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—Si lo piensas, es bastante perturbador.

—¿El qué?

—El hecho de que sea sobreprotector contigo porque le recuerdas a su hermana pequeña.

Yoongi continuó tecleando despreocupadamente en su portátil tras soltar aquella horrible deducción. No lo había pensado, la verdad. Y creo que prefería haberme quedado en la ignorancia y no haber llegado nunca a esa conclusión, porque... sí, si ese era el caso, perturbador era un rato.

—No creo que sea por eso —debatió Namjoon, gracias a Dios—. Es evidente que no la ve como una hermana. No le habría metido la lengua hasta la campanilla de ser así.

—Eso espero —suspiré.

—Vale, tienes razón —aceptó Yoongi—, pero entonces sigo sin entender por qué ese tío se comporta como un perro guardián con ella.

—Seguro que hay una explicación para eso. Algún trauma de la infancia, tal vez.

—¿Alguno? ¿Qué tal muchos?

Rodé los ojos y, de pronto, me arrepentí de estar allí. Me había saltado las primeras horas de clase para pasarme por la cafetería porque no me apetecía una mierda escuchar al profesor Lee hablando sobre biomoléculas inorgánicas (que vete tú a saber qué era eso) y luego tener que rebanarme los sesos para calcular un montón de ecuaciones que no me servían de nada y que nunca me iban a salir bien. Pero si hubiera sabido que Yoongi estaría en la cafetería otra vez y que, tan pronto como entrara por la puerta, él y Namjoon me acribillarían con un montón de preguntas sobre Jungkook, creo que habría preferido dar clase.

No me quedó más remedio que darles una pequeña actualización de todo lo que había sucedido entre él y yo desde la última vez que les había visto hasta la noche de la gala. Omitiendo, evidentemente, la parte en la que alguien me había drogado. Tampoco quería que Yoongi y Namjoon se preocuparan por algo que no podían cambiar, así que les mentí y les dije que Jungkook había venido a recogerme porque había bebido demasiado y no se me ocurrió otra cosa que llamarle. Para mi sorpresa, se lo creyeron a la primera.

—A lo mejor le da miedo que le pase algo porque la muerte de su padre le afectó mucho y ahora cree que todas las personas a las que quiere van a desaparecer tarde o temprano —siguió teorizando mi jefe.

—O a lo mejor solo es muy sobreprotector —repliqué yo.

—¿Y si tiene una novia muerta? —insistió Yoongi, como si hubiera tenido la mejor idea de todos los tiempos—. Piénsalo, grandullón. ¿Y si la única vez que se ha enamorado en toda su vida la cosa ha acabado muy mal? Eso lo explicaría todo.

—Me gusta la idea. Te la compro.

Dios santo. Esos dos tenían más imaginación que la mismísima Yeri. Y la cosa no acabó ahí, siguieron haciendo conjeturas durante media hora más mientras yo me mantenía al margen completamente, comiéndome mi sándwich. Solo les dejé decir todas aquellas tonterías porque parecían estar pasándoselo en grande y me daba pena cortarles el rollo, pero cada cosa que decían me parecía aún más absurda que la anterior. Al final también llegaron a la conclusión de que su madre en realidad no era su madre, era su tía, que tuvo que cuidar de él cuando su verdadera madre le abandonó. ¿El parecido? Porque resulta que su madre biológica y ella eran gemelas. Por lo tanto, su hermana no era su hermana de verdad, pero él la trataba como tal para llenar el vacío que le había dejado su familia disfuncional en el corazón.

Lo verdaderamente fascinante era la convicción con la que exponían todas aquellas teorías, como si de verdad tuvieran algún tipo de sentido cuando los tres sabíamos que no lo tenían. Creo que simplemente habían empezado a jugar a ver quién de los dos decía la cosa más absurda sin reírse, los muy imbéciles.

Cold as Fire » jjk, pjmDonde viven las historias. Descúbrelo ahora