Capítulo 64;

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Narra ___:


No sé cuánto tiempo ha pasado desde que Justin más bien me pidió salir, porque el tiempo se me está hiendo de las manos. Todo está pasando tan rápido que ni siquiera me estoy dando cuenta. Nunca en mi vida había estado tan feliz. Con mi madre va todo genial, se está esforzando muchísimo por ser una buena madre y se lo agradezco muchísimo. Por otro lado está Alice, cada día me llevo mejor con ella, ahora somos como una especie de mejores amigas, no sé es algo raro. Por último, tengo a Justin, cada día estoy un poquito más enamorada de él, aunque todavía me suena raro pensarlo de ese modo. Para mi mente estar enamorada es algo incorrecto. Todo va genial, nos llevamos muy bien y casi todos los días, exceptuando los días en los que tengo que estudiar, nos vamos a la playa y nos lo pasamos como niños pequeños. Estoy montada en una montaña rusa que solo hacer subir y subir y tengo miedo a una caída brusca pero también quiero disfrutar todo lo bien que va ahora mi vida. Quiero saborear cada momento y recuerdo efímero que jamás volverá.

-¿___? ¿Estás ahí? -Alice vuela una mano por mi campo de visión y yo salgo inmediatamente de mí tren de pensamiento.

La miro como si me acabara de despertar de la siesta y ella solo hace carcajear al ver mi cara desencajada. Le regalo una sonrisa y una mirada de pocos amigos.

-¿Otra vez pensando en Justin? -Vuelve a carcajear y le saco la lengua.

-No estaba pensando en él, idiota.

-¿Entonces por qué te has puesto como un tomate? -esta vez le saco el dedo del medio.

-No estoy como un tomate y punto.

-Por cierto, hablando de Justin... ¿Me vas a contar ya que paso el día de la cita? -Trago saliva y las palmas de mis manos empiezan a sudar.

Se me ha olvidado mencionar que todavía nadie sabe que Justin y yo estamos saliendo. Acordamos no decir nada por si algo salía mal, por si algo se torcía en nuestra relación. Alice lleva preguntándome esa misma pregunta todos los días a cada hora y a cada minuto y medio. Pero yo me he negado a contarle nada excusándome con excusas tan tontas que ni un niño de un año se creería. Pero sé que Alice no quiere obligarme a hacer o decir algo que yo no quiera. Por eso cuando simplemente decía que se lo contaría después, ella dejaba correr la conversación y cambiaba de tema rotundamente. Al final no es tan mala como yo creía.

-¡____! ¿Pero qué te pasa hoy? -Vuelve a carcajear y el profesor de guardia nos mira por encima de sus enorme y viejas gafas con una mirada inquietante. Alice para de reír inmediatamente.

Creo que llegó la hora de contarle lo que pasó, es mi amiga y creo que después de todo el tiempo que hemos pasado juntas debo confiar en ella. Me preparo psicológicamente y trago saliva sonoramente.

-Sí, te lo contaré. -me arrepiento en el mismo instante en el que chillan un ¿Qué? Y toda la clase nos mira aturdidos por el grito de Alice.

Alice se pone colorada y ahora soy yo la que me río de ella.

-¿Y ahora quién es la qué está como un tomate?

-Cállate si no quieres que te calle yo -me apunte con un dedo y su sonrisa burlona me dice que solo es una broma.

-Bueno, continúa, quiero detalle a detalle -Los ojos de Alice brillan como dos estrellas en la oscuridad. Es tan graciosa que solo verla directamente a los ojos me hace reír. -Para de reír ¡Y cuenta!

-Vale vale...-calmo mi risa e intento ponerme todo lo seria posible. -Primero me llevo a la casa de su abuelo, ya sabes la que...

-Si si esa historia ya me la sé, continua.

Será cuestión de tiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora