Capítulo 16;

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Narra ___:

 

Lo odio, lo odio y lo odio. Eso de que del amor al odio solo hay un paso, es totalmente verdad. El si puede rebuscar en mis cosas y no pasa nada, sin embargo yo no puedo saber quien mierda era la niñata esa. Joder, se fue dejándome con la palabra en la boca, es lo mínimo que podía haber hecho. Darme una simple explicación, no deseaba más. No quiero saber más sobre sus amiguitas. ¿Quién se cree para hablarme así? Suerte a tenido de no llevarse una buena de las mías. No quería saber nada más de Justin, o eso decía mi mente. Pero mi corazón no se acostumbra a la sensación de estar sin él. “Sientes algo por él y no lo niegues” me decía una y otra vez mi subconsciente mientras que se miraba las uñas con total normalidad. No, no siento nada por él. No es amor, no es ningún sentimiento descriptible, solo caí bajo unas simples palabras bonitas, fue solo un bajón, baje la guardia. Lo mejor de todo es que con todo esto de Justin se me viene a la cabeza mi peor pesadilla, Matt. Es como una lucha en mi mente entre Justin y Matt para ver quien se gana todos mis pensamientos, y eso me está creando un grave dolor de cabeza. Los recuerdos del pasado se están mezclando con los del presente y eso me lleva a la locura. En los días así me gustaría despertar con amnesia, para olvidar todas las malditas cosas que suceden en mi vida. Tal vez el problema no sea de Justin, si no mío. Tal vez esté buscando algo que repare las ruinas de mi vida cuando se perfectamente que mis pedazos nunca más van a poder unirse de nuevo. Solté el suspiro que estaba aguantando en lo más profundo de mí ser y fije mi vista en el techo. Me acaricie a mi misma en las suaves sabanas de mi cama mientras me daba cuenta que todo se estaba repitiendo; las noches en vela, mi cabeza en las nubes y las lágrimas amenazando con salir. Pero también me di cuenta de otra cosa, desde el punto de vista más egoísta de mí, sólo necesito a alguien que se preocupe por mí cuando me pierdo en mi misma.

 

NARRA JUSTIN:

 

Mis ganas de ir a la casa de ___ y pedirle perdón de rodillas iban en aumento con solo pensar en ella. Ella es frágil y las palabras que le dije esta tarde la han podido derrumbar como otro golpe cualquiera. La rabia y el odio hacía mi en este momento eran palpable con solo fijarse en mis ojos. Odio dañar a la gente porque me recuerda como de mal lo pase con Madison, como ser fuerte fue mi única opción. Ella es fuerte, es fuerte delante de todos los ojos curiosos de la sociedad pero cuando esta sola no es fuerte. Sé que apenas la conozco pero también sé que ella es una de esas chicas que la mayor parte del tiempo esta triste, que la noche para ella es un profundo desvelo con dolor, que se pasa fingiendo sonrisas en frente a las mismas caras. Ella tiene una felicidad extraña, que la cataloga como suya, una felicidad melancólica. Aunque en la mirada se le nota que se pierde en sus pensamientos, porque los ojos no callan. Ella es una de esas chicas que sienten que el oxígeno le raspa la garganta, ella es una de esas chicas que ocultan sus sentimientos y que siempre lleva los ojos adornados con ojeras que esconde tras una coraza llamada coraje. Sólo de pensar en que yo puedo ocasionar con una sola chispa que todas esas cosas que he nombrado antes se desaten sin ningún control alguno, me mata por dentro, me lleva al punto más alto de locura. Es increíble como ha pasado todo esta tarde, Madison, era ella. Hacía mucho tiempo que no la veía y con solo verla allí de pie...mi corazón se abrió dejando escapar a todos los fantasmas que he estado intentando ocultar desde aquel día. El problema es que cuando mi corazón se abre mis ojos se ciegan. Tome un largo y tranquilizador suspiro y clave la mirada en el techo mientras que acomodaba mi cabeza en la almohada. Puse mis manos detrás de mi nuca, respire hondo y la culpabilidad se hizo cargo de mi cuerpo, de nuevo.

 

“Habría algo sarcástico en la tan dicha frase, buenas noches, porque para ellos dos, de buenas, no tenían nada. Cada uno pensando en su pasado junto a todos sus jodidos errores. Cada uno tumbado en su cama. Tan cerca pero a la vez tan lejos el uno del otro. Cada uno esperando que el tiempo selle las heridas que dejaron el paso de algunas personas. Pero hay algo que siempre se nos olvida en esa frase, las cicatrices siempre nos recordaran el pasado. La sensibilidad de una persona cuerda esquiva al razonamiento. Siempre pensamos que los errores son eso, errores pero dicen que de todo se aprende, pero cuanto daríamos porque las lecciones no fueran tan dolorosas. Es como una cuerda, una cuerda que está cortada. La cuerda cortada puede volver a anudar, vuelve a aguantar el nudo, pero está cortada y es inestable. Quizás ellos sean dos individuos ciertamente inestables. Quizás tengan en común más cosas de lo que creen. Quizás ninguno de los dos deje ir su pasado. Quizás se quiten el sueño mutuamente más de una noche o quizás tropiecen con la piedra una y otra vez. Quizás no sepan perder el miedo y disfrutar del viaje en tren con vistas al mar. Quizás con el tiempo se den cuenta que sólo quien es capaz de quererte con los defectos, sin pretender cambiarte, puede brindarte todo la felicidad que necesitas y quizás, quien sabe, tal vez él estaba pensando en ella como ella en él.”

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