Narra Justin:
Mi vista se fija en la figura de ____. Solo deseaba eso, mirarla por horas. Ella saltaba de estantería en estantería ilusionada como una niña pequeña. Admirando cada libro, ojeando páginas y pasando las yemas de los dedos por las viejas tapas. Me encantaba verla así, desde que la conozco nunca la había visto...cómoda. No sé bien describir lo que me transmite ella ahora mismo. Es como si estuviera feliz, pero es una felicidad temporal y se me cae el mundo. Pero...¿Quién no tiene una felicidad temporal? ¿Quién es feliz las veinticuatro horas del día?
Sus ojos desprendían toda la ilusión que sentía por dentro con cada libro que caí en sus manos. Entonces me di cuenta de una cosa: Si mi abuelo viviera me obligaría a luchar por ella. Lo siento aquí, en el pecho.
-Quiero enseñarte otra cosa -mi voz resonó con eco por toda la habitación.
-¿Otra? -___ me miro alarmada con sus ojos muy abiertos, pero un rastro de sonrisa quedaba intacta en su cara.
-Sí -le sonreí.
-Como sea tan increíble como esta...
-Juzga por tu misma
Ella dejó el libro que tenía en la estantería y se acerco hasta mi con pasos firmes. Me gusta esta ___. Ella me sonrió y entrelazo sus dedos con los míos. Subimos las escaleras y en vez de seguir por el pasillo subimos las escaleras que daban a la planta de arriba. La ayude a subir ya que los escalones estaban algo rotos. Cuando llegamos al final la luz del atardecer me dio de golpe en la cara. Pude escuchar como ___ aguantaba la respiración al ver esta habitación. La pared de enfrente a nosotros estaba cubierto por una cristalera de una punta hasta la otra y un gran bulto cubierto de una sábana blanca adornaba el medio de la habitación. ____ no dijo nada solo me soltó la mano y se dirigió a la cristalera. Cuando estuvo lo bastante cerca apoyo su mano en el cristal. Clavando su mirada en el atardecer, en las olas rompiendo en la orilla y en las gaviotas que dejaban las marcas de sus patas en la arena. Metí mis manos en los bolsillos y me mirada se nublo, esta casa me traía demasiados recuerdos, demasiados buenos recuerdos. Que acabaron demasiado pronto. Pero ahora no puedo llorar, no delante de ella, no después de que me viera tan vulnerable, soy yo el que la tengo que proteger a ella. Y sé que estoy pensando demasiado pero es que si lo haces por mucho tiempo te das cuenta de que casi todo es una mierda. Pero no puedo evitarlo ni cortar el transcurso de mis pensamientos.
Ella se gira y me sonríe, una sonrisa de esas que tocan sus preciosos ojos. Y esos ojos que no son de este mundo, que me hacen olvidar todo lo que hay a mi alrededor. Me acerco al gran bulto que hay en medio de la habitación y sin más diligencias quito la sabana que acariciaba el piano de mi abuelo. La miro. Y veo como sus ojos se agrandan por un segundo, como abre sus labios levemente y deja escapar su suave respiración por estos. Me miró con sus pupilas dilatadas. Y sus ojos me dicen algo que no logro descifrar.
Me siento en el taburete del piano y acaricio mis dedos en las teclas. Estás hacen un sonido sordo que se cuela por cada poro de nuestro cuerpo. Un escalofrío me recorre la espina dorsal cuando ___ pasa sus dedos por mi nuca y se sienta a mi lado. No aparta la mano, ahora me acaricia la parte de atrás de mi oreja. Y eso me desconcentra del mundo. Sus frágiles manos me vuelven loco. Entonces pasa algo muy raro, algo que hace que nos conectemos más:
Yo pongo mis dos manos en el piano y empiezo a tocar la única melodía que me enseñó mi abuelo. Mis dedos acarician las teclas rápidamente pero con firmeza. El sonido colmaba nuestros oídos. La melodía rompía el silencio de la casa. Y por un segundo dejo que una lágrima corra libre por mi mejilla. ___ apoya su cabeza en mi hombro y puedo notar su respiración haciéndome cosquillas en mi piel. Quería parar el tiempo, cerrar los ojos y sentir a mi abuelo cerca. Sigo tocando. No pensando en el mañana, ni en el hoy solo estamos en el presente. Aquí, con ella. Y en gran parte con mi abuelo. Siento nostalgia. La parte detrás de mis ojos pinchan pero no permito que ninguna lágrima ruede de nuevo por mi mejilla. Está melodía es como la banda sonora de mi vida o como la risa de ____. Especial. Y sigo tocando hasta que mis dedos se paran. Hasta que pasan los segundo y ___ agarra mi cara. Pega su frente a la mía y limpia con la yema de su dedos la lágrima que cayó antes. Me sonríe y siento que borra toda mi vida.
-Esto es más que increíble Justin
Yo no digo nada. Por dos cosas. La primera es porque en mi boca no se formula ninguna palabra coherente. Y la segundo es que tengo los suaves labios de ___ sobre los míos. Porque me esta besando. Sin leyes ni horarios, sin esquemas ni resúmenes. Sin ninguna duda, me gusta más esta ____. La verdadera ___. Porque me gusta la gente que vibra, que no hay que empujarla, que no hay que obligarlas a que hagan las cosas. La gente que se lanza y gana, y si pierde vuelve a intentarlo. Me gusta la gente con capacidad para asumir las consecuencias y para tomar sus propias decisiones. Me gusta la gente que toma las riendas de su vida y monta la vida que les apetezca. Me gusta que al final todo este conectado y me gusta ella. Me gusta ___ Thompson. Y es que ella es como una caja de sorpresas, pienso mientras sus suaves labios acarician los míos, también pienso en como una persona puede cambiar tanto o en como puede tener dos caras: la que conocen los demás y las que conocen las personas importantes. Y siento que yo la he vuelto más fuerte. Qué lo débil a ella no le afecta. Que ella combate la cobardía con las ferocidad de su alma. Eso hace que salga su lado fuerte. Siempre he creído que ser fuerte es que no te importase nada. He corrido todos los riegos que la vida me ha puesto en mi camino y creí eso, que yo era fuerte porque no me importaba nada. Pero entonces la he conocido a ella. Ella es la chica. Débil y frágil. A la que subestiman los demás. Aunque no sea así, porque a ella tampoco le importa nada. Pero aunque sea egoísta decirlo, yo le importo. Y el amor no le vuelve débil, la vuelve más fuerte de lo que ella piensa. Entonces comprendo que el único débil en el juego soy yo.
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Será cuestión de tiempo
FanfictionElla no era la chica que él siempre soño Él no era el chico que ella imagino Ninguno de los dos tenía una vida perfecta Pero por algún azar del destino se volvieron Perfectos el uno para el otro.