—¡Hay un montón de pollo frito! —grité super emocionada. Varias personas se dieron la vuelta para mirarme, pero cuando vieron que solo se trataba de mí perdieron por completo el interés—. ¡Y tteokbokki! ¡Me encanta el tteokbokki!
—Ya me he enterado, no hace falta que grites.
—¡Pero es que hace mucho tiempo que no como tteokbokki! —Sabía que seguía gritando por la mirada que me lanzó, pero lo ignoré—. ¿Te gusta el tteokbokki, Koko?
—Sí.
—¿Y el pollo frito?
—Sí.
—Entonces tenemos que darnos prisa —dije, aligerando el paso para acercarme hasta donde unas amables señoras repartían la comida. Parecía una especie de catering o buffet libre. Adoraba los buffet libres—. ¡Mira, pero si también hay pizza! ¡Hoy es el mejor día de mi vida!
—Ya lo veo —masculló. Cuando me giré su cara seguía tan mustia como siempre, y él seguía caminando como una puta tortuga—. ¿Qué miras?
—¿Quieres darte prisa? Nos van a quitar todo el pollo frito. Y te juro que si eso pasa me voy a poner a llorar, Koko. A llorar de verdad.
Jungkook suspiró con pesadez y aceleró un poco el paso, lo suficiente como para que yo no pudiera volver a quejarme. Una ventaja de ir acompañada del matón más temido de la escuela era que todo el mundo se hacía a un lado como si se tratara del mismísimo Moisés abriendo las aguas del Mar Rojo, y en ese momento aquello me venía de perlas, porque necesitaba llegar hasta la comida antes de que algún listillo me dejara sin nada.
Tal vez podía estar exagerando, pero es que el pollo frito era mi perdición, sobre todo el extra crujiente con salsa picante. Solo de pensarlo se me hacía la boca agua, así que seguí caminando hacia aquella larga mesa llena de comida como si me fuera la vida en ello. Pollo frito, tteokbokki y pizza, eso era en lo único en lo que podía pensar en aquel momento. Al menos hasta que una voz horrible que me provocaba náuseas y ganas de romper algo me increpó.
—Anda, Moon, veo que por fin has adiestrado al salvaje de tu novio —se burló el imbécil y odioso Kim Seokjin aprovechando que Jungkook iba unos metros por detrás. Iba a ignorarlo, pero no pude hacerlo cuando preguntó—: ¿Ya le has enseñado a dar la patita?
Me detuve en seco y le dediqué una mirada asesina que, si no le convirtió en piedra, fue pura suerte. Sin embargo, eso fue lo único que me dio tiempo a hacer, porque cuando fui a responderle con alguno de mis ingeniosos comentarios para dejarle por los suelos, Jungkook se me adelantó.
—No, pero me ha enseñado a partir piernas. ¿Quieres una demostración?
—Vaya, cuánta agresividad. Creo que no estás haciendo muy buen trabajo —me dijo, como si le importara una mierda la amenaza de Jungkook. ¿Estaba loco o qué?—. ¿Qué pasa, Moon? ¿Lo tienes a palo y agua desde que también te follas a Jimin? ¿No puedes con los dos?
No podía creer lo que acababa de oír. Estuve a punto de limpiarme los oídos, porque eso había tenido que ser un error. Seokjin no podía haber dicho eso. No delante de Jungkook, quiero decir. Tendría que estar demente para decir algo así delante de él. Pero cuando miré al chico que me acompañaba me di cuenta de que aquello había sido tan real como lo era el pollo frito cuya consumición ya me parecía dolorosamente lejana en el tiempo. Empezaba a creer que Seokjin había perdido el poco sentido común que le quedaba.
Las fosas nasales de Jungkook estaban dilatadas como las de un toro a punto de embestir con todas sus fuerzas, y la mandíbula tensa era algo con lo que ya me sentía totalmente familiarizada. Iba a romperle las piernas de verdad, lo vi claro. El único momento en el que era realmente fácil leer a Jungkook era cuando estaba enfadado. Y ahora estaba muy enfadado. Tanto, que quizá el término "enfadado" era demasiado flojo para describirlo.
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Cold as Fire » jjk, pjm
FanfictionEl comportamiento de Roa nunca estuvo ligado a su estricta cultura ni a lo que se esperaba de una "señorita de su estatus social", y las muchas críticas que recibió por ello le resbalaron como el más escurridizo aceite. Para ella, la vida era un jue...