Capítulo 61;

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Narra Justin:

 

Una destello de luz da de lleno en mi cara, y aleteo mis pestañas para acostumbrarme a la luz. Vuelvo a cerrar los ojos y bostezo. Me incorporo sentándome en la cama con la espalda bien recta. Cuando abro los ojos espero ver mi habitación, sin embargo no es así. Es todo diferente, todo como de muy...chica. Miro a mí alrededor y la realidad me golpea como una bola de cemento, un dolor punzante en lo más profundo de mi cabeza lo acompaña. Me tumbo de nuevo en la cama y me tapo los ojos con mi brazo. Todo mi cuerpo retumba con mi respiración y pequeños dolores punzan en mi estómago. Gruño entre dientes y maldigo en voz baja. No me acuerdo de nada de lo que paso ayer, lo último que recuerdo es el beso de Madison y la mirada perdida de ____. ¡____! ¡Joder, joder, joder! Me vuelvo a incorporar en la cama de un salto y me llevo las manos a la cabeza. Mis manos tiemblan y cuando rozo mis nudillos con las sábanas un extraño escozor los envuelve, acaso ¿Me pelee anoche con alguien?

Entonces la puerta que está a mi izquierda se abre y la adrenalina corre por mis venas. Mi corazón retumba en mi caja torácica cuando veo a ___ salir envuelta en una toalla. Sale del baño con una sonrisa, relajada y tarareando una suave melodía. Cuando sus ojos hacen contacto con los míos su sonrisa se borra casi al instante y mi corazón pincha al pensar que yo soy la causa de eso. Me mira completamente seria, y traga saliva sonoramente.

-Hola -su voz suena pequeña y frágil.

-Hola -la mía, sin embargo, suena demasiado ronca.

Me suavizo la voz tosiendo un poco y bajo la mirada a las sabanas que están manchadas de sangre, la sangre que sale de mis nudillos recién abiertos por culpa de la fuerza que ejerzo en ellos con mis puños cerrados. Estoy en tensión.

-No sabía que estabas despierto -La miro y veo un rubor extendiéndose por su hermoso rostro.

-Me acabo de despertar -afirmo.

Asiente con la cabeza y agarra mejor la toalla para que no se mueva de su lugar. Un silencio incómodo nos envuelve y ____ se dirige a su armario. Lo abre y saca de él unas cuantas prendas, y sin decir ni una sola palabra más se vuelve a encerrar en el baño.

Miro por debajo de las sábanas y me doy cuenta de que solo estoy en calzoncillos y que mi ropa está en una silla perfectamente doblada. Pongo mis pies temblorosos en el suelo e intento levantarme pero un horrible dolor de cabeza se apodera de mí ser. Intento recordar cualquier cosa de lo que pasara ayer, pero ningún recuerdo aborda mi mente. Solo hay pequeñas lagunas donde me pierdo entre imágenes borrosas. Me crujo los dedos y estiro mi espalda hasta escuchar como cada vertebra cruje. En ese momento escucho la puerta del baño abrirse y la suave respiración de ___ detrás de mí.

-¿Tienes pastillas para la resaca? -Digo bajito, cerrando los ojos y esperando a que su suave voz llene mis oídos.

-Sí, ahora vuelvo -y con esas palabras desaparece de la habitación.

Yo no me muevo de mi posición, tampoco quiero hacerlo, ni tampoco puedo. Los recuerdos de anoche se me arremolinan en el corazón y en la mente, y un mareo inesperado aborda mis sentidos incomprendidos. Quiero llorar de impotencia, llorar porque no quiero que nada cambie entre ____ y yo. Ahora que las cosas estaban cogiendo color y un sentido más directo voy yo y mis estupideces y lo estropeo todo. No tengo remedio y eso nunca cambiara por muchas cosas buenas que pasen en mi vida.

-Aquí lo tienes -la voz de ___ me asusta y miro hacia arriba. La veo con su mirada preocupada, con su ceño fruncido y con pastillas y agua en sus manos.

Será cuestión de tiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora