NUESTRA PENITENCIA II

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Cuando me dejo caer sobre la cama de Jungkook arrastrando conmigo su cuerpo, una imperiosa necesidad de fundirme con él sacude mi cuerpo. La necesidad de empaparme de su ser, de dejar mi marca en él, de rociar su mente con mi recuerdo, con nuestras memorias. 

Me doy cuenta de que yo también necesito dejar fe de nuestra necesidad, que no solo es él el que no puede afrontar esa cita con Jin-ha sin afianzar lo que sea que tenemos. Necesito tener algo a lo que aferrarme cuando él esté con ella. Necesito algo que me de fuerzas cuando vea las imágenes de la "pareja feliz" en todos los medios. Necesito asegurarme de que lo nuestro no va a desaparecer en cuanto salgamos de esta habitación. 

Cuando sus manos comienzan a pelear con mi camiseta para deshacerse de ella y sus dedos entran en contacto con mi piel me doy cuenta de que mis planes de permanecer al margen se han ido por La borda hace días. Que mis buenas intenciones en esta historia hace tiempo que ya no lo son. Ya no quiero ayudar a Jungkook a conquistar a nadie. Quiero ser yo. Quiero ser su conquista y su conquistador. Quiero ser yo el que disfrute de todas sus primeras veces. Quiero aferrarme a él, no quiero dejarlo ir. 

Envuelvo con mis brazos toda su espalda y lo acerco a mí todo lo que puedo, respirando intensamente sobre su cuello, absorbiendo todo el calor que emana de él. Intentando calmar el golpeteo de mi corazón contra el pecho. 

Atrapo su boca con la mía, ansioso por estar dentro de él y que él esté dentro de mí. Me gusta sentir su lengua en mi boca, me gusta ser el receptor de sus atrevidas caricias. Porque Cookie ya no es un niño inexperto. Recuerdo las palabras de Tae días atrás, en las que se reía de mi inocencia por no haber detectado hace tiempo el animal sexual que Jungkook tenía dentro. Y vaya si lo tenía... 

Dejo que se adueñe de toda mi cavidad, abro mi boca para dejarle completa vía libre, saco mi lengua para lamer la suya. Elevo mis caderas contra él, aprieto su cuerpo todavía más contra el mío. 

Su respiración es cada vez más trabajosa, y la mía no está en mejor forma. Entre mordisco y beso, observo el sudor que empieza a resbalar por su sien. Una brillante gota de agua bendita empieza a deslizarse hasta su cuello, lentamente, empapando el camino a su paso. Sigue descendiendo hasta desaparecer bajo su axila. Y me enojo por no haber podido absorber todo lo que sale de él, por no haber sido rápido en capturar su agua cuando recorría ese glorioso camino. Estoy celoso de las caricias de su propio sudor a su piel. Así, encelado, enojado y enajenado, me pego aún más a su cuerpo para no dejar que nada se me escape. Piel con piel, sudor contra sudor. Saliva con saliva. Quiero que todo lo mío sea suyo y todo lo suyo mío. 

Enredo mis piernas a su cintura, y con una ágil maniobra, le hago girar para quedar sobre él. Y disfruto de las vistas. Y del tacto. Y del sabor. De su olor. De sus gemidos.  Mis cinco sentidos a flor de piel, acaparando todos los estímulos posibles en tiempo record, grabando a fuego en mi ADN todo lo que convierte a Jungkook en Jungkook.

Pero tras esta exagerada pasión y entrega, intento aflojar el ritmo, descender esta ansiedad que nos recorre a los dos. Ralentizar nuestros movimientos, nuestras ganas de comernos. Cocinar a fuego lento este hermoso momento. Sujeto sus manos sobre su cabeza, obligándole a frenar sus instintos, obligándole a detenerse, a mirarme. A reconocerme. 

Sus ojos se fijan en los míos con una intensidad abrumadora, que tras el paso de los segundos y con mi fuerte amarre reteniéndole, se van suavizando, observándome de otra manera. 

- ¿Qué? - pregunta dulcemente. 

- ¿Sabes quién soy? - pregunto sin pensar.

- ¿Cómo? - pregunta soltando una suave risa - ¿crees que me he dado un golpe en la cabeza? - 

Nuestra burbuja   **Jikook / Taejin /  Kookmin / Jintae Fiction**Donde viven las historias. Descúbrelo ahora