Nuestra burbuja **Jikook / Taejin / Kookmin / Jintae Fiction**

NUESTRA QUÍMICA

Son las once de la noche y el silencio reina en toda la casa. Parece que todos mis compañeros han decidido irse a descansar pronto. Las luces de las habitaciones están todas apagadas y no se oye la voz de ninguno de ellos.

Me meto dentro de las sábanas y apago la luz. Tumbado boca arriba, tapado hasta la barbilla, pienso en las cosas que han pasado en los últimos días, concretamente en lo raro que está Jungkook. Por fin ha tenido su primera cita, con beso incluido, lo que tanto deseaba, y no parece para nada contento. En la cena ha estado menos hablador que de costumbre, y apenas ha terminado de comer, se ha ido directo a su habitación. No ha querido jugar con nosotros ni a una triste partida. Y eso es raro. 

Tampoco ha contestado cuando Hobi le ha gritado desde la cocina que íbamos a abrir una de las tarrinas de helado de un kilo que tenemos reservada para momentos de mucho estrés. Ni se ha asomado de su habitación, solo le ha contestado a gritos que no le apetecía, que nos la comiéramos nosotros. Y Cookie no perdona cuando se trata de comida.

También me mosquea el hecho de ha continuado evitándome desde que bajamos del auto y que, por supuesto, no ha vuelto a tocar el tema de su cita. De verdad parece bastante preocupado con el tema.

Yo no creo que sea para tanto... por lo que me ha contado, la cita fue bien, todo fluyó, la chica se animó a besarle... nada fuera de lo normal en una primera cita. No entiendo por qué está tan consternado.

Harto de darle vueltas y más vueltas al mismo tema, y viendo que Jungkook no se va a dignar a venir a contármelo, me destapo, me levanto de la cama y, a oscuras , salgo de mi habitación y camino hacia la suya.

Cuando estoy frente ella, no me detengo a llamar, directamente abro la puerta con cuidado de no hacer mucho ruido y entro cerrando la puerta tras de mi. La habitación, como ya imaginaba, está a oscuras, solo alumbrada por los pequeños haces de luz de las farolas de la calle que entran a través de las persianas. Gracias a estas finas líneas de luz, puedo vislumbrar la figura de Jungkook debajo de las mantas.

Me acerco lentamente, para no asustarle, y me inclino sobre su cuerpo. Acerco mi oreja hasta su boca, y escucho atentamente: su respiración es tranquila, rítmica, pero no pesada. Giro la cabeza para intentar ver su cara. Tras varios segundos de oscuridad, mis pupilas se acostumbran a la escasa luz, por lo que puedo por fin ver sus rasgos. Tiene los ojos cerrados, relajados ¿Está dormido? La boca, semiabierta, continúa inhalando y exhalando aire con parsimonia. Su cuerpo inmóvil, termina de convencerme de que está dormido. Okey, no importa, no voy a despertarle solo porque tengo curiosidad por saber el porqué de su comportamiento. Mañana será otro día, habrá más tiempo para hablar.

Me enderezo y me doy la vuelta para volver a mi habitación. Cuando ya estoy camino de la puerta, una mano me detiene agarrándome firmemente de mi antebrazo. Me quedo paralizado del susto, no me lo esperaba:

- Jimin ¿eres tú? - pregunta un somnoliento Jungkook.

Se ha incorporado sobre la cama, y con la mano que le queda libre restrega sus enormes ojos tratando de despejarlos. Parece un bebé gigante. Sin poder evitarlo, le sonrío con ternura.

- Sí Cookie, pero ya me voy, puedes seguir durmiendo - le susurro.

- No, tranquilo, ¿qué querías? Para algo habrás venido... - me dice sin dejar de agarrar mi brazo.

- Solo quería comprobar que estabas bien... En la cena apenas has hablado, y no has querido tomar helado con nosotros... pero veo que estás bien y que has conseguido dormir. De verdad, mañana hablamos, vuelve a la cama - le ordeno.

- Ven conmigo - me pide.

- ¿A dónde? - respondo perdido.

- A la cama. Ven aquí - me dice echándose a un lado y dejándome un hueco de colchón junto a él.