Nuestra burbuja **Jikook / Taejin / Kookmin / Jintae Fiction**

NUESTRA VUELTA A LA RUTINA

Bebo agua como si llevara una semana caminando por el desierto. Tras dos horas sin parar de repetir una y otra vez la coreografía, nuestro coreógrafo por fin nos ha dado un pequeño descanso. De un tirón, termino la botella de medio litro de agua que acabo de comprar en la máquina de la sala de descanso. Aun bebería más, pero temo que si sigo haciéndolo terminaré vomitando dentro de quince minutos, cuando tenga que volver a dar saltos al compás de nuestra nueva canción. Me volteo hacia los sofás y los chicos están en el mismo estado que yo: sudados, jadeantes e intentando recuperar las fuerzas para volver a entrar en esa sala hasta que todos los pasos estén donde tienen que estar. Este come back tiene que ser perfecto, los fans llevan bastantes meses esperando. Nunca habíamos tardado tanto en darles nuevo material, por lo que la espera tiene que merecer la pena.

Me siento en el pequeño hueco que queda entre Namjoon y J-hope, y cierro los ojos tratando de recuperar la normalidad de mi respiración. Con cuidado, roto mi cabeza hacia un lado y hacia otro. Tras una temporada de duros ensayos, ha vuelto este punzante dolor que me recorre desde el cuello hasta los codos. Los latigazos cada vez son más fuertes, por lo que llevo una semana tomando antiinflamatorios para poder sobrellevar los ensayos. Ahora no es momento de parar, todos tenemos molestias. Pero lo de mi cuello... se podría decir que es una lesión permanente, no tiene solución, solo puedo intentar tratarla bien. Todo lo bien que se puede con este ritmo de vida.

No les he comentado nada a mis compañeros, porque sé que tratarían de arrastrarme al médico y no tenemos tiempo para esto. No tenemos tiempo de probar cosas que no funcionarán: masajes, tiras musculares, acupuntura, mejunjes modernos, mejunjes ancestrales... todo es perder el tiempo, porque el dolor no se irá del todo hasta que no vuelva una época de descanso. Así que toca disimular, y tirar para delante a base de dosis dobles de ibuprofeno.

Sigo con mi rutina de estiramientos en el sofá y, por suerte, nadie parece darle importancia a mis movimientos. Es normal para ellos que intente estirar los músculos de mi cuello, porque saben que me duele en ocasiones. Lo que no saben cuánto me duele en estos momentos. Es mejor así. No es momento de ser una molestia para el grupo.

Sigo sumergido en mis pensamientos, que pasan de una a otra actividad de nuestra agenda de hoy: la coreo, el vestuario de esta tarde, la sesión de fotos, la grabación de una promo... Puedes hacerlo Jimin, solo tienes que resistir unas 10 horas más y podrás darte ese baño de agua caliente relajante.

Continuo inmerso en mis pensamientos, cuando unas manos rodean mi cuello y se posan alrededor de él, apoyándose en mis hombros. Me estremezco por el cálido contacto, ha sido una sorpresa pero mis músculos lo agradecen. Esas manos comienzan a presionar la carne que rodea mi cuello, aprietan, amasan, intentan desanudar los nudos que no dejan descansar a mis terminaciones nerviosas. Bajan lentamente hacia mis hombros, no cesan en su empeño de ablandar mi carne, de destensar todo lo que me tiene apretado y dolorido. No hace falta voltearme para saber quién me está masajeando con tanta destreza, esas manos son inconfundibles. No es la primera vez que Jungkook trata de darme una pequeña tregua en mi batalla infinita contra mi lesión. Nuestro pequeño tiene unas manos prodigiosas, y dar masajes también está en la lista de cosas que sabe hacer a la perfección con ellas.

Sigue con su masaje, y el resto de mis compañeros se percatan de lo que está pasando. Mis quejiditos, mezcla de dolor y alivio cada vez que Jungkook consigue deshacer uno de los nudos, son demasiado evidentes.

- Jimin, ¿te está molestando otra vez la lesión? - me pregunta preocupado Tae.

- Un poco, pero puedo soportarlo, no es como otras veces - miento.

- Pues por tu cara, cualquiera diría que te están torturando en este momento - añade Yoongui.

- Eso es porque Jungkook es un bruto - bromeo