Capítulo 58;

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Narra ___:

 

Había algo raro en su mirada, además su rostro estaba pálido, casi del mismo color de las paredes de la habitación. Fijo mi vista en mis zapatos y luego lo vuelvo a mirar directamente a los ojos pero él está mirando a otro lado.

-Te noto...distante, ¿Seguro qué no ha ocurrido nada? -le pregunto con una ceja arqueada

-No -se rasca la nuca y obliga a una sonrisa salir disparada en sus labios, una sonrisa que obviamente no me creo.

-¿Cuándo nos vamos? -me separo de su cuerpo y empiezo a andar hacia mi chaqueta, donde cojo mi móvil y lo desbloqueo.

Las llamadas de mi madre han sido miles (Quizás exagere un poco, pero fueron muchas) y ni si quiera me he acordado de ella hasta esta mañana, cuando he cogido el móvil y he visto todas esas llamadas perdidas de mi madre, un pinchazo en el pecho se hizo cargo de mí. Eso quiere decir que se está tomando esto en serio y que en por primera vez en la vida se está preocupando por mí y yo ni siquiera tengo la decencia de llamarla para decir que estoy bien. Quizás ahora sea yo la mala hija.

-Cuando me duche -dice Justin serio, arrastras los pies hasta el baño y me mira antes de cerrar la puerta detrás de él.

Su mirada me ha producido un escalofrío desagradable por toda la espina dorsal. Suspiro cansada y expulso el aire por la nariz. Hombres y su bipolaridad.

Decido marcar el número de mi madre y devolverle esas tantas llamadas. Pongo el móvil en mi oreja y me paseo por la habitación. Necesito tomar aire, no sé el porqué, pero la habitación me estaba agobiando demasiado. El sonido de la llamada suena, una y otra vez. A la cuarta vez la voz de mi madre inunda mi oído.

-¿____? -su voz suena preocupada.

-La misma -sonrío de lado y escucho un suspiro desde la otra línea del teléfono.

-¡Gracias a dios! ¿Estás bien? Creía que te había pasado algo.

-Estoy bien, solo que ayer con los hermanos de Justin se nos paso la hora, y su padre nos obligo a quedarnos a dormir porque decía que conducir en un viaje tan largo como era ese podría ser peligroso -le digo mientras me salto pequeños detalles de la historia.

-¿Largo viaje, pero dónde estás? -Ahora recuerdo que mi madre no tiene ni puñetera idea de donde estoy.

-En un pueblo cerca...-miento.

-¿Cómo de cerca? -pregunta mi madre que claramente, tonta no es.

-A unas cuatro horas.

-¿¡Cuatro horas!? -mi madre se sobresalta.

-Lo siento -me disculpo aunque niego con la cabeza cuando escucho mis propias palabras.

-Me tenías muy preocupada, al menos podrías haber llamado...

-Lo siento de veras, ya te contare mejor cuando vuelva ¿Vale? -digo mientras me muerdo el labio, estoy nerviosa y el nudo en el estómago no se me quita. Me tumbo en el pequeño sofá y pongo las piernas en el respalda por lo tanto mi cabeza junto con mi cabello cae hacia atrás.

-Vale, tampoco hace falta que me lo cuentes si no quieres...-se crea un espeso e incómodo silencio en la línea y me muerdo el labio con más fuerza que antes.- Bueno... ¿Y cuando volvéis? -Calculo más o menos lo que puede tardar Justin en ducharse.

-Dentro de unos diez o quince minutos saldremos del h...de la casa del señor Bieber -me corrijo- más cuatro horas de viaje.

-Te espero en casa -su voz suena un poco menos preocupada pero aún así la punzada en el pecho no se va.

Será cuestión de tiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora