Rezo al Dios que quiera escucharme para que haga algo. Libérame o cázame, pero termina con esta tortura.
Pero no obtengo respuesta. El tiempo se ha parado y seguimos atrapados en este momento, mezcla de tensión y deseo, miedo y necesidad.
Vuelvo a cerrar los ojos. Podría detallar cada parte de su cuerpo contra el mío. Está tan cerca... tan cálido... tan primitivo. Si nadie mueve ficha, temo derretirme como hierro fundido y no volver a recuperar la forma de mi ser nunca más. Y él parece estar atrapado en el mismo paréntesis espacio-temporal que yo.
Mi corazón taladra el colchón, y el suyo, mi espalda. Su respiración y la mía es lo único que se oye en la habitación. Agitadas, profundas, húmedas. Esto no puede seguir así, esto va a explotar.
Reúno toda la fuerza que puedo, y decido poner fin a este sueño, a esa irrealidad que nos está tentando a seguir un camino equivocado.
- Si ya has acabado, quítate de encima - le susurro. Es lo máximo que mis cuerdas vocales pueden hacer.
Jungkook sigue inmóvil sobre mí, pero su respiración se ha parado. Tras varios segundos reacciona:
- Claro hyung. Lo siento, te estoy chafando - dice mientras apoya sus manos a mis costados y eleva su torso.
Sigue sentado sobre mi espalda, pero ya no siento la presión de todo su cuerpo contra mi. Y lo mejor de todo, ya no siento su respiración en mi cuello. Al fin puedo recuperar el ritmo de mi respiración y mi cerebro empieza a recuperar la normalidad.
Tras esta pequeña liberación, intento liberarme totalmente de su prisión, huir de este momento, escapar. Intento levantarme del colchón, pero sus manos en mi espalda me lo impiden.
- No seas impaciente, si te volteas ahora vas a llenar la cama de aceite. Espera que te limpie, ya hemos ensuciado bastante ropa con tu manía de esconderte bajo mil capas - me dice en tono de reproche. Parece molesto.
Le hago caso, y vuelvo a recostarme sobre mi pecho. Se levanta y va hacia mi armario, toma una toalla y vuelve a la cama. Esta vez, se sienta en el borde de la cama y pasa la toalla por toda mi espalda, limpiando con ella los restos de aceite. Mientras tanto, mi mente divaga y vuelve una y otra vez al momento en el que sus labios rozaban mi piel, no puedo dejar de regresar a ese lugar.
- ¿Te encuentras mejor, hyung? - me pregunta, con una sonrisa tímida.
- Sí, gracias. El dolor ha disminuido bastante. Esperemos que mañana me despierte recuperado del todo - le agradezco sinceramente.
Jungkook se levanta de mi cama, y se dirige hacia la puerta. Antes de irse, me dice:
- No te duermas aún, voy a la cocina a por un antiinflamatorio -
No me da opción a protestar, sale inmediatamente por la puerta, dejándola entreabierta. Aprovecho que se ha ido para tomar aire profundamente varias veces. Lo necesito, he estado controlando mi respiración durante demasiados minutos, y mis pulmones reclaman un poco de normalidad. Aprovecho también para recoger del suelo la camiseta de tirantes que me ha obligado a quitarme, y me la vuelvo a poner.
Con mi cuerpo protegido, recupero la tranquilidad.
Al momento, Jungkook aparece por la puerta con un vaso de agua en una mano y un ibuprofeno en la otra. Me los entrega, y espera a que me tome la pastilla.
Cuando termino, toma el vaso de mis manos y lo deja en mi mesilla.
- Por si te entra sed a media noche - me dice. Con estos detalles, parece mi padre.
- ¿Tienes complejo de padre? - le digo con sorna.
- No precisamente... - me contesta.
Parece que sigue molesto. ¿Qué demonios le pasa? Tampoco me atrevo a preguntar... Está actuando extraño últimamente, y temo que su respuesta me termine de descolocar.
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Nuestra burbuja **Jikook / Taejin / Kookmin / Jintae Fiction**
FanficJungkook es el maknae de su grupo. Llegó a BTS siendo un niño adorable y, a punto de cumplir los 18, sigue pareciéndolo. Pero ya no lo es. Sus hormonas están ansiosas por descubrir nuevos mundos y hará todo lo posible por satisfacerlas. El problema...