hueco de mi cuello y comienza a acariciar mi espalda. Lo hace suave, recorriéndola de arriba a abajo. Le devuelvo el abrazo, le acojo en mis brazos al igual que él está haciendo conmigo. Nos fundimos en un solo ser, como si estar así, unidos, nos protegiera de todos los problemas que tenemos y que somos incapaces de verbalizar. No puedo responder a sus palabras, pero no puedo alejarle. 

Tras varios minutos, toma una gran bocanada de aire que me hace cosquillas sobre la delicada piel de mi cuello. Noto como su cuerpo tiembla como una hoja al intentar recibir este aire, como si fuera un bebe al que le cuesta respirar tras un gran berrinche. Pero no se aparta de mí. Una pequeña gota resbala por mi cuello, descendiendo hasta mi clavícula. Estaba llorando. Tan en silencio, que no lo he notado hasta que la prueba de ello ha humedecido mi cuerpo. 

El silencio se está convirtiendo en la presencia mas imponente entre nosotros. Nuestro particular elefante en la habitación. 

- No llores por favor... no puedo verte así - le pido separándole de mí y volviendo a recoger con mis pulgares los restos de lágrimas sobre sus mejillas. 

Jungkook me sonríe. Es la sonrisa más triste que he visto nunca. No es la sonrisa que tiene solo para mí, esta es otra, desconocida, una sonrisa que ya detesto. No llega hasta sus ojos, no le forma esas arruguitas que tanto me gustan, no le dan ese brillo radiante a su mirada. Siento que algo se ha desconectado entre nosotros. 

- Ya está Jimin, se me pasará. No te preocupes. No voy a molestarte más - 

- Sabes que siempre me tendrás - le digo tomando sus mejillas, intentando que me mire a los ojos, buscando volver a conectar con él. 

- Lo sé - contesta posando sus manos sobre las mías, que siguen meciendo su cara. 

Un par de golpes se oyen sobre la puerta del baño, seguidos de un grito de Tae: 

- ¡¿Os habéis muerto?! No sé qué estáis haciendo ahí dentro, pero si estáis en bolas más vale que os vistáis ahora mismo. Nos están esperando para ir al aeropuerto. El resto ya están abajo - 

 Nos separamos inmediatamente aturdidos por las rudas palabras de Tae. Desde luego la sutileza no es su fuerte. Me adelanto hasta la puerta y la abro encontrándome con mi amigo con los brazos cruzados sobre su pecho. Nos hace un escaneo de arriba a abajo, y percibo como detiene su análisis en la cara de Jungkook. Se ha dado cuenta de que ha llorado. 

- No digas estupideces Tae, solo estábamos hablando. Vayámonos - le recrimino a mi amigo.

Salgo del baño seguido de Jungkook, que agacha la cabeza al pasar al al lado de Taehyung. De reojo, veo como Tae pasa su brazo alrededor de los hombros de Jungkook y le da un fuerte apretón.