Capítulo 67;

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Narra ____:

Salgo de la ducha envuelta en mi toalla de baño y limpio el cristal del lavabo con mi mano para ver mi reflejo. Me miro a los ojos, tengo ojeras y las mejillas sonrojadas. Aunque me haya costado la vida entera he conseguido no derramar ni una sola lágrima. Mis labios están mordidos y con un color morado rosado. Mis hombros están caídos y mis clavículas se notan más de lo normal. Me duele la cabeza horrores mientras no consigo salir del lío de pensamientos en el que me he metido. Cuando acepte salir con Justin no pensé en las consecuencias, en que haríamos después de que todo acabara. Y cuando está tarde Alice lo ha mencionado ha sido como si me hubieran despertado volcándome una jarra de agua helada. Me he dado con la realidad de cabeza y no tenía ninguna seguridad puesta. Me ha costado mantener los nervios a raya y lo he conseguido después de mucho tiempo.

-¡____! -me sobresalto al escuchar la vos de mi madre- ¡Ya estoy en casa!

Salgo del baño, me seco lo más rápido que puedo y me pongo la ropa interior para después ponerme el pijama. No me molesto en secarme el pelo, prefiero que se seque sin calor. Bajo las escaleras a trompicones y me encuentro a mi madre hablando por teléfono en la cocina. Me siento en el taburete y espero a que termine su llamada. Aunque ella no parece darse cuenta de mi presencia.

-¡Te he dicho que no! -Mueve la mano libre exageradamente y yo pongo más atención a la llamada. - No sé cómo te lo tengo que explicar... ¡Qué no!...Ni se te ocurra, esto ya está enterrado y enterrado se quedará...Ella no quiere saber nada más de ti...Olvídanos.

Y con eso último, mi madre cancela la llamada y da un fuerte golpe al móvil con la mesa. Me sobresalto y siento como sobro en la habitación, no debería de haber escuchado nada. En ese momento mi madre se da la vuelta y se pone más blanca que la pared, los ojos se le salen de las órbitas y se esconde el móvil en la espalda.

-¿Has estado escuchando? -se seca el sudor de la frente y yo frunzo el ceño.

-No mucho, solo me he sentado aquí -Me encojo de hombros y ella suspira aliviada al ver que yo no me sobresalto tanto como ella está.

-¿Quién era? -Digo con curiosidad.

-Nadie importante -Mi madre le resta importancia con la mano y se va al frigorífico para sacar pasta.

-Se te veía algo...enfadada.

-Ya te he dicho que no era nadie importante cariño

Esto me daba mala espina y temía que mi madre estuviera metida de nuevo en los líos de siempre.

-Bueno, yo me voy a la cama -salto del taburete y me encamino a las escaleras.

-Buenas noche mi vida.

-Buenas noches mamá.

Pero justo cuando voy a pisar el primer escalón, un recuerdo me viene a la mente.

-¡Por cierto mamá! ¿Por qué me rogaste con tanta urgencia el otro día que me quedara a dormir con Justin?

Ella me mira sorprendida y parpadea unas cuantas de veces. Suspira y se tensa de los pies a la cabeza.

-Una reunión de trabajo muy importante. -Se limita a decir lo justo.

Si tuviera fuerzas para pelear lo haría y me diría la verdad, porque sé que me está mintiendo pero lo dejo pasar porque parece que el mundo me pesa más hoy. Levanto la mano en señal de aprobación y subo las escaleras despacio hasta llegar a mi habitación. Allí me tiro en la cama y me arropo entre las sábanas. Pego mi cara a la mullida almohada y cierro los ojos. Pero veo como una luz parpadea en mi móvil. Lo cojo de la mesita de noche y veo tres llamadas perdidas. Son de Justin. Me muerdo el interior de la mejilla. No tenía fuerzas para llamarlo. Las palabras de Alice han sido peor que una bala en el pecho. Dejo el móvil en el mismo sitio y cierro los ojos fuertemente. Intento con las pocas ganas que me quedan, olvidarme del mundo que me rodea pero el recuerdo de unos ojos color miel me atormenta en mi propia oscuridad.

Será cuestión de tiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora