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—Oye, Taehyung —llamé a mi amigo mientras me terminaba mi sándwich de mantequilla de cacahuete—. ¿Tú eres activo o pasivo?

—Buena pregunta —dijo él, cerrando el libro de biología de golpe. Al parecer, hablar de su vida sexual le parecía muy interesante—. ¿Tú que crees?

—No lo sé, por eso pregunto.

—Yo creo que es pasivo —opinó Yeri.

Estábamos en el banco de siempre haciendo lo mismo de siempre; es decir, nada relevante. Mientras yo me terminaba mi pequeño desayuno, Taehyung estudiaba para el examen que el profesor Lee nos había puesto en una semana y Yeri leía otra de sus novelas con escenas subidas de tono. Desde que descubrió la literatura erótica esa chica no había vuelto a ser la misma, y la verdad es que estaba empezando a preguntarme por qué. ¿Tan excitante era? Quizá algún día le diera una oportunidad al género, lo mismo me acababa enganchando yo también. Y conociéndome aquello era una gran posibilidad.

—Pasivo, eh... ¿y eso por qué? —se interesó el moreno.

—No lo sé, a lo mejor me equivoco, pero me da esa sensación —afianzó Yeri, acompañando sus palabras de un leve encogimiento de hombros. Como esperaba, las comisuras de Taehyung se estiraron en una sonrisa maliciosa hacia la más bajita, una que yo sabía que traería consigo algún comentario picajoso.

—Siempre puedes acostarte conmigo y comprobarlo.

La boca de Yeri se abrió con ofensa a la vez que sus ojos se expandían incrédulos. A Taehyung solo le dio tiempo de alzar las cejas dos veces de manera sugerente antes de que el libro que nuestra amiga sostenía entre sus manos impactara directamente en su cara, provocando las fuertes carcajadas del contrario. Si le dolió el golpe, no lo demostró en ningún momento. Yo, mientras tanto, lo observaba todo con una sonrisa tonta en los labios. Tenía que admitirlo, la situación tenía su gracia. Ese idiota era tan descarado a veces que hasta a mí me daban ganas de pegarle, pero solía ser Yeri y no yo el objetivo de la mayoría de sus burlas y comentarios desvergonzados. Todo porque nuestra pequeña amiga era demasiado tímida en ese ámbito, y reaccionaba justo como Taehyung quería que reaccionase. Aunque ese no parecía ser el único motivo.

—¡Eres un asqueroso!

—¡¿Por qué?! —preguntó Taehyung entre risas mientras se defendía de los inofensivos golpes de Yeri—. ¡Solo he expuesto un hecho, no he dicho que tengas que hacerlo!

—Ahí lleva razón —coincidí yo.

—¿Pero de qué lado estás tú?

—De ninguno, soy imparcial. —Yeri apretó los labios como lo haría una niña pequeña al enfadarse, a veces podía ser muy adorable—. Por cierto, Tae, ¿sabes algo sobre Jimin?

—Nada —respondió él, esquivando con gracia los golpes de nuestra amiga, quien, al parecer, no tenía previsto detenerse en un futuro próximo. En algún punto, Tae comenzó a burlarse de ella, dándole pequeños tirones de pelo por aquí y por allá para demostrar su superioridad física—. Todo apunta a que han expulsado al cara de mierda como ya imaginábamos.

—Me siento fatal —suspiré, echando la cabeza hacia atrás y apoyándola en el frío material del banco.

—¿Por qué? —me preguntó Yeri. La pobre decidió darse por vencida en su venganza y prestarle más atención a lo que atormentaba en ese momento mi cabeza—. Tú no tienes la culpa de que hiciera aquella locura, Roa.

—Exacto —coincidió Tae—. He chose violence.

—No sé lo que has dicho, así que la tuya por si acaso.

Cold as Fire » jjk, pjmDonde viven las historias. Descúbrelo ahora