NUESTRA IMAGEN

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Tras varios días en el extranjero por fin estábamos en casa. Siempre agradecemos volver, descansar en nuestra cama y comer comida coreana. también es un alivio poder comunicarnos sin ninguna barrera debido al idioma. Estas pequeñas cosas hacen que el peso de nuestros hombros disminuya notablemente, aunque la carga de trabajo cuando estamos en casa sea igual o mayor que en nuestros viajes al exterior.

Siguiendo nuestra rutina habitual, nos levantamos pronto para desayunar y desplazarnos hasta las instalaciones de nuestra empresa.

- Chicos, daos prisa. Tenemos que llegar puntuales a las oficinas. Los jefes quieren reunirse con nosotros a primera hora, quieren comunicarnos algo - nos informa Namjoon.

¿Qué será? Tenemos el calendario bastante repleto durante todo el mes y tenemos organizados cada uno de nuestros pasos para los siguientes días. Es extraño que incorporen alguna novedad con tanta urgencia. ¿Habrá pasado algo malo?

Una molesta presión se acopla a mi pecho al pensar en la auxiliar de vuelo de ayer. ¿Quizá haya contado algo? ¿Quizá no haya cumplido su promesa y ha contado lo que vio?

Mi cuerpo comienza a temblar pensando en todas las terribles consecuencias que podría traer eso a nuestras vidas. A la vida de Jungkook y a la mía, pero también a la vida de nuestros compañeros. Y a la de la empresa.

Mis demonios vuelven a aparecer con fuerza, tomando una forma oscura y atemorizante que me paraliza.

¿Y si por mi irresponsable impulso se va todo a la mierda? ¿Por qué cojones tuve que lanzarme sobre él en un lugar público? ¿Desde cuándo soy tan imbécil?

Me insulto de mil maneras posibles y me atormento sin cesar durante todo el camino hacia las oficinas. Puedo sentir la mirada de Jungkook sobre mí, pero no se atreve a preguntar. Sus ojos me interrogan, y puedo ver que lee en mí lo mismo que él tiene en mente. Claramente compartimos preocupación por nuestro acto inconsciente y su posible relación con nuestra inminente charla con los jefes. Pero a pesar de la preocupación, Jungkook parece sereno. Y con su insistente mirada, parece querer transmitirme su templanza. Pero es difícil para mí estar tranquilo.

Yo soy el mayor. Yo debería tenerlo todo controlado. Yo me ofrecí a ayudarle, y voy a terminar hundiendo su carrera. Y la de todos nosotros.

Maldigo todos los "yo controlo" dichos alguna vez por el ser humano. Nunca son reales.

Cuando llegamos a nuestro edificio, la recepcionista nos manda directamente a la sala de reuniones de nuestro director. Cuando llegamos allí, la sala ya está preparada. Cada uno tenemos una botellita de agua lista para tomar, y han preparado un pequeño desayuno occidental: croissants, bollitos de chocolate, fruta troceada, café y zumos.

Mi barriga gruñe hambrienta a la vez que mi estomago se cierra negándose a admitir nada por la tensión acumulada. Soy una contradicción con patas.

Tomamos asiento y esperamos a que lleguen los gerentes.

Tras varios minutos donde mis compañeros arrasan con el catering como si no hubieran comido en años, Bang PD entra en la sala acompañado de sus dos ayudantes. Observo sus rostros, y no parecen enfadados. Aunque sí un poco preocupados.

Espero con ansias que comiencen a contar lo que sea que nos tienen que decir, intentando que mi rostro no refleje el hervidero de emociones que tengo en mi interior.

Observo de reojo a Jungkook, que está justo enfrente de mí, al otro lado de la mesa. Parece tranquilo, aunque no para de lanzarme miradas preocupadas. Se ha dado cuenta de que no he tomado bocado.

- Buenos días chicos - comienza Bang PD - gracias por estar aquí tan temprano, sé que anoche llegasteis de un viaje bastante intenso y debéis estar agotados. Pero lo que tenemos que contaros es bastante urgente - prosigue con su habitual semblante serio y profesional.

Nuestra burbuja   **Jikook / Taejin /  Kookmin / Jintae Fiction**Donde viven las historias. Descúbrelo ahora