Narra ____:
Llevo dos semanas sin hablar con Justin, de vez en cuando nos vemos por los pasillos o en las clases que tenemos en común pero ninguna de esas veces han pasado de un hola o un adiós. Desde que me confesó que estaba enamorado de mí, he sido un lío de sentimientos. Primero pienso que lo nuestro podría funcionar, que yo también estoy enamorada de él, pero a los cinco minutos todo se viene abajo y pienso en que lo que siento hacia él es algo efímero que se puede acabar en cualquier momento. Es cierto que lo estoy echando de menos, que de vez en cuando escucho su risa en el silencio y veo sus ojos en la oscuridad. Pero no quiero ir hacia él y acurrucarme en su pecho hasta tener las cosas claras, hasta deshacer el lío sentimental que siento por todo mi cuerpo.
-Señorita Thompson -levanto la mirada y me encuentro con la cara de mi profesor de historia- ¿Me estaba usted escuchando?
-mmm...sí, claro -miento mientras rezo para que no me pregunte cosas sobre lo que estaba hablando.
-Entonces no le importara decirme quién fue el causante que desencadeno la Primera Guerra Mundial ¿Verdad?
A la mierda todo. De pronto me pongo nerviosa y jugueteo debajo del pupitre con mis dedos. Mis ojos recorren toda la clase en busca de ayuda pero con lo único que me topo es con los ojos de Justin. Esos ojos capaces de hacerte volar y nadar dentro de sus irises.
-¿Señorita Thompson? -Miro a mi profesor con cara de pocos amigos y lo miro directamente a los ojos. Las arrugas marcan toda su cara y el bigote despeinado le hace cosquillas en su labio superior. Entonces las palabras salen de mi boca como el agua de una fuente.
-El archiduque Francisco Fernando.
La cara de mi profesor es todo un poema y las risas de mis compañeros no pararon hasta que el profesor se giro y los fulmino con la mirada. Sonrío con superioridad y me enorgullezco de mi misma. La verdad es que me gusta la historia, y si no suena muy egocéntrico, también se me da bastante bien. Los ojos de mi profesor vuelven a los míos y hace una mueca de enfado.
-¿Cuándo nació? -me pregunta con una sonrisa estúpida en la cara.
-Nació en Diciembre de 1863 en Austria. -No dudo en responder más de cinco segundos.
-¿Cómo lo llamaban?
-El hombre más solitario de Viena. Sí, bueno, no caía bien a nadie era un friki total, aunque era uno de esos frikis que ni siquiera son muy inteligentes. -Quería reírme interiormente por la cara del profesor.
-¿Dónde murió?
-En Sarajevo, les dispararon a él y a su mujer, sino me equivoco...el 28 de Junio de 1914
El profesor vuelve a abrir la boca pero la cierra pensando mejor su respuesta. Un silencio gana a la voz del profesor y todo el mundo está quieto en su sitio esperando el siguiente paso. Noto como los ojos de Justin queman en un lado de mi cara y tengo que reprimir las ganas de girar la cara y deleitarme del color de sus ojos. Mi corazón late fuerte en mi pecho mientras espero una respuesta.
-Bien señorita Thompson, tiene un positivo el día de hoy. -sonrío y asiento con la cabeza.
Un aplauso culmina el silencio de la clase y mucho otros se unen al primero, cuando me doy cuenta todo el mundo está aplaudiendo y mirándome con una sonrisa en la cara.
Un rubor se extiende por mis mejillas y bajo la cabeza por que se que si la levanto y miro, lo único que podre ver es el color miel de una única persona.
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Será cuestión de tiempo
FanfictionElla no era la chica que él siempre soño Él no era el chico que ella imagino Ninguno de los dos tenía una vida perfecta Pero por algún azar del destino se volvieron Perfectos el uno para el otro.