Capítulo 29;

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Narra Justin:

Y vi su sonrisa solo abrir la puerta. Estaba radiante, sus ojos estaban más claros que nunca con un destello al final de sus pupilas. Le sonreí con una sonrisa de oreja a oreja. Su cola de caballo se movía de lado a lado ondeando como una bandera al viento.

-Buenos días -dijo alegre.

-Buenos días muñeca -ella curva sus labios.

-Eres pésimo pensando apodos.

-Yo al menos tengo uno, tu no

-Estoy en ello -me apunta con su dedo.

-Aquí tienes -le tendí su mochila. Se la coloco con un movimiento gracioso que me hizo curvar los labios.

-¿Nos vamos ya al infierno?

-A por ello -dijo risueña.

Salimos de su casa y empezamos a andar por la acera. Observando cómo los coches pasaban por nuestro lado, como pisábamos las hojas que se habían caído de los arboles. Escuchando los pájaros cantando encima de nuestra cabeza. Un aire frío se levanto a nuestro alrededor, ya se notaba como el verano se estaba acabando. Realmente ya se había acabado pero siempre deja un rastro al irse. Ese rastro que nos hace desear volver al principio de la estación. ____ hablaba animadamente y yo la escuchaba a medias. Estaba embobado con la sonrisa genuina que salía cada dos por tres en sus labios. Es tan guapa. Sus grandes ojos marrones, su nariz respingona y sus mejillas. Sus mejillas siempre tenían un color rosado perfecto. Entonces dejo de hablar.

-Espero que no te importase que ayer me quedara tu camiseta -ella arrugo el ceño y puso cara de sorpresa. Sabía que no se había acordado de la prenda que le faltaba.

-Espero que no te importase que ayer me quedara tu sudadera -un rastro de sonrisa estaba en sus gruesos labios. Puse cara de sorpresa imitando la cara que ella había puesto segundos antes. Yo tampoco me había acordado de la prenda que llevaba de menos ayer.

-Bah, no es nada, una más o una menos -ella ríe, contagiándome su risa- Hoy te veo muy...no sé...¿feliz?

-Quizás.

-Me gusta eso.

-¿Te gusta qué este feliz? -preguntó.

-Me encanta -ella ríe negando con la cabeza.

-Ñoño -dice con un hilo de voz y carcajee con ella.

Entramos en clase charlando, hablando cosas sin sentidos. Me tocaba clase con ella hasta tercera hora. Estaba alegre por ello pero mi cara callo cuando vi a una persona sentada en primera fila. ___ se tenso a mi lado. De todas las personas que esperaba que fuera tenía que ser ella. Madison. Nos sonrió a ambos con una sonrisa hipócrita. Ese gesto hizo que la sangre zumbara en mis oídos. Cogí a ___ de la mano y la lleve a donde nos solíamos sentar siempre. La última fila.

-¿Es esa chica verdad? Madison.

-No sé qué mierda hace aquí. De todos los institutos que hay en California tenía que escoger esté. -gruñí en voz baja.

-¡Eh! Tranquilo -me dedicó una sonrisa y me dio un suave apretón en la mano. Curvo mis labios en un intento de sonrisa pero al final me sale una pobre mueca. Iba a decir algo pero la voz del profesor me calló.

___ y yo nos pasamos una gran parte de la clase hablando y riéndonos. En el fondo, ___ es muy divertida aunque ninguno de los que están aquí presente se lo crean. A veces hay que conocer a las personas para saber quiénes son verdaderamente. Todo iba bien hasta que la voz del profesor hizo eco entre las cuatro paredes.

-¿Parece que Thompson y Bieber han hecho muy buenas migas no creéis? -Los dos miramos con los ojos muy abiertos al profesor, no estaba pendiente a lo que ___ hacía pero sabía perfectamente que la confundirían con un tomate ahora mismo. -A partir de ahora Bieber se sentara aquí -El profesor retiro la silla de una mesa en la que no había nadie, estaba en primera fila justo al lado de...Madison.

Miré a ___ y ella miraba hacía sus apuntes con la mirada perdida en ellos. Había algo aparte de vergüenza en su rostro. Un sentimiento neutral que me puso los vellos de punta. Ande con paso firme a través de todas las miradas de los que estaban allí. Me senté en mi sitio asignado con un suspiro pesado. Sus ojos quemaban en mi lado izquierdo de la cara. No pude controlarme y la miré. Volví a mirar sus ojos verdosos. Su bronceado rostro bajo una capa de maquillaje. Algo se rompió dentro de mí. Ella me sonrió y yo...yo solo mire hacia adelante. Sentía lo mismo que había sentido la primera vez que la vi aquí. Cerré los ojos intentando que los sentimientos no salieran a flote. Esos sentimientos de deseo que me esfuerzan a querer a alguien que me hará sufrir. Vivo intentando que mi corazón pierda la memoria pero es que cada vez que la miro el mundo se me viene abajo. Todo de ella me recuerda el pasado. Me recuerda que después de todo lo que he hecho para intentar olvidar, los sentimientos hacía ella me seguirán arañando las entrañas.

Será cuestión de tiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora