NUESTRAS HORAS MUERTAS

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JIMIN

Las horas que pasamos entre aeropuertos, aviones, coches y salas de espera son muchas. Horas que necesitamos rellenar para no ahogarnos en la ansiedad. Hay momentos en los que seguimos trabajando, memorizando melodías, creando nuevas, preparando entrevistas... Otras simplemente descansamos, o al menos lo intentamos cuando podemos disfrutar de un buen asiento en un avión. Pero otras... La cabeza da muchas vueltas. 

Por eso intentamos mantenernos ocupados, no dejar huecos en nuestras mentes para la especulación, la imaginación o las paranoias conspiranoides. Porque la ansiedad es un monstruo que te ataca poco a poco, en silencio  y que puede arrasar con todo a su paso sin que te des cuenta. 

Y ansiedad es lo que estoy sintiendo al observar los dos asientos delante de mi. 

Cuando por fin hemos subido al avión para volver a Seúl, me disponía a ocupar el espacio habitual junto a Cookie, que ya había tomado asiento junto a una ventana. Iba tan contento a sentarme junto a él... pero nuestro mayor me ha empujado desde atrás, obligándome a seguir caminando por el pasillo y sentándose en MI sitio. 

- Tira para detrás, Jimin. Tengo que hablar con Jungkook - me dice Jin. 

No da lugar a replicas. Cuando usa su poder como mayor del grupo, es imposible rebatirle nada. Por respeto a su edad y por miedo a su carácter. Jin es dulce y amable, pero temible cuando está enfadado o cuando pretende protegernos de todo mal. 

Así que obedezco y le cedo mi lugar. Eso sí, me siento lo más cerca posible de ellos. Intuyo que el tema de conversación quizá va a tener algo que ver conmigo, y quiero enterarme de primera mano, sea lo que sea. Huelo problemas, y mi estomago se encoge solo de pensar el todas las posibilidades de esta conversación. 

Me coloco mis auriculares, pero no pongo música. Soy el rey del disimulo. Agudizo mi oído e intento captar todo lo que puedo. 

- Te he estado observando, y no te veo bien Jungkook. Llevas semanas despistado y se te ve cansado, como si te arrastraras por las esquinas. Con ojeras, y tú nunca has tenido ojeras. Tu cumpleaños lo pasaste enfurruñado, y apenas hablas con nosotros. Me preocupa que te este pasando algo y no tengas la confianza para contarnos. Sabes que puedes confiar en nosotros, que puedes confiar en mí. ¿Lo sabes no? - comienza Jin con una suave voz, la voz que suele utilizar para transmitirnos todo el amor que tiene por nosotros. 

- Lo sé hyung, y confío en vosotros más que en mi propia familia. Siento haberte preocupado, en serio. Pero estoy bien, lo prometo. Mejor que nunca - contesta Jungkook, tratando de transmitirle toda su positividad en sus palabras. 

Jin escruta su rostro tratando de vislumbrar la mentira en él. Pero no la encuentra, porque Cookie hoy está resplandeciente. Juraría que su piel brilla más que nunca, por no hablar de sus ojos... esos bellos ojos oscuros y expresivos, que ahora brillan como si toda la vida del universo estuviera naciendo de ellos. 

Mi pecho se hincha de orgullo al pensar que yo formo parte de eso. Que tengo algo que ver con el brillo de su mirada. Aunque rápidamente me regaño a mi mismo por mi soberbia. Si yo solo he sido el principal causante de su angustia, de que últimamente no pudiera dormir, ni concentrarse, ni sonreír, ¿cómo puedo pensar que yo soy el causante de esa chispa que ahora habita en él?

- Está bien... te creo porque hoy pareces ser tú de nuevo... pero si te preocupa cualquier cosa, quiero que vengas a mí. Te ayudaré con lo que sea, ¿vale? - 

- Sí, hyung. Serás el primero al que acuda - contesta Jungkook asumiendo su rol de obediente maknae. 

- Por cierto, ¿qué pasó anoche en tu habitación? Había bastante jaleo... - ataca Jin, intentado descubrir el motivo por el cual Tae le ha visitado esta mañana. 

Nuestra burbuja   **Jikook / Taejin /  Kookmin / Jintae Fiction**Donde viven las historias. Descúbrelo ahora