Capítulo 68

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Narra Justin:

Llevo más de diez minutos esperando a ____. Le he mandado un mensaje nada más llegar al instituto porque me he enterado que hoy no abría clase, que organizaremos un poco eso de la graduación. Pero me estoy empezando a preocupar. ¿Y si lo ha leído pero no quiere saber nada de mí? ¿Y si se ha enfadado en serio?... Y justo cuando me estaba perdiendo en mí, la vi aparecer corriendo por el pasillo. Su cara de sueño me daba la explicación de todo. Iba tan corriendo que cuando me puse delante de ella choco con mi cuerpo y se cayó al suelo de culo. Me guarde una risa para después y recordé lo primero que le dije cuando la conocí ya que fue un tanto así.

-¿Pero es que no tenéis ojos en la cara o qué? -gruño entre dientes como si de un perro se tratase.

-Las chicas suelen desmayarse cuando me ven pero no suelen chocar conmigo. -Eso es justo lo que le dije cuando la conocí. Ella levanto la cabeza como si fuera la niña del exorcista, con los ojos abiertos y el ceño fruncido.

-¿Otra vez? -Ella grito. Estaba de mal humor, de muy mal humor.

Le di mi mano para que se levantara pero me doy un tortazo en mi mano para que la retirara y se levanto de un salto. Se coloca bien el pelo y se pone la mochila.

-¿Qué hacías ahí parado? -Aun no me había mirado a los ojos.

-Será que los polos opuestos se atraen y por eso nos chocamos tantas veces.

Ella se mordió el labio y se encamino hacia el siguiente pasillo. La cogí del brazo pero ella lo aparto casi al instante. Seguía sin mirarme.

-¿Has leído mi mensaje? -le pregunte.

-No -me respondió secamente.

-Pues léelo

-Cuando llegue a clase, Justin -____ empezó a andar. Pero esta vez no la paré.

-Léelo por favor -mí voz sonaba como un susurro.

-¡Qué te he dicho que no! -Ella se giro y casi se estampa de nuevo en mi pecho.

Por fin me miro a los ojos, estaban apagados ya no tenían la misma luz que tenían unos días atrás.

-Bien -fue lo único que logre decir.

Ella suspiro y se giro para seguir su camino. Si no quería por las buenas, solo había otra manera. Y si tenía que subir y bajar de nuevo no le haría ningún mal.

Yo simplemente la vi desaparecer por el pasillo, con sus hombros caídos y su pelo despeinado.

Bajo las escaleras que dan al salón de actos y abro las puertas dobles para entrar. Todo el mundo estaba charlando animadamente. Las chicas saltaban de alegría y los chicos las miraban como si fueran extraterrestres. Localicé a Ryan y a Alice al final de toda la gente y fui hacía ellos.

-Hola -Saludo cuando llego, ellos me ven y sonríen.

-Hola -dicen al unísono.

-¿Y ___? -Me pregunta Alice mientras ladea su cabeza.

En ese momento entra la profesora y nos hace callar a todos, la profesora de música se pone en medio de todos mientras que nosotros hacemos un coro para rodearla.

-Es una cabezota y no me ha escuchado -le susurro a Alice en el oído y ella asiente mientras suspira.

La profesora empieza a hablar sin respirar. Lo cierto es que no la escucho, solo estoy pendiente de la puerta para saber cuando llega ___. En ese momento el sonido de las puertas hace que todo el mundo se gire para ver la fuente del sonido. ___ entra con cara de pocos amigos y cuando ve que todo el mundo la está mirando su cara empieza a coger color.

Será cuestión de tiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora